La candidata de Myanmar a Miss Universo, Thuzar Wint Lwin, aprovechó la gala celebrada durante la noche del domingo en EEUU para denunciar la brutal represión de la junta militar que se alzó con el poder tras el golpe de Estado del pasado 1 de febrero.
“Nuestra gente está muriendo y recibiendo disparos de los militares todos los días. Me gustaría pedir a todo el mundo que hable de Myanmar. Como Miss Universo Myanmar, desde que se produjo el golpe he hablado de ello todo lo que he podido”, dijo en un vídeo enviado para el certamen, celebrado en Florida.
La modelo se suma a la lista de personalidades del mundo del espectáculo y deportistas que han mostrado su oposición a la junta militar encabezada por el general Min Aung Hlaing.
Thuzar Wint Lwin ganó el premio al mejor traje nacional, inspirado en el atuendo típico de la etnia Chin, a la que ella pertenece y cuyo recién formado grupo armado ha librado en los últimos días una cruenta batalla contra las fuerzas de la junta en el noroeste del país. Durante este desfile, celebrado el pasado viernes, la candidata lanzó un mensaje sobre la situación de su país mostrando un cartel que decía “Recen por Birmania”.
La concursante de 22 años acudió también a varias manifestaciones en el país donde pedía la liberación de Aung San Suu Kyi. Wint Lwin también se dedicó a repartir botellas de agua durante las protestas en Yangon, la ciudad más grande de Myanmar y donó dinero a familias cuyos seres queridos habían sido asesinados desde el golpe.
Oposiciones publicas frente a la represión en Myanmar
El pasado marzo, la representante de Myanmar en el concurso de belleza Miss Grand International, Han Lay, también pidió entre lágrimas la ayuda de la comunidad internacional para la situación que vivía su país desde el golpe de Estado militar .“Por favor ayuden a Myanmar, necesitamos urgentemente la ayuda internacional, ahora mismo”, dijo durante la gala celebrada en Bangkok.
Por su parte, la miss y modelo birmana Htar Htet Htet publicó la semana pasada una foto en su perfil de Facebook con un rifle de asalto en la jungla en lo que parecía un campo de entrenamiento militar y aseguró que estaba haciendo la revolución contra la junta golpista.
Según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP), al menos 790 personas han muerto a manos de la junta desde el golpe de Estado y más de 5.000 han sido detenidos, entre ellos la líder Aung San Suu Kyi, cuyo partido resultó vencedor en las elecciones del pasado noviembre, consideradas fraudulentas por la junta.
A pesar de la violencia e intimidación de las autoridades, miles de personas continúan desafiando el poder de la junta militar a lo largo del país a través de un movimiento popular de desobediencia civil, aunque algunos manifestantes han decidido unirse a guerrillas étnicas y combatir al Ejército con las armas.