Los ejércitos de Corea del Sur y Estados Unidos han disparado cuatro misiles tierra-tierra en un ensayo conjunto que pretende servir de respuesta al lanzamiento de un misil balístico de rango intermedio (IRBM) por parte norcoreana este martes. Uno de los disparos de un misil del ejército surcoreano ha resultado fallido y el proyectil realizó un “vuelo anormal”, cayendo dentro del recinto militar.
Cada uno de los aliados disparó dos misiles del sistema ATACMS hacia el mar de Japón (llamado mar del Este en las dos Coreas) que golpearon los objetivos designados, según detalló el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano en un breve comunicado en el que no se especifican más detalles sobre la hora o lugar del ensayo armamentístico.
El lanzamiento fallido de uno de los misiles ha desatado críticas y preocupación entre los residentes e internautas por la falta de información hecha pública por las autoridades militares. En torno a la 1.00 hora local, el ejército surcoreano disparó un misil Hyunmoo-2 desde la base aérea de Gangneung, unos 170 kilómetros al este de Seúl, y el proyectil realizó un “vuelo anormal” cayendo dentro del recinto militar.
El JCS no ha confirmado oficialmente el suceso hasta casi 12 horas después, afirmando que el suceso implicó un solo misil y estaba investigando qué había causado el “vuelo anormal” del misil surcoreano.
Imágenes grabadas por residentes de la zona, muchos furiosos por la falta de información, muestran un gran incendio en la base. Según informa la agencia Reuters, algunos ciudadanos pensaron que había comenzado una guerra. Fuentes militares consultadas por la agencia Yonhap indicaron que no se han producido víctimas ni heridos y que el combustible que cargaba el misil ardió, pero que la carga útil no estalló.
Aunque no se ha especificado la tipología exacta, se cree que el proyectil disparado sería un Hyunmoo-2C, un misil de combustible sólido con un alcance de unos 800 kilómetros y desplegado por primera vez en 2017.
Alianza con EEUU
Además, el ejército surcoreano ha anunciado este miércoles que el portaaviones estadounidense USS Ronald Reagan retornará a aguas del mar del Este, donde ya realizó maniobras la semana pasada. En esta misma zona, el Ronald Reagan y su grupo de ataque, compuesto por el crucero lanzamisiles USS Chancellorsville y el destructor USS Barry equipado con sistema Aegis, realizaron ejercicios durante cuatro días con la marina surcoreana y japonesa hasta el viernes pasado.
“Este redespliegue de un portaviones y su grupo de ataque en la península coreana es muy inusual”, explicó en un comunicado el Estado Mayor Conjunto surcoreano, que añadió que la acción “muestra la determinación de la alianza entre la República de Corea (nombre oficial de Corea del Sur) y Estados Unidos a la hora de responder con determinación a amenazas”. El texto añade que los aliados están afinando su preparación conjunta de cara a “nuevas provocaciones de Corea del Norte”.
El objetivo de los simulacros es “asegurarnos de que tenemos las capacidades militares preparadas para responder a las provocaciones del Norte si se llega a eso”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Kirby, a la CNN.
“No debería llegar a eso. Hemos dejado claro a (el líder norcoreano) Kim Jong-un que estamos dispuestos a sentarnos sin condiciones previas. Queremos ver la desnuclearización de la península de Corea”, dijo, según recoge The Guardian. “No ha mostrado una inclinación a avanzar en esa dirección y, francamente, se está moviendo en la dirección opuesta al seguir realizando estas pruebas de misiles, que son violaciones de las resoluciones del Consejo de Seguridad”.
Este martes Pionyang disparó lo que parece ser un Hwasong-12 que sobrevoló Japón por primera vez en cinco años y que ha supuesto el proyectil norcoreano que más distancia ha recorrido jamás al haber volado en torno a 4.500 kilómetros alcanzando una altura máxima de casi 1.000 kilómetros. El presidente surcoreano, Yoon Suk-yeol, condenó el mismo martes el lanzamiento y prometió una primera respuesta que llegó horas después, cuando un caza F-15 surcoreano disparó bombas de precisión también sobre objetivos simulados en el mar Amarillo.
Muchos expertos creen que el hecho de que el proyectil norcoreano sobrevolara Japón por primera vez en un lustro puede apuntar a una intensificación, en cantidad y envergadura, de las pruebas de armas norcoreanas tal y como ya sucedió en precisamente en 2017, cuando el régimen realizó el que de momento es su último test nuclear hasta la fecha.
Corea del Norte, que ha rechazado las ofertas para retomar el diálogo y permanece completamente aislada del exterior por la pandemia, aprobó en 2021 un importante plan de modernización armamentística.
Los satélites han revelado que lleva meses preparada para llevar a cabo una nueva detonación en Punggye-ri (noreste), y los analistas creen que el lanzamiento del martes puede anticipar un nuevo ensayo atómico que, apuntan, casi con toda probabilidad se haría tras la conclusión del congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) para no soliviantar a Pekín.