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Chantaje, secretos y un ejército de trols: los escándalos del PSG que también salpican al Mundial de Qatar

El presidente qatarí del París Saint-Germain, Nasser Al-Khelaifi, durante una rueda de prensa en agosto de 2021.

Amado Herrero

París (Francia) —
13 de noviembre de 2022 22:20 h

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Pieza central de la diplomacia deportiva desplegada por Qatar en la última década, el Paris Saint-Germain (PSG) acumula varios escándalos que implican directamente a la dirección del club. En el centro de la trama se encuentra un empresario franco-argelino, Tayeb Benabderrahmane, que trabajaba y residía en el emirato del golfo hasta 2020. Según ha revelado recientemente el diario Libération, en enero de ese año Benabderrahmane fue detenido y encarcelado durante nueve meses, interrogado y “sometido a una intensa presión psicológica”. 

Según esta información, el motivo de la detención son tres memorias USB y un disco duro externo que almacenaban documentos comprometedores sobre Nasser al-Khelaïfi, presidente del PSG y del Consejo de Administración del grupo BeIn Media. Esos documentos en posesión del empresario incluyen supuestas pruebas de corrupción en la designación del emirato como sede de la Copa del Mundo que comienza este mes y sobre la que hay varias investigaciones judiciales en curso en varios países, entre ellos Francia. Además, contienen evidencias del trabajo encubierto en el entorno de Al-Khelaïfi y de informaciones personales “relacionadas con la vida privada del presidente del PSG en la capital francesa”, según Libération.

Tayeb Benabderrahmane no fue liberado hasta noviembre de 2020, después de la entrega a las autoridades qataríes de los dispositivos de almacenamiento. El artículo relata cómo después de su detención, siguiendo las instrucciones de su marido, la esposa de Benabderrahmane se puso en contacto con Yamina Benguigui (que ocupó un puesto de ministra delegada en el gobierno de François Hollande). Benguigui, a su vez, la presentó a Rachida Dati, exministra de Justicia de Nicolas Sarkozy y actual alcaldesa del VII distrito de París . 

En este punto dos versiones difieren. Dati ha declarado a varios medios que su participación se limitó a recomendar a la familia el nombre del abogado Olivier Pardo, que a la postre sería el encargado de organizar la entrega y la firma del acuerdo confidencial con los abogados de Al-Khelaïfi que precedió a la liberación de Benabderrahmane. Sin embargo, según ha desvelado Le Monde, Benabderrahmane afirma que Dati jugó un papel central en las negociaciones y que fue la “intermediaria entre las dos partes” al tener línea directa con el fiscal qatarí.

En cualquier caso, tanto Libération como Le Monde y L'Équipe han podido confirmar la existencia de una negociación y del acuerdo confidencial. Además, fuentes policiales citadas por Libération y por Le Monde hablan de una investigación “ultrasensible” abierta sobre el caso y evocan la posibilidad de que Tayeb Benabderrahmane y posibles cómplices intentaran chantajear a Al-Khelaïfi. “Ya fuese por los documentos financieros, personales o por ambos, las autoridades cataríes querían evitar que la revelación de esas informaciones rompiera la historia de éxito sobre Al-Khelaïfi en París”.

Después de la entrega de los dispositivos en el verano de 2020, Benabderrahmane fue trasladado desde la prisión a un hotel en Doha, donde siguió bajo arresto domiciliario hasta su expulsión definitiva en noviembre de ese año. El acuerdo estipulaba que el empresario debía guardar silencio sobre el tema tras su liberación; en caso contrario, sería responsable de una penalización de cinco millones de euros. Sin embargo, una vez de vuelta en París, Benabderrahmane decidió romper la relación con su abogado y ha presentado una denuncia por tortura, detención ilegal, secuestro, extorsión cometida en banda organizada y soborno de testigos.

En una rueda de prensa celebrada el pasado 5 de octubre en París, los nuevos abogados de Tayeb Benabderrahmane denunciaron las acusaciones de chantaje aparecidas en la prensa contra su cliente como una estrategia para desacreditarlo. Sin desvelar el contenido de la información que tenía en su poder, insistieron en que ésta “afecta a una de las personas más poderosas del mundo” y que el caso demuestra la “posición central de Francia en el proceso de atribución de la Copa del Mundo de 2022”. 

Miniagencia de inteligencia

La información publicada por Libération está conectada con otra investigación judicial abierta desde el verano pasado, que también ha sido revelada recientemente por Le Journal du dimanche y Le Parisien, en la que también está implicado Tayeb Benabderrahmane. Las autoridades investigan las actividades llevadas a cabo por un servicio que los medios franceses describen como una “oficina secreta” o “una miniagencia de inteligencia” en el seno del PSG.

En particular la investigación se centra en un expolicía de la Dirección Central de Inteligencia Interna francesa (DGSI), Malik Nait-Liman, que tras abandonar el servicio pasó a trabajar para el club parisino como enlace con los ultras. Además de su relación con los aficionados, también gestionó otros proyectos relacionados con la obtención de información privada, según ha reconocido el propio Nait-Liman, en una entrevista exclusiva en Le Monde.

Esa información incluye el seguimiento de la vida privada de los jugadores, especialmente relacionado con sus salidas nocturnas. El principal cometido de este dispositivo era evitar escándalos extradeportivos para las estrellas del club. Escándalos como el que afecta desde hace meses al centrocampista de la Juventus y de la selección francesa, Paul Pogba. O, en un ejemplo más cercano, como el que sacude a la sección femenina del PSG, en el que la centrocampista Aminata Diallo está acusada de organizar una agresión para lesionar a su compañera Kheira Hamraoui.

En cualquier caso, esa labor de recogida de información se encuentra hoy en el centro de una investigación judicial, que coordina varios servicios de policía, incluida la DGSI. En octubre de 2021, las oficinas del club fueron registradas, según reveló recientemente Le Parisien, así como el domicilio de Nait-Liman en el que los investigadores encontraron varios vídeos y grabaciones sobre los responsables del club.

Malik Nait-Liman es amigo de Tayeb Benabderrahmane. “Tayeb es un amigo, lo considero un hermano, ambos venimos de la banlieue, tenemos los mismos valores de trabajo y ascenso social”, ha declarado Nait-Liman a Le Monde. Ambos fueron inculpados el 29 de septiembre y puestos bajo control judicial en el marco de esa investigación abierta desde el verano del año pasado. La fiscalía de París les investiga por cargos de corrupción, falsificación y uso de falsificaciones, complicidad y encubrimiento de violación del secreto profesional y tráfico de influencia, entre otros, en el marco de la información confidencial sobre el presidente del PSG y sobre datos de la DGSI aparecidos en un libro del periodista Alexandre Jordanov.

Ejército de trolls

Malik Nait-Liman ha reconocido, por ejemplo, haber utilizado sus contactos para averiguar la identidad de un aficionado del Stade Rennais al que Neymar dio una bofetada en la final de copa de 2019. Una acción que conecta con el tercer escándalo que ha estallado en el último mes alrededor del PSG: la utilización de un “ejército digital” al servicio del club para atacar o desacreditar a diferentes personas en redes sociales, una información revelada por Mediapart.

El PSG habría recurrido a una agencia especializada, Digital Big Brother (DBB), con sede en Barcelona, entre 2018 y 2020. Aunque en un comunicado el club desmintió “firmemente” las acusaciones, varios miembros de la agencia, contactados por la cadena pública Franceinfo, han confirmado la existencia de un contrato entre el club y DBB en las fechas publicadas por Mediapart. 

Mediapart y Franceinfo revelan la utilización de cerca de 1.000 cuentas de Twitter (muchas creadas para este fin) encargadas de “influir en otras cuentas” y “neutralizar cada ataque mediático, ya sean escándalos, asuntos internos, filtraciones de información sensible o información anti-PSG”. Esas cuentas se movilizaron para defender a Neymar, atacando al aficionado del Rennes al que agredió, o para criticar a Adrien Rabiot, entonces jugador del PSG apartado del equipo. Incluso la estrella del club, Kylian Mbappé, fue objetivo de este ejército digital cuando declaró su intención de abandonar el club a final de la pasada temporada.

La acumulación de escándalos ha sido considerada como suficientemente grave como para que Qatar envíe un emisario a París para reunirse con Nasser Al-Khelaïfi, según revela una información de Le Parisien. La idea, según fuentes citadas por el diario, es ayudar a Al-Khelaïfi a poner orden. El club, por su parte, ha hecho saber mediante comunicado oficial que no está acusado en ninguna de las investigaciones y dijo que se encuentra a disposición de la justicia para cualquier información.

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