La bicicleta gana protagonismo durante la pandemia: varias ciudades europeas promueven su uso para evitar contagios
Los desplazamientos ciclistas se han reforzado en muchas ciudades del mundo. La bicicleta se está reivindicando como uno de los vehículos que permiten realizar traslados seguros durante la pandemia de la COVID-19. Algunas ciudades – como Londres, Berlín y Glasgow – han optado por ofertar viajes gratuitos en la red de bicicletas municipales a profesionales sanitarios y al resto de usuarios. Otras – como Bogotá, Budapest y Berlín – han aumentado el espacio de circulación reservado para este vehículo.
En Francia, el Gobierno de Emmanuel Macron está estudiando medidas para potenciar su uso tras el fin del confinamiento. La ministra francesa de Transición Ecológica, Elisabeth Borne, ha encargado al ex vicepresidente de transportes del área metropolitana de París, Pierre Serne, la búsqueda de posibles formas de implementar la bicicleta como el principal medio de transporte, según ha informado Le Parisien.
Su homóloga española, la ministra Teresa Ribera, ha asegurado este miércoles que estudiarán el caso francés para aplicarlo en España. “Me parece una idea buenísima y una gran oportunidad en el marco de una movilidad distinta”, ha expresado en Twitter.
“La bicicleta está jugando un papel central en muchas ciudades en las que se está empezando a dar los los primeros pasos para la desescalada. Se puede ver en muchos países de fuera de Europa, el caso más claro es China, que lleva varias semanas por delante”, explica Jesús Freire, director de desarrollo de negocio de la Federación Europea de Ciclistas. “Todo el mundo coincide en que después de la epidemia habrá un rechazo colectivo a los transportes públicos. Si no se quiere coger el metro, el bus o el coche para ir a trabajar por miedo al contagio, habrá que poder moverse”, ha señalado Serne, en declaraciones recogidas por el periódico francés.
En Alemania, el ministro de Salud, Jens Spahn, recomendó hace un mes a sus ciudadanos realizar desplazamientos en bicicleta recordando que es una forma de transporte apropiada para mantener el distanciamiento social. En algunos distritos de Berlín se ha optado por ensanchar el espacio de los carriles bici de forma temporal para permitir a sus usuarios mantener la distancia de 1,5 metros de seguridad, aprovechando que el tráfico se ha reducido debido a las restricciones impuestas durante la pandemia.
Esta medida ha tenido buena acogida entre los colectivos que apuestan por desplazamientos ecológicos y ya han lanzando una campaña para que se extienda a otras ciudades, según informa The Guardian. En este país, los talleres de reparación de bicicletas no se han visto afectados por las restricciones impuestas por el Gobierno y continúan abiertos.
Investigadores reivindican el papel de la bicicleta
Decenas de investigadores alemanes especializados en salud física, salud mental y movilidad publicaron el 31 de marzo una carta abierta en la que coincidían con la idea planteaba por Serne, recordando que andar o ir bicicleta contribuye a “evitar el riesgo de infección”, por lo tanto requieren a las administraciones que realicen “rápidos ajustes en la infrasestructura”, llegando a apostar por reducir los límites de velocidad para evitar accidentes de tráfico. Nueva Zelanda aboga por un modelo parecido al impulsado en la capital germana, la ministra de Transporte, Julie Anne Genter, anunció que las ciudades que apuesten por ampliar las aceras y crear carriles bici temporales podrán solicitar al Gobierno central el 90% de la financiación que les suponga realizar estas modificaciones en la calzada.
Freire considera que la bicicleta “puede tener un papel fundamental en la salida de la crisis” sanitaria. Como consecuencia de este rol, espera que “se refuerce su uso en el futuro”. “Muchos ciudadanos van a descubrir un servicio ágil, seguro y que te permite moverte por las ciudades de forma fácil”, insiste. Desde la Federación Europea de Ciclistas destacan la actuación del Ayuntamiento de Bogotá. En la capital de Colombia, que ya disponía de 550 kilómetros de infraestructura ciclista, a mediados de marzo se le han añadido de manera temporal 117 kilómetros más.
En Budapest también han abogado por la creación de carriles temporales, la administración de la capital húngara destaca que durante la emergencia sanitaria quieren ayudar a sus residentes a llegar al trabajo y mejorar el acceso a instituciones sanitarias. Desde la administración municipal también avisan de que estas vías permanecerán operativas hasta septiembre, aunque si la experiencia resulta positiva algunas “podrán llegar a ser permanentes después del final de la pandemia”.
“Contribuye al autocuidado”
Teniendo en cuenta las experiencias internacionales, Laura Vergara, Coordinadora española en Defensa de la Bici ConBici, reivindica que esta forma de transporte es “una aliada” durante la emergencia sanitaria. “Sirve como medio de transporte que descongestiona los servicios colectivos. Además, es una forma de autocuidado, las personas que los utilizan cuidan su estado mental y físico. Sobre todo, para el personal sanitario nos parece muy importante”, insiste.
Otro de los modelos por el que se ha optado ha sido la promoción de los servicios de alquiler. Freire, que vive en Bruselas, explica que en esa ciudad la flota de bicicletas eléctricas Billy facilita su servicio de forma gratuita a todos los empleados del sistema sanitario y ofrece los primeros 15 minutos de forma gratuita al resto de usuarios.
En Glasgow, el Ayuntamiento ha llegado a un acuerdo con la compañía Nextbike para que los trabajadores sanitarios también puedan desplazarse de forma gratuita. Londres ha emprendido la misma medida. Sin embargo, Berlín ha ido más allá y durante el último mes ha extendido esta medida a toda la población, de esta forma la administración abona los primeros 30 minutos de desplazamiento en bici.
Estos sistemas de desplazamiento no solo se han mantenido abiertos en Europa. En Wuhan, ciudad donde se originó el brote de COVID-19, estos servicios han seguido funcionando. Según los datos publicados por CGTN, los viajes de larga distancia de más de tres kilómetros realizados en estas bicicletas se triplicaron entre el 22 y el 24 de enero, el 23 comenzó la cuarentena. El 17% de las personas que necesitaron atención sanitaria el 25 de enero se desplazaron en este medio de transporte.
A falta de datos concretos, Freire asegura que “actualmente en países como Alemania, Holanda o Bélgica hay más personas desplazándose en bicicleta que andando”. “En todo el mundo va a haber un aumento del uso de la bicicleta”, vaticina el portavoz de la Federación Europea de Ciclistas, que a su vez apunta que “no le extrañaría que el uso modal de este vehículo sea más alto que el resto de medios de transporte públicos” durante las medidas internacionales de confinamiento.
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