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El mapa para luchar contra el coronavirus condado a condado en Estados Unidos (y que podríamos utilizar en España)

El mapa de Covid Act Now

María Ramírez

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El 14 de marzo Jonathan Kreiss-Tomkins, un diputado de Sitka, en Alaska, recibió una llamada de un amigo que como él había trabajado en la campaña de Howard Dean, el ex gobernador de Vermont y aspirante demócrata en las primarias presidenciales de 2004.

Ese día, el de la primera declaración de estado de alarma en España, en Estados Unidos, la amenaza del coronavirus parecía lejana para la mayoría de políticos y ciudadanos. En un país de 328 millones de personas se habían identificado 47 muertes por coronavirus y menos de dos millares de casos. Pero en Europa ya se vislumbraba lo que se avecinaba, con más de 1.200 muertos en Italia; 121, en España, y el descubrimiento de una curva de crecimiento exponencial, es decir, que se multiplicaba cada vez más rápido.

Aun así, en Estados Unidos había pocas voces de alerta pública de lo que iba a suceder. Lo que ha sucedido es la muerte de más de 73.000 personas y el contagio de más de 1,2 millones (según los datos de este jueves). Una de las voces preocupadas aquel 14 de marzo era la de Zack Rosen, consejero delegado de Pantheon, una start-up de San Francisco de desarrollo de plataformas. Llamó a su amigo de Alaska y comentaron la idea de hacer algo para explicar a los estadounidenses lo que se venía encima, un mapa con un modelo utilizando los datos de países como Italia y España.

“Queríamos mostrar cómo funciona el crecimiento exponencial, que es un concepto poco intuitivo. Y para actuar hay que entender los fuegos que vienen”, explica Kreiss-Tomkins por llamada de WhatsApp desde Juneau, la capital de Alaska.

“En marzo, mucha gente estaba relajada, no hubo ninguna acción, ni siquiera profiláctica. Pero los datos de Europa eran alarmantes”, cuenta Kreiss-Tomkins.

El primer modelo

En unas horas ya estaba la idea para Covid Act Now, una web para mostrar cómo COVID-19 se expande por Estados Unidos condado a condado y qué territorios tienen mayor riesgo de padecer brotes que hagan colapsar a sus hospitales. Al principio, era un pequeño grupo de gente preocupada. Ahora es una organización sin ánimo de lucro que tiene un equipo de unos 25 desarrolladores, epidemiólogos, expertos en salud y líderes de políticas públicas.

El 20 de marzo, publicaron el primer modelo, que diseñó Max Henderson, un científico de datos que trabajaba en Google. El modelo está hecho ahora con la ayuda de una profesora de Georgetown, Rebecca Katz, y basado en el modelo de otra de Harvard, Alison Hill. El jefe de Tecnología es Igor Kofman, que tenía el mismo cargo en Dropbox, la empresa de software para compartir archivos.

Más de 10 millones de estadounidenses han utilizado la web de Covid Act Now desde entonces, según sus fundadores, y se ha convertido en una herramienta habitual para gobiernos locales, estatales y federales, incluyendo el ejército y la Casa Blanca. Cuando arrancaron no había modelos nacionales y tan completos como ahora.

Desde aquella primera conversación telefónica, el proyecto creció “como una bola de nieve”. Y ahora se ha adaptado para informar, condado a condado, del riesgo que tiene el lugar donde vives si se rebajan las medidas de distanciamiento físico.

Una campaña que dejó huella

Zach Rosen y Jonathan Kreiss-Tomkins se hicieron amigos en la campaña de Howard Dean, la primera que usó las herramientas de Internet para movilizar a los votantes y la que abrió camino para la primera realmente exitosa gracias al activismo online, la de Barack Obama.

“Fue una campaña donde aprendimos tanto...”, recuerda Kreiss-Tomkins. Él tenía 14 años, cuando desde Sitka, una isla de Alaska, creó en 2003 la primera red de apoyo a Dean en Alaska en una suerte de Facebook antes de que existiera Facebook. Rosen era un universitario que estudiaba Informática entonces. Dean perdió las primarias contra John Kerry, pero aquella campaña dejó huella y la conexión entre muchas de las personas de aquel tiempo permanece.

Ahora Rosen sigue interesado en política aunque no se dedique a ello. Kreiss-Tomkins (también conocido como JKT) está en la primera línea: es diputado (demócrata) de la Cámara de Representantes de Alaska, un estado muy republicano, desde 2013. Tenía 23 años cuando fue elegido por primera vez.

Condado a condado

Desde la semana pasada, el mapa de Covid Act Now tiene tres medidas para mostrar el riesgo de reapertura: tasa de contagio, nivel de tests y capacidad de las unidades de cuidados intensivos, combinando el modelo de predicción con los datos ofrecidos por los condados. No todos ofrecen todos los datos. Las grandes ciudades publican los más completos mientras en las zonas rurales suelen faltar.

El mapa ha ayudado a los legisladores a tomar decisiones en Michigan, California, Texas, Alaska o Kentucky. Incluso en estados bajo presión para reabrir y donde los gobernadores han relajado las medidas. La herramienta es especialmente útil para entender la epidemia de manera hiperlocal. A Kreiss-Tomkins le hace especial ilusión ver su mapa en un informativo local, por ejemplo, el otro día sobre un pueblo de Illinois.

En las próximas semanas, el equipo quiere enriquecer el mapa con más datos de movilidad o capacidad de rastreo de contactos de las personas infectadas. “Lo que querríamos es que funcionara como un sistema de alertas tempranas para avisar de un posible aumento de casos en zonas concretas. Una alerta que pueda indicar una subida de contagios antes de que nos demos cuenta de la incidencia local”.

El mapa es de código abierto. “Cualquiera puede utilizarlo metiendo ahí sus datos”, explica Kreiss-Tompkins. Ya les han contactado investigadores de Reino Unido o Australia y también un gobierno indio para hacer algunos cambios y utilizar su herramienta.

Sus fuentes han ido variando. Ya no cuentan tanto con los datos europeos, que al principio mostraban un ratio de contagio muy alto y que en Estados Unidos no se dio de la misma manera en todo el país. Tienen los datos de la Universidad Johns Hopkins y de Definitive Healthcare, una red de análisis de datos de hospitales, médicos y otros proveedores de salud. Sus principales consejeros son epidemiólogos de las universidades de Georgetown y Stanford.

Pese a que el presidente Donald Trump ha animado a romper el confinamiento y parte de los republicanos se han opuesto a estas medidas, el grupo de Covid Act Now apenas ha recibido críticas, más allá de algún email enfadado. “La gente está siendo más conservadora en sus elecciones independientemente de las decisiones de los gobiernos de los estados”, dice.

Alaska sigue siendo uno de los estados menos afectados por la epidemia, pero muchas actividades siguen cerradas. Con sus grandes espacios naturales hay muchas personas disfrutando del ejercicio. “Ahora corro más”, cuenta el diputado, que ha ganado ultramaratones y hace unos años escaló El Muertito, un pico en la frontera entre Argentina y Chile que no había escalado nadie antes. También es músico y ha fundado una universidad alternativa que combina los estudios académicos con el trabajo de servicio público.

“En Alaska no se nota mucho la diferencia”, dice. Desde hace semanas, está en Juneau, la sede de la asamblea estatal, aunque se hayan suspendido las sesiones, que no se pueden celebrar de manera virtual. No puede volver a su casa en Sitka porque la mayoría de los municipios siguen aplicando medidas de confinamiento y es difícil viajar.

Cree que el mundo ya está cambiando, incluso más que después de los atentados del 11 de septiembre. “La enfermedad no se irá a ningún sitio. No podemos eliminar el virus. Por eso es tan importante el análisis de la información mientras esté el virus dando vueltas. Esperemos que se desarrolle una vacuna”, dice. “Es un punto de inflexión en la historia moderna, sin duda el evento mundial más significativo de mi vida”, dice Kreiss-Tomkins, que ahora tiene 31 años.

Hace años que Kreiss-Tomkins no se involucra en las carreras presidenciales, aunque dice que ha apoyado a Joe Biden y le votará. Para él noviembre tiene un significado más personal: se presenta de nuevo a la reelección.

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