En Bélgica hay un confinamiento parecido al de España, pero aún dejan pasear con quienes compartes techo, o a correr si dejas más de metro y medio de distancia con el resto de seres humanos. En Reino Unido, sin embargo, no han puesto coto al esparcimiento, como se ha podido ver este domingo soleado en parques llenos de gente en Londres. Y luego está Hungría, donde Vikctor Orbán quiere cerrar hasta el Parlamento para gobernar por decreto.
Pero el país en el que primer impactó con más virulencia el coronavirus, Italia, que ha ido marcando la línea que luego ha seguido el resto, este lunes, día en que se ha conocido que ha bajado el número de fallecidos por segundo día consecutivo, ha dado un paso más para evitar los contagios.
El Gobierno de Giuseppe Conte ha decretado, partir de este lunes, el cierre de las actividades productivas no esenciales. Un cierre que a los sindicatos aún les parece poco, porque creen que siguen en riesgo muchos trabajadores, y para el que los empresarios han pedido un margen de 72 horas.
Según el decreto italiano, cerca de unas 80 áreas económicas seguirán abiertas, lo cual, de acuerdo con el ministro de Desarrollo Económico, Stefano Pattuanelli, supone el 35% de las actividades productivas en Italia.
Mientras que en España las restricciones de actividades económicas se han limitado a aquellas con contacto con el público, el sector servicios fundamentalmente, salvo actividades que se consideran imprescindibles –bancos, supermercados, kioscos, gasolineras, telefonía, correos y estancos–, en Italia se cierran todas las actividades relacionadas con la metalurgía, todas las actividades de alquiler de vehículos y el sector de la construcción, a excepción de la parte de infraestructura.
En ambos países, como en casi toda Europa, se han cerrado colegios, universidades, parques y todas las actividades que puedan congregar personas.
En Italia, a diferencia de en España, ya no se verán peones en las obras. El Gobierno italiano, además, ha prohibido los despidos en marzo y abril. El paquete de medidas, denominado Cura Italia incluye 10.000 millones de euros en ayudas al mercado laboral, desempleo, incluyendo subsidios a trabajadores que pierdan su empleo y a los autónomos, y otros 3.500 millones en medidas para reforzar el sistema sanitario italiano. El Ejecutivo pagará 600 euros en marzo a los autónomos y trabajadores estacionales.
¿Y qué queda abierto en Italia? Pues sectores que siguen funcionando en España: además de los comercios esenciales, los despachos de abogados, arquitectos; toda la cadena de suministro de impresión, desde papel hasta la venta al por mayor de libros, revistas y periódicos, hasta servicios de información y comunicación; las actividades del cultivo agrícola, ganadero y pesquero; la industria de alimentos y bebidas; la extracción de petróleo crudo y gas natural...
En cuanto al sector textil, a diferencia de en España, se detiene la producción de prendas de vestir –en España se han parado fábricas por tener cerrados los puntos de venta, no porque se haya ordenado su cierre–, pero no las relacionadas con la fabricación uniformes y prendas de trabajo.
Siguen abiertas la industria química y farmacéutica, así como los servicios públicos de suministro de electricidad, gas y aire acondicionado, gestión de redes de alcantarillado y la recolección y eliminación de residuos. Además, Italia garantiza las actividades de la industria aeroespacial y de defensa.
La vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, no obstante, ha descartado este lunes el paro de toda la actividad económica no esencial como el decretado en Italia –en lo considerado “no esencial”– que han pedido algunas autonomías como Murcia o Catalunya: “Es difícil entender en qué consisten esas solicitudes cuando ya la actividad económica está suficientemente ralentizada”, ha añadido la vicepresidenta en una rueda de prensa junto al ministro de Sanidad, Salvador Illa, sobre las medidas para luchar contra el impacto de la pandemia.
La vicepresidenta ha explicado que “la semana pasada se adoptó la declaración de estado de alarma, que supone catálogo de medidas de contención más restrictiva del entorno europeo”, por lo que entiende que no es necesario ampliar medidas que ya “han empezado a tener un impacto” en la economía.
El líder del PP, Pablo Casado, ha apoyado este lunes la paralización total de la actividad económica que han venido reclamando en los últimos días el president de la Generalitat, Quim Torra, y que ya ha aprobado la Región de Murcia ante la crisis del coronavirus. “Prefiero que pequemos por exceso”, ha dicho Casado.
Sin embargo, la vicepresidenta económica ha asegurado que en estos momentos prácticamente solo se mantienen en producción las actividades esenciales de la economía poniendo como ejemplo que “en el funcionamiento de un hospital contribuye la industria química y farmacéutica, tiene que funcionar el transporte y la industria textil para los uniformes y ocurre lo mismo con la industria agroalimentaria. Estamos en condiciones de garantizar que ahora mismo solo se están llevando a cabo actividades esenciales de la economía”.
A la hora de ser preguntada por la obligatoriedad de numerosos trabajadores de tener que acudir obligatoriamente a su puesto de trabajo cuando no es una actividad esencial, como es el caso de la construcción o de la banca, la número tres del Ejecutivo de Pedro Sánchez solo respondió que es necesario que el sector de la banca esté en marcha para evitar la exclusión financiera de las personas más mayores.
El paquete de estímulo disponible en España, según ha anunciado este martes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es de 200.000 millones de euros. Es decir, casi un 20% del PIB –1,3 billones– movilizable para proporcionar garantías de préstamos a empresas, especialmente a pequeñas empresas, que también obtienen una moratoria sobre las obligaciones fiscales; pagos retrasados de hipotecas para familias. De los 200.000 millones, la mitad corresponden a avales; y 17.000 millones, a subvenciones para sobrellevar la crisis. También habrá otros 83.000 millones de inversión privada.
El Gobierno de Italia ha activado una partida de hasta 25.000 millones de euros para financiar distintas medidas para combatir el impacto del coronavirus, pero con la capacidad de movilizar recursos de ayuda por importe de hasta 350.000 millones de euros. Es decir, casi el 20% del PIB también –1,9 billones–.