Menos de 24 horas después de la visita a Taiwán de la presidenta del Legislativo de Estados Unidos, Nancy Pelosi, China ha iniciado maniobras militares con fuego real alrededor de la isla, consideradas por Taipéi como un “bloqueo” y una “violación de sus derechos”, y que han incluido el uso de misiles de largo alcance. Japón ha dicho que cinco misiles han caído en aguas de su zona económica especial.
Las maniobras planificadas han causado el cierre del espacio marítimo y aéreo en seis zonas alrededor de la isla, una de ellas a unos 20 kilómetros de la costa de Kaohsiung, la principal ciudad del sur de Taiwán, que Pekín reclama como territorio propio.
Los ejercicios militares se producen tras la fugaz y no anunciada parada en la isla de la congresista demócrata estadounidense, que provocó la ira y las amenazas directas de Pekín entre temores de una crisis en el Estrecho de Taiwán. Muchos analistas esperaban que el gigante asiático respondiera con una demostración de fuerza. Las crónicas describen que la vida cotidiana continúa en Taiwán en pleno aumento de la tensión política.
Los ejercicios, que se prolongarán hasta el domingo, han incluido prácticas de tiro con artillería de largo alcance, con “múltiples tipos de misiles convencionales”, frente a la costa este de Taiwán, misión en la que los proyectiles “dieron en el blanco con precisión” y que fue “completada con éxito” según el Ejército chino, que no ha dado más detalles.
China afirma que las prácticas tienen como objetivo “poner a prueba la precisión” de los misiles y su “capacidad de exclusión aérea”. Esta tarde ha cesado el bloqueo del espacio aéreo y marítimo frente a las costas occidentales de Taiwán después de que “las prácticas de artillería acertasen en sus blancos”, según ha explicado un portavoz del Ejército chino.
Los analistas esperan que los ejercicios superen la escala e intensidad de los efectuados durante la última crisis en el estrecho, hace 26 años.
Según recoge la agencia Associated Press, Ma Chen-kun, profesor de la Universidad de Defensa Nacional de Taiwán, dice que los simulacros tienen como objetivo mostrar la capacidad de los militares chinos de desplegar armas de precisión para cortar las conexiones de Taiwán con el exterior y facilitar el desembarco de tropas. A su juicio, los simulacros anunciados son “más completos” que los ejercicios anteriores.
El ministerio de Defensa de Taiwán ha dicho que sus fuerzas de defensa están en alerta y han estado vigilando la situación, y ha condenado lo que consideran un “comportamiento irracional” que “ha puesto en peligro la paz regional”. El ministerio ha informado de que se han disparado 11 misiles balísticos chinos Dongfeng, unas de sus armas más potentes, en aguas cercanas a la isla. La última vez que esto ocurrió fue en 1996, informa Reuters.
El ministerio taiwanés también ha indicado que dos decenas de aviones militares chinos han cruzado brevemente la línea media en el Estrecho de Taiwán, un límite informal que las aeronaves chinas han cruzado pocas veces.
“Trabajaremos mantener el statu quo de paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán”, ha dicho la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, en un discurso tras las maniobras. “Estamos tranquilos y no actuaremos con precipitación, somos racionales y no actuaremos para provocar, pero no retrocederemos en absoluto”.
Por su parte, el Gobierno de Japón ha afirmado este jueves que cinco misiles balísticos disparados por China durante sus maniobras han caído en aguas pertenecientes a su zona económica especial (EEZ) y ha trasladado una protesta a Pekín. Japón ha detectado en total nueve lanzamientos de misiles balísticos chinos entre las 15:00 y las 16:00 hora local, según el ministro de Defensa.
El secretario general de la ONU, António Guterres, está siguiendo “de cerca y con preocupación” las maniobras militares chinas y la supuesta caída de cinco misiles en aguas de la zona económica especia de Japón, según ha asegurado este jueves su portavoz, Stéphane Dujarric, preguntado durante su conferencia de prensa diaria.
EEUU dice que espera que China “no fabrique una crisis”
El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha afirmado que espera que China “no fabrique una crisis” a raíz de la visita de Nancy Pelosi a Taiwán. “Espero que Pekín no fabrique una crisis o busque un pretexto para incrementar su agresiva actividad militar”, ha dicho Blinken en Nom Pen al principio de su encuentro con representantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.
El responsable de la diplomacia estadounidense ha defendido que Washington mantiene su interés por “mantener la paz y la estabilidad” y ha dicho que una escalada “no beneficia a nadie”. “Quiero subrayar que nada ha cambiado en nuestra posición”, ha dicho Blinken.
Durante décadas Washington sigue una política cuidadosamente calculada de “ambigüedad estratégica” con Taiwán, es decir, no dejar claro cómo y cuándo respondería ante una posible ofensiva china contra la isla para disuadir a Pekín y, de paso, que las fuerzas independentistas de Taiwán no se vean especialmente animadas ante un respaldo incondicional de Washington.
Sin embargo, la parada en la isla es una muestra de apoyo evidente a Taiwán que, junto a varias declaraciones del presidente Joe Biden en los últimos meses, muchos interpretan como un ataque claro a la línea de flotación de esta estrategia.
Rutas internacionales afectadas
Por la mañana, la cartera de Defensa de Taiwán ha informado de que sus fuerzas tuvieron que disparar bengalas en dos ocasiones para ahuyentar anoche a un dron militar chino que sobrevolaba las inmediaciones de las islas Kinmen (también conocidas como Quemoy), que, pese a encontrarse a apenas 30 kilómetros de la ciudad suroriental china de Xiamen, están controladas por Taipéi.
En las últimas décadas, estas islas han sido objetivo de bombardeos por parte de China cuando las tensiones entre Taipéi y Pekín alcanzaron las cotas más altas.
Según medios taiwaneses, los simulacros chinos han afectado a 18 rutas aéreas internacionales de la isla y más de 900 vuelos se han visto obligados a modificar su ruta. La cartera de Transporte taiwanesa ha declarado que los barcos que lleguen a o salgan de Taiwán tendrán que “sortear” las zonas de prácticas y advirtió de que, pese a que los trayectos “solo tomarán unas horas más”, el “impacto acumulado” se notará en el futuro si los ejercicios militares chinos “se prolongan” en el tiempo.
El Ministerio de Defensa de la isla ha dicho que está “vigilando” los alrededores de la isla en respuesta a “actividades irracionales” del Ejército chino y que, pese a que no desea “una escalada” de la situación, “no se echará atrás” en lo que respecta a “la seguridad y soberanía” de Taiwán.
A la vez, según medios estatales chinos, un avión estadounidense de reconocimiento RC-135S partió de la isla japonesa de Okinawa, situada a algo más de 600 kilómetros de Taiwán, en dirección a la isla.
Por el contrario, el portaviones Ronald Reagan se alejó de Taiwán y se dirigió hacia el noreste, en dirección a Japón, también de acuerdo a medios chinos.
Borrell dice que “no hay justificación” para los ejercicios
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha dicho este jueves que “no hay justificación” para los “agresivos” ejercicios militares de China en el estrecho de Taiwán.
“Es normal y rutinario que los legisladores de nuestros países viajen internacionalmente”, ha escrito en Twitter el jefe de la diplomacia europea, quien ha animado a las partes implicadas en el conflicto a “permanecer tranquilas, mantener el control y actuar con transparencia”.
China, que calificó la visita de Pelosi como “farsa” y “traición deplorable”, reclama la soberanía de la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.