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El 40% de los estudiantes sin clase por el cierre mundial de colegios no tiene Internet en casa

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Icíar Gutiérrez

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A medida que se extendía el cierre de colegios como medida contra la propagación del coronavirus por el mundo, una pregunta quedaba en el aire y los temores afloraban: ¿qué iba a pasar con aquellos estudiantes, sobre todo los más golpeados por la pobreza, que no cuentan con tecnología ni con una buena conexión para continuar con sus clases a distancia?

Cifras divulgadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) este martes dan cuenta de la magnitud de este obstáculo a escala global. En un momento en que la educación a distancia se ha convertido en la principal alternativa a las clases presenciales para tratar de garantizar la continuidad de la enseñanza en la inmensa mayoría de los países, unos 826 millones de estudiantes no tienen acceso a un ordenador en sus hogares en todo el mundo.

Unos 706 millones de alumnos, además, no tienen Internet en sus casas, de acuerdo con estos mismos datos, recopilados el Equipo de Trabajo sobre Docentes, una alianza internacional coordinada por el organismo de Naciones Unidas, basándose en las estadísticas de la UNESCO y la Unión Internacional de Telecomunicaciones. 

Se trata, respectivamente, de la mitad y del 43% del total de los alumnos que se calcula que no pueden asistir en estos momentos a la escuela por la COVID-19. Según el monitoreo publicado por la UNESCO, más de 1.500 millones de estudiantes se ven afectados por “el trastorno sin precedentes” causado por la pandemia, que ha conllevado el cierre de centros educativos en 191 países. La clausura temporal de colegios ya afecta a la práctica totalidad de la población estudiantil de todo el mundo, alrededor del 90%. En el mapa que desde hace semanas actualiza la organización internacional apenas quedan territorios con las aulas abiertas, ya sea a nivel local o nacional. 

El organismo considera que los datos reflejan unas “alarmantes brechas digitales” en el aprendizaje a distancia. Según indican, la desigualdad es especialmente profunda en los países empobrecidos. En África Subsahariana, por ejemplo, el 89% de los alumnos no tiene acceso a ordenadores de uso doméstico y el 82% carece de acceso a Internet, unos 199 millones. En total, unos 242 millones han sufrido el impacto de la COVID-19.

Por regiones, en Asia Pacífico hay un 49% de estudiantes cuyas casas no están conectadas y un 56% que no tiene ordenador. Esta última cifra es del 34% en América, donde hay un 28% de alumnos que no tienen acceso a Internet desde sus hogares, según cifras de la organización a las que ha tenido acceso eldiario.es.

En Europa la brecha es menor, pero también existe: un 22% de los estudiantes no tiene ordenador en su vivienda y un 14% no cuenta con conexión a la red. Son 8,5 y 5,2 millones respectivamente. En la región europea, más de 38 millones se han visto afectados por el cierre de centros educativos, de acuerdo con los mismos calculos. 

La UNESCO explica que los alumnos pueden acceder a la información y conectarse con sus profesores y sus compañeros mediante el teléfono móvil. Sin embargo, unos 56 millones de estudiantes residen “en lugares donde no llega la cobertura de las redes móviles”. Casi la mitad de ellos, señalan, se encuentran en África Subsahariana. 

La organización de Naciones Unidas reclama el uso de otras herramientas para no incrementar la brecha digital. Audrey Azoulay, su Directora General, considera que “si bien deben multiplicarse los esfuerzos para proporcionar conectividad a todos, ahora sabemos que la continuidad de la enseñanza y el aprendizaje no puede limitarse a los medios online”. 

“Para reducir las desigualdades existentes, también debemos respaldar otras opciones, como el uso de programas de emisoras de radio y televisión comunitarias, y la creatividad en todas las formas de aprendizaje”, apostilla. Para Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación, estas desigualdades “constituyen una verdadera amenaza para la continuidad del aprendizaje en un momento en que se produce un trastorno educativo sin precedentes”. 

Los docentes también atraviesan dificultades

Se estima que cerca de 63 millones de docentes de enseñanza primaria y secundaria se han visto afectados por el cierre de centros educativos en todo el mundo. La organización mundial especializada también pone el foco en las dificultades que han enfrentado muchos de ellos para pasar de la enseñanza tradicional, en un aula, a la virtual.

“Incluso para los maestros de países que poseen una infraestructura fiable de tecnología de la información y la comunicación (TIC) y conectividad en los hogares, la rápida transición al aprendizaje online ha sido complicada”, señalan en un comunicado.

“En el caso de los profesores de las regiones en las que el acceso a las TIC y otras metodologías de aprendizaje a distancia es más reducido, la transición ha sido aún más difícil o hasta imposible”, agregan. En este sentido, recuerdan que los maestros también “requieren formación para impartir eficazmente la educación a distancia y online”. Pero ese apoyo, dicen, “es particularmente escaso en los países de bajos ingresos”.

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