Israel bombardea sin descanso Gaza y mata a dos altos cargos de Hamás

Francesca Cicardi

10 de octubre de 2023 07:42 h

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El número de muertos en Israel en los últimos tres días ha ascendido a más de 900, además de 2.400 heridos, en lo que es la escalada más grande del conflicto palestino-israelí en décadas. Mientras, en la franja de Gaza hay al menos 830 fallecidos, entre ellos 140 niños, y más de 4.200 heridos en los bombardeos israelíes que no han cesado durante la noche del lunes al martes y durante el día de hoy.

En los ataques nocturnos han muerto el ministro de Economía del Gobierno de Hamás en la franja, Yoad Abu Shmala, y otro alto cargo del movimiento islamista, Zacaría Abu Maamar, según un comunicado del Ejército israelí. Ambos eran miembros de la oficina política de Hamás, el principal órgano del movimiento islamista –cuyo brazo militar, las brigadas de Al Qassam, perpetraron el ataque del sábado.

“Desde su cargo, Abu Shmala manejaba la financiación del terrorismo dentro y fuera de la franja de Gaza. Había dirigido varias operaciones contra civiles israelíes y contra el Estado de Israel”, asegura el Ejército en la nota. Abu Maamar, por su parte, “tomaba parte en las decisiones de la organización y la planificación de numerosas actividades de terrorismo contra el Estado de Israel”.

Después de que se conociera la muerte de los dos dirigentes de Hamás, el grupo islamista ha vuelto a lanzar un gran número de cohetes desde la franja contra la ciudad de Ashkelon, el núcleo habitado más grande próximo a la franja, al norte de la misma, tras haber pedido a sus residentes que se marcharan a las 17.00 hora local (14.00 GMT).

El Ejército también ha anunciado este martes que ha contabilizado 1.500 cuerpos de milicianos de Hamás muertos en Israel tras el ataque sorpresa del grupo armado palestino el pasado sábado. En ese asalto participaron cientos de combatientes, que se infiltraron en territorio israelí a través de la valla que aísla la franja de Gaza, gobernada por el movimiento islámico Hamás desde 2007.

Desde la irrupción de los milicianos a primera hora del sábado, las tropas israelíes han estado enfrentándose a los hombres armados de Hamás en numerosas localidades y áreas de los alrededores de Gaza, de las que este martes han logrado recuperar el control. Además, el Ejército ha anunciado que la infiltración de milicianos de Hamás en su territorio ha sido detenida, después de unas 72 horas, y ya no se registran enfrentamientos con esos milicianos en suelo israelí.

“Hemos restaurado prácticamente el control completo en la valla fronteriza con Gaza, estamos restaurando [la valla] y organizando el perímetro”, ha indicado Richard Hecht, portavoz del Ejército, según la Agencia EFE. Aunque se pueden producir nuevas infiltraciones de milicianos, no se han producido incidentes de este tipo durante la noche, ha agregado el portavoz.

Desde ayer, Israel ha atacado hasta en tres ocasiones la única salida de Gaza que no controla, el paso fronterizo de Rafah con Egipto, según el medio independiente egipcio Mada Masr. Después de dos ataques en el día de hoy, el cruce ha sido cerrado de forma indefinida. Hasta ahora, sólo los palestinos con un permiso especial podían salir de la franja para recibir tratamiento médico.

El Ejército israelí ha confirmado que ha llevado a cabo bombardeos en la zona de Rafah para “destruir un túnel usado para introducir clandestinamente armamento y equipos a Gaza”.

Rehenes israelíes y extranjeros

Después de asegurar el control sobre su territorio, el siguiente objetivo de las tropas israelíes es el rescate de unas 100 personas que fueron secuestradas por los milicianos en las localidades y comunidades en las que penetraron el fin de semana, y que ahora se encuentran en Gaza, en manos de Hamás y el grupo Yihad Islámica. Los rehenes están expuestos tanto a los bombardeos israelíes como a las amenazas de Hamás.

El grupo islamista ha amenazado con ejecutar “públicamente” a los ciudadanos israelíes si su Ejército continúa efectuando bombardeos indiscriminados sobre Gaza, sin previo aviso a los residentes. “Cualquier ataque contra casas inocentes en Gaza sin previo aviso y alerta se enfrentará a la ejecución pública de un rehén”, afirmó ayer en un comunicado Abu Obeida, portavoz de las brigadas de Al Qasam, brazo armado de Hamás.

“El enemigo no entiende el lenguaje de la humanidad y la moral, y nos dirigiremos a él en el lenguaje que conoce. Responsabilizamos a la ocupación ante el mundo por esta decisión, y la pelota está en su tejado”, ha advertido Obeida.

Habitantes de la franja han denunciado que Israel ha dejado de emplear un método por el que el Ejército avisa de que va a bombardear, lanzando dispositivos no explosivos a los tejados de las casas unos minutos antes de soltar las bombas, para que la población pueda salir, a menudo con el tiempo justo.

Se cree que entre los rehenes hay extranjeros, además de medio centenar de uniformados, incluidos oficiales, que serán la moneda de cambio más valiosa para los milicianos palestinos – por ello, Obeida ha asegurado que sólo los civiles serán ejecutados, no los militares.

Por ejemplo, el Ministerio de Exteriores francés, que ha confirmado la muerte de cuatro ciudadanos galos en Israel, ha apuntado a que algunos de los 13 franceses desaparecidos “probablemente han sido secuestrados”.

Las autoridades israelíes han informado este martes de que han encontrado a 30 personas que estaban desaparecidas en Ein Hashlosha, muy cerca de la frontera de Gaza, según el periódico israelí Haaretz. Por su parte, el portavoz del Ejército, Daniel Hagari, ha confirmado que 50 soldados han sido secuestrados y 123 han perdido la vida. La Policía israelí, por su parte, ha informado de que más de 40 de sus efectivos han fallecido.

Bombardeos incesantes

A pesar de la presencia de esos rehenes en Gaza, Israel no ha dejado de lanzar bombardeos y misiles sobre la franja, destruyendo manzanas enteras de la capital, Gaza, y en otras zonas, como la localidad de Jan Younis, en el sur del enclave, donde viven hacinadas 2,3 millones personas.

Numerosos gazatíes han fallecido y resultado heridos en el bombardeo de un viejo edificio municipal, que estaba siendo empleado como refugio, según la agencia de noticias Reuters. “Hay muchos mártires, la gente sigue debajo de los escombros, algunos de mis amigos han muerto o son heridos”, dijo Ala Abu Tair, de 35 años, que estaba en ese refugio con su familia, que ha huido de su casa cerca de la frontera de Gaza con Israel. “No hay un lugar seguro en Gaza, [los bombardeos] golpean en todas partes”.

Desde que Israel comenzó a bombardear Gaza en respuesta al ataque de Hamás, el sábado, 187.518 personas se han visto desplazadas y, de ellas, casi 137.500 se están refugiando en 83 escuelas de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), después de haber abandonado sus casas por temor a que sean blanco de los ataques aéreos. La UNRWA en España ha asegurado que la pasada noche ha sido “terrorífica” debido a los incesantes bombardeos. “La población civil está atrapada bajo bombardeos y sin apenas electricidad y agua potable”, ha denunciado el comité español de la UNRWA en la red social X (antes Twitter).

Entre las víctimas palestinas hay tres reporteros, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) internacional. Los tres perecieron el sábado, cuando estaban informando sobre el ataque de Hamás y el comienzo de la escalada con Israel. Otros dos periodistas están desaparecidos y un sexto resultó herido por esquirlas.

Castigo colectivo

Las organizaciones humanitarias también han alertado de la situación en Gaza, que se enfrenta a una grave escasez de suministros, de electricidad y de agua, después de que Israel ordenara ayer el bloqueo total de la franja, donde ya escasean todos los bienes básicos.

“No habrá electricidad, alimentos ni combustible” que provengan de Israel, aseguró ayer el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant. “He dado una orden: Gaza estará bajo un cierre total. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. La electricidad en la franja ya se encuentra racionada y, según Al Jazeera, las reservas no durarán más de dos días si no llega más combustible para alimentar las centrales eléctricas y los generadores, de los que dependen en gran parte los hospitales y clínicas.

El alto comisionado de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, ha alertado este martes de que ese bloqueo supone un “castigo colectivo”, si no está justificado por “necesidades militares”.

“Esta situación empeora una situación humanitaria y de derechos humanos que ya era grave en Gaza y afecta la capacidad de funcionar de las instalaciones médicas, especialmente frente al aumento del número de heridos”, ha lamentado Türk. Asimismo, ha expresado su malestar por “las supuestas ejecuciones sumarias de civiles y, en algunos casos, asesinatos masivos a manos de miembros de grupos armados palestinos”.

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF) también han asegurado en un comunicado que “la situación es horrible” en el sector sanitario de la franja. “Hay un gran número de víctimas israelíes y palestinas. Nuestros colegas palestinos trabajan día y noche para hacer frente a la afluencia de personas heridas”, ha explicado el coordinador de la ONG en Gaza, Matthias Kannes.

“Muchos de nuestros colegas palestinos abandonaron su casa por miedo a ser atacados, algunos de ellos reportaron la destrucción total del edificio en el que vivían”, ha lamentado.

Por su parte, el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF), su directora ejecutiva, Catherine Russell, se ha mostrado “profundamente preocupada por las medidas tomadas para bloquear la electricidad e impedir que entren alimentos, combustible y agua en Gaza, lo que puede poner en riesgo la vida de los niños y niñas”.

“Dado el rápido deterioro de la situación, los actores humanitarios deben poder ofrecer un acceso seguro a los niños y sus familias a servicios y suministros que salvan vidas, dondequiera que se encuentren”, ha dicho en un comunicado. Y ha recordado “a todas las partes que en esta guerra, como en todas las guerras, son los niños y niñas quienes sufren primero y quienes sufren más”.

La coordinadora humanitaria de la ONU para los Territorios Palestinos Ocupados, Lynn Hastings, ha alertado de las “graves consecuencias humanitarias” que ya están teniendo las hostilidades. “Casas, escuelas, instalaciones médicas y otras infraestructuras han sido dañadas o destruidas” en la franja de Gaza, donde ha cifrado en 200.000 los que han abandonado sus hogares porque “temen por sus vidas o sus casas han sido destruidas”.