La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado este miércoles el nuevo paquete de estímulo fiscal de 1,9 billones de dólares para contener la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, pese al rechazo frontal de los republicanos. La nueva legislación ha salido adelante con 220 votos a favor y 211 en contra.
Se espera que el presidente Joe Biden firme el proyecto de ley este viernes, según ha anunciado recientemente la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
“La pandemia de la COVID-19 es una crisis que solo se ve en un siglo. Requiere de una respuesta integral, compasiva y continuada que solo se ve en un siglo. De esto va el Plan de Rescate Estadounidense (como se conoce la propuesta)”, ha remarcado el legislador demócrata Hakeem Jeffries.
El plan salió adelante el sábado pasado en el Senado, donde los demócratas hicieron valer su ajustada mayoría en esa cámara, lo que supuso la primera victoria legislativa de Biden tras siete semanas de mandato.
Los progresistas cuentan con una mayoría más amplia en la Cámara de Representantes, por lo que la propuesta iba a ser ratificada casi con toda seguridad. “Tanto dolor, sufrimiento y muerte y nuestros colegas no quieren hacer nada. ¿Qué problema tienen?”, ha agregado Jeffries. Solo un representante demócrata, Jared Golden, ha votado en contra.
Por su parte, los republicanos han reiterado su oposición al plan, al asegurar que es excesivo y toca aspectos que no están relacionados con la pandemia. Así se ha expresado el congresista conservador Kevin McCarthy, quien ha acusado a los demócratas de no querer alcanzar un acuerdo bipartidista y consideró la propuesta como una oportunidad perdida.
El proyecto de ley incluye nuevos pagos directos de 1.400 dólares a los contribuyentes que tengan ingresos inferiores a los 80.000 dólares anuales por persona, una cantidad superior a los cheques de 600 y 1.200 dólares que se entregaron en los anteriores paquetes de estímulo.
Amplía, asimismo, hasta comienzos de septiembre las ayudas al desempleo, de 300 dólares semanales, ya que los actuales fondos expiran el 14 de marzo, fecha límite que se han marcado tanto la Casa Blanca como los demócratas en ambas cámaras para tener el proyecto finalizado.
Además, el paquete asigna 350.000 millones de dólares para Gobiernos locales y estatales, 170.000 millones para la reapertura de las escuelas, 14.000 millones de dólares para fortalecer el plan de vacunación y otros 46.000 millones de dólares para el sistema de pruebas para la detección del coronavirus.
El rescate impulsado por el presidente Biden se une así al de 900.000 millones de dólares que el Congreso impulsó en diciembre y al de 2,2 billones de dólares, el mayor de la historia del país, en marzo de 2020, bajo la presidencia del republicano Donald Trump.