Tras dos días de deliberaciones, el Consejo de Estado francés ha decidido suspender la prohibición del burkini impuesta en la localidad de Villeneuve-Loubet. El organismo hace caso así a la petición de la Liga de Derechos Humanos y el Comité contra la Islamofobia en Francia de retirar una orden que consideraban discriminatoria.
La ordenanza supone que las mujeres musulmanas podrán ir a las playas con la vestimenta que consideren oportuna. “Al estar clara por tanto la situación de urgencia, se anula la orden del tribunal administrativo de Niza (que había validado el decreto) y se ordena la suspensión de ese artículo”, en referencia a la orden que prohibía el uso del burkini en las playas de la localidad. La sentencia se aplicará en Villeneuve-Loubet y sentará jurisprudencia para los demás municipios.
El Consejo Francés del Culto Musulmán ha valorado positivamente la resolución del Consejo de Estado. “Esta decisión de sentido común va a permitir relajar la situación, que estaba marcada por una tensión muy fuerte entre nuestros compatriotas musulmanes, especialmente las mujeres”, ha manifestado su secretario general, Abdallah Zekri, en declaraciones a la agencia AFP. “Es una victoria del derecho, de la sensatez, encaminada a favorecer la convivencia en nuestro país”, ha añadido.
Asimismo, el Consejo de Estado francés ha insistido en que “ningún elemento permite interpretar que se hayan producido riesgos de problemas de orden público en las playas de la localidad de Villeneuve-Loubet. Ante la ausencia de esos riesgos, la emoción y la inquietud resultantes de los atentados terroristas, especialmente del cometido en Niza el 14 de julio pasado, no son suficientes para justificar legalmente la medida de prohibición”.
“El decreto recurrido ha supuesto un ataque grave y manifiestamente ilegal contra las libertades fundamentales: la libertad de circulación, la de conciencia y la libertad personal”, ha expresado el Consejo de Estado en el comunicado que se puede leer íntegro a continuación.
Este lunes un tribunal de menor rango había ratificado la decisión de prohibir el burkini alegando que era necesario para prevenir el desorden público. En el escrito, evitaron referirse explícitamente al burkini pero prohibían toda aquella ropa de baño que estuviera “relacionada con una afiliación religiosa”. Asimismo, alegaban otras razonas como la higiene.
Amnistía Internacional ya se ha pronunciado sobre la decisión del Consejo de Estado francés, asegurando que “la decisión ha dibujado una importante línea en la arena”. Asimismo, la ONG advierte a las autoridades francesas de que deben “dejar de pretender que decisiones de este tipo puedan proteger los derechos de las mujeres. Estas medidas invasoras y discriminatorias restringen la libertad de elección de las mujeres y son un ataque a la libertad de expresión, de religión y al derecho a la no discriminación”. En el comunicado de Amnistía Internacional insisten en que la prohibición “promueve las humillaciones públicas y provoca abusos y tratos degradantes a las mujeres y niñas musulmanas”.
La ONG hace referencia así a casos como el ocurrido recientemente en Niza, cuando una mujer fue obligada por cuatro agentes a quitarse la ropa, una túnica de manga larga azul, en aplicación de la norma impuesta tras los atentados que sufrió la localidad.