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La victoria de Ocasio-Cortez y la derrota de otras candidatas del cambio: “Para que una entre tienen que intentarlo cien”

Alexandra Ocasio-Cortez (AOC) se levanta de la mesa, claramente ofendida. Agarra el cable laberíntico de su micrófono y se dirige a una sala medio vacía: “Esto no es un debate”. Al día siguiente, The New York Times dedicaba su editorial al ausente Joe Crowley, que por segunda vez enviaba a una portavoz para evitar personarse en un cara a cara contra su rival en las primarias demócratas por Nueva York. “No dé por garantizados a sus votantes”, le advertía el diario estadounidense. “Soy la única candidata en esta sala”, sentenciaba una AOC vitoreada.

El resto ya es historia: latina y, sobre todo, socialista, Ocasio-Cortez vencía con más del 80% de los votos a un perplejo Crowley, el cuarto demócrata más poderoso de Estados Unidos, aspirante a la portavocía del Congreso y al que durante dos décadas nadie había cuestionado su escaño como representante de Nueva York en la Cámara de Representantes.

Netflix ha estrenado en el Día Internacional del Trabajo el documental 'Knock Down de House' (A la conquista del Congreso), una producción en la que cuenta el día a día en el camino que fraguó esa victoria. O el anuncio silencioso de la derrota de otras candidatas que intentan cambiar el sistema. “Para que una entre, tienen que intentarlo cien”, le recuerda Ocasio-Cortez a una de esas candidatas que no logró su objetivo.

El documental, una hora y media dirigida por Rachel Lears, hila los testimonios de otras tres mujeres que también pusieron contra las cuerdas a los representantes de sus distritos en las legislativas de 2018. Tacha de elitista al sistema electoral estadounidense, muestra el esfuerzo de base, la derrota y la organización de las campañas, puestas en marchas sin el apoyo financiero de las grandes compañías y orquestadas por una plataforma de afines a Bernie Sanders, Brand New Congress.

Contra el cambio climático, el racismo y por Medicare

La madre de Paula Jean Swearengin confiesa estar aterrorizada porque su hija se haya metido en política. Muchos activistas que luchan contra las empresas que explotan las minas del Virginia Occidental han desaparecido o han muerto. “Si otro país viniera aquí, volara nuestras montañas y envenenara nuestro agua, entraríamos en guerra. Pero la industria sí puede”, dice con firmeza Swearengin, que no relaja su rostro ni aunque sus asesores de campaña le pidan que sonría.

Cori Bush vive a escasos minutos de Ferguson, donde en agosto de 2014 colaboró como enfermera durante las protestas por la muerte a manos de la policía de Mike Brown, joven afroamericano desarmado. Cuenta puerta a puerta su lucha contra el racismo y su intención de hacer algo más por Misouri que los representantes actuales. No lo consigue.

Al director de campaña de Amy Vilela se le caen temblorosas las gafas cuando ve los resultados de las primarias en Nevada. Vilela Pelea por una sanidad pública desde que asumió la muerte de su hija: el hospital se negó a tratarla al no tener seguro. Unas 30.000 personas fallecen al año por el intricado sistema de seguros estadounidense, cuenta. Tampoco lo logró.

“Para que una entre, tienen que intentarlo cien”. AOC es ese uno por ciento. La congresista más joven del Congreso protagoniza este documental como muestra también de su liderazgo en ese nuevo frente que se está abriendo entre las filas demócratas: una actualización en la forma de hacer política a través de las redes sociales y plataformas a la que ahora también ha decidido sumarse Netflix.