Ursula von der Leyen se enfrenta a presidir uno de los Colegios de Comisarios menos paritarios de los últimos 20 años. A pesar de que la alemana pidió a los gobiernos de la UE que le hicieran llegar dos nombres (un hombre y una mujer) para sus representantes en el nuevo organigrama con el objetivo de configurar un ejecutivo equilibrado desde el punto de vista del género, todos la han ignorado, excepto el de Bulgaria. La mayoría de estados miembros han designado exclusivamente a varones mientras que sólo nueve –entre ellos España con la propuesta de la vicepresidenta Teresa Ribera– lo han hecho con candidatas. Con esos mimbres, el futuro gobierno comunitario estaría compuesto tan solo por diez mujeres (contando con la propia Von der Leyen y la propuesta búlgara) frente a 17 hombres, siendo uno de los menos paritarios si Von der Leyen o el Parlamento Europeo no lo evitan.
La solución es compleja dado que las propias reglas de la UE tienen un vacío legal respecto a las exigencias del equilibrio de género. “Los miembros de la Comisión serán elegidos en razón de su competencia general y de su compromiso europeo, de entre personalidades que ofrezcan plenas garantías de independencia”, se limita a establecer el Tratado de funcionamiento de la UE. ¿Y cómo se hace esa elección? Los gobiernos de los estados miembros envían sus candidatos a la presidencia de la Comisión Europea una vez que ha sido elegida por el Parlamento Europeo y ésta elabora una propuesta de gobierno en la que reparte las correspondientes carteras (y vicepresidencias).
“El Consejo, de común acuerdo con el Presidente electo, adoptará la lista de las demás personalidades que se proponga nombrar miembros de la Comisión”, reza el séptimo apartado del artículo 17 de ese texto. Y es ahí donde hay quien considera que Von der Leyen tiene, en este momento procesal, capacidad de imponerse a las capitales y negarse a componer su nuevo gobierno con los nombres que le han hecho llegar.
“Von der Leyen no tiene ninguna deuda con el Consejo Europeo: ha sido elegida por los líderes de la UE y por el Parlamento Europeo. ¿Por qué debería tener miedo de ejercer su prerrogativa en virtud del artículo 17.7 del Tratado de la UE? Ella puede (y debe) rechazar el acuerdo sobre la lista propuesta por los estados miembros ante el Consejo y exigir a todos los estados miembros a presentar dos candidatos cada uno”, señaló en la red social X (antes Twitter) Alberto Alemanno, profesor de Derecho de la UE en la HEC París.
Esa opción supondría un choque sin precedentes de la Comisión Europea (en este caso su presidenta) con los estados miembros. “Jurídicamente es así, nadie se lo puede imponer, pero no lo veo”, señala una de las fuentes consultadas, que apunta al reparto de los “portfolios” como verdadera “arma poderosa” de Von der Leyen a la hora de empujar para tener un gobierno con mayor equilibrio de género, es decir, entrar en una suerte de intercambio de cromos con las capitales para darles un puesto de relumbrón siempre y cuando lo ocupe una mujer. “Puede ejercer presión sobre los gobiernos”, explica esa fuente.
La negociación discreta de Von der Leyen
Según Politico, eso es lo que la alemana está haciendo entre bambalinas con gobiernos de dos o tres países pequeños, entre ellos Malta. De acuerdo a la información de ese medio, Von der Leyen ha invitado al socialista Robert Abela a sustituir la propuesta de su mano derecha, Glenn Micallef, por una mujer. De hecho, la actual comisaria de Igualdad, Helena Dalli, quiere seguir en Bruselas. La única excepción que Von der Leyen hizo a la petición de que los gobiernos enviaran sólo un nombre es que fueran actuales miembros del Colegio de Comisarios y seis están en esa tesitura: Maros Sefcovic (Eslovaquia), Thierry Breton (Francia), Valdis Dombrovskis (Letonia), Olivér Várhelyi (Hungría), Wopke Hoekstra (Holanda) y Dubravka Suica (Croacia).
Por el momento, en la Comisión Europea rechazan dar ningún tipo de información y se limitan a decir que el proceso está “en marcha”, aunque reconocen que Von der Leyen sigue teniendo la “ambición” de que su gobierno tenga “equilibrio de género”. Rumanía ha anunciado in extremis la candidatura de Roxana Mînzatu mientras que se daba por hecho en las semanas anteriores que propondría a un hombre. Lo mismo ha sucedido en el caso de Bélgica, que aún inmersa en las negociaciones para formar gobierno tras las elecciones de junio se ha pasado el plazo del 30 de agosto y ha anunciado este lunes que su propuesta es la actual ministra de Exteriores, Hadja Lahbib, en sustitución del también liberal Didier Reynders.
Para deshojar la margarita, Von der Leyen tiene poco tiempo porque el Parlamento Europeo le ha emplazado a que el 11 de septiembre acuda a la Conferencia de Presidentes en la que se reúnen los jefes de los grupos parlamentarios para presentar su propuesta.
El examen de la Eurocámara
La Eurocámara examina individualmente a los candidatos y también vota después al Colegio de Comisarios en su conjunto. Los socialdemócratas ya han alzado la voz contra el suspenso en paridad que, en principio, presentará Von der Leyen. “No puedes tumbar a un candidato sólo por ser un hombre, te puedes cargar el paquete completo, pero tal y como está constituido el Parlamento Europeo [con una fuerte derechización tras las elecciones europeas], no lo veo”, señala la eurodiputada del PSOE Lina Gálvez, que es la presidenta de la Comisión de Igualdad, y que atribuye la situación a la “co-soberanía” de las instituciones europeas y la “falta de protocolos claros”.
“Con los elementos que tenemos no es suficiente y si queremos ser coherentes, hay que mover la agenda”, agrega Gálvez, que apunta a una directiva que regule ese tipo de situaciones en las instituciones europeas que, sin embargo, sí han legislado sobre paridad al obligar, por ejemplo, a las grandes empresas a contar con al menos un 40% de mujeres en sus consejos de administración.
A falta de que Von der Leyen mueva ficha y de que la Eurocámara evalúe a los futuros comisarios, por el momento el objetivo de tener un gobierno comunitario paritario está lejos, aunque con los últimos movimientos ha mejorado respecto a sus antecesores, José Manuel Durão Barroso (cuyo primer mandato tuvo con 18 hombres y siete mujeres) o Jean-Claude Juncker (19 hombres y nueve mujeres). La alemana tampoco mejora el récord de la pasada legislatura, cuando arrancó con la mayor presencia femenina de la historia (dieciséis hombres y once mujeres) y que acabó con 13 mujeres y 14 hombres en su configuración actual.
De los nombres que se han conocido por el momento, sólo nueve países (Alemania –con la propia Von der Leyen–, Croacia, Estonia, España, Finlandia, Portugal, Suecia, Rumanía y Bélgica) han planteado exclusivamente mujeres y se suma Bulgaria, que ha cumplido con la petición de Von der Leyen de proponer dos nombres: la exministra de Exteriores Ekaterina Zaharieva y el extitular de Medio Ambiente Julián Popov. De decantarse por la primera, sumaría diez mujeres en el gobierno comunitario frente a 17 hombres.