Miles de personas, convocadas por colectivos feministas, LGTBI y en defensa de los derechos civiles se han concentrado este viernes en las calles de Londres en señal de protesta contra la visita oficial a Reino Unido del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
La masiva manifestación, convocada a nivel nacional por la coalición Together Agaisnt Trump (Todos contra Trump), promovida por el periodista de The Guardian Owen Jones, ha sido bautizada en redes sociales como el “Carnaval de la Resistencia”.
“Trump es un despreciable misógino, un fanático anti musulmán, utiliza a inmigrantes como chivos expiatorios y es un hombre cuya Administración separa a niños chillando de sus padres y los encierra en jaulas”, ha denunciado el propio Jones en una columna explicando sus motivos por los que convocar las protestas.
De acuerdo con los organizadores, se estima que más de 250.000 personas han acudido a las calles este viernes para protestar contra las políticas de Trump, así como por su discurso sexista. El sentimiento generalizado es que el presidente estadounidense, que esta mañana se ha reunido con la primera ministra británica, Theresa May, “no es bienvenido” en el país.
En la convocatoria también ha participado la la plataforma Women's March London, entre otros muchos grupos civiles. La manifestación, que se ha llevado a cabo en un ambiente muy festivo, ha comenzado cerca del mediodía en Regent's Street, en el centro de la capital británica, concluyendo en la plaza del Parlamento, donde se ha leído un manifiesto.
Cientos de manifestantes han llevado mascarillas en la cara con el mensaje “Trump apesta” o pancartas como “No a Trump, no a la guerra” o “Trump adora el 'Brexit'”, simbolizado con un corazón en medio.
Otros, algo menos políticamente correctos, han optado por portar carteles en los que se puede leer “Dump Trump” (Trump a la basura) y todo tipo de insultos dirigidos hacia el mandatario, que se encuentra en plena visita oficial junto a la reina Isabel II de Inglaterra.
Para la estadounidense Sarah Cain, que vive en el Reino Unido desde hace once años y que fue una de las primeras asistentes a la protesta, la visita de Trump “es aceptar como normal su comportamiento y no creo que eso sea aceptable”, ha señalado.
“Queremos alzar nuestra voz de amor, positivismo y libertad más fuerte que su intolerancia, ira y comportamiento pueril”, ha declarado a la agencia Efe.
Uno de los momentos más llamativos de las protestas se ha producido al paso del conocido ya como Trump Baby, un globo aerostático de unos 6 metros de altura que representa al presidente estadounidense en pañales y con un móvil en una de sus manos, diminutas en comparación con el resto del cuerpo del hinchable.
Ruth Hunt, directora ejecutiva de la organización Stonewall -que lucha por los derechos LGBT-, explicó a Efe que la protesta es necesaria para asegurar que “el resfriado que recorre América, no nos haga (al Reino Unido) coger la gripe”.
“Una de las primeras cosas que hizo (tras ser elegido) es decir que los transexuales no podían servir en el ejército, y nosotras sabemos que cuando se empiezan a atacar los derechos LGBT, el resto de las comunidades también caen, por lo que tenemos el deber de juntarnos y decir: 'No en nuestro nombre, no está bien'”, ha asegurado.
Una relación “muy, muy fuerte” con el Reino Unido
La protestas contra el mandatario estadounidense se han producido en el marco de la reunión que ha mantenido este con la primera ministra británica, Theresa May en su residencia oficial de Chequers, a unos 65 kilómetros de Londres.
Trump, afirmó hoy en una breve comparecencia conjunta antes del encuentro que la relación de su país con el Reino Unido es “muy, muy fuerte”. También apuntó que “probablemente” los dos mandatarios nunca han desarrollado “una relación mejor” que en la cena de gala que ella le ofreció anoche en la mansión inglesa de Blenheim, al comienzo de su primera visita oficial a este país.
Estas declaraciones llegan después de la polémica entrevista de Trump en “The Sun”, donde se ha mostrado crítico con su anfitriona. Trump dijo al diario inglés que la estrategia de May para un “brexit” relativamente suave, con un mercado común de bienes, seguramente “matará” toda posibilidad de un acuerdo comercial con EEUU, pues en esas circunstancias Washington tendría que negociar con Bruselas.
También aseguró que él le había enseñado cómo negociar, pero ella “no le había escuchado”, al tiempo que expresó sus simpatías por el ya exministro de Exteriores Boris Johnson, rival de la primera ministra.
Puntualidad inglesa
Después de la cita en Chequers, el presidente estadounidense se ha trasladado al Windsor para tomar té con la reina Isabel II. Según han informado algunos periodistas presentes en el acto, Trump ha hecho esperar a la reina durante más de diez minutos en los exteriores del castillo.
Además, las cámaras captaron la imagen de Isabel II mirando su reloj durante la espera.