La Corte Internacional de Justicia ordena a Israel tomar medidas para evitar un genocidio en Gaza
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el máximo tribunal de Naciones Unidas con sede en La Haya, ha pedido a Israel que tome medidas para evitar “actos de genocidio” en la guerra que está librando en Gaza, en respuesta a solicitud presentada por Sudáfrica, que presentó una demanda contra ese país denunciando un “patrón de conducta de intención genocida” en su ofensiva contra la Franja, donde más de 26.000 personas han muerto desde el pasado 7 de octubre. El Tribunal también ha ordenado a Israel a que permita la entrada de ayuda humanitaria en la Franja.
La decisión ha sido tomada por 15 votos a favor y dos en contra, de los 17 jueces encargados de la demanda presentada a finales de diciembre, en la que Sudáfrica alega violaciones de la Convención sobre el Genocidio por parte de Israel contra los palestinos. La presidenta de la CIJ, Joan Donoghue, ha dicho en la apertura de la sesión de este viernes que el tribunal “está preocupado por la pérdida de vidas [humanas] y el sufrimiento en Gaza” y ha señalado que la ofensiva Israelí “ha causado muertes, una gran destrucción y el desplazamiento masivo” de los habitantes de la Franja, basándose en las declaraciones de varios altos representantes de la ONU, incluido el comisionado general de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini.
Ante todo, la CIJ ha dictaminado que tiene jurisdicción para juzgar este caso y, además, que los palestinos de Gaza representan un grupo que tiene derecho a ser protegido ante un posible genocidio. Para evitar que eso ocurra, el tribunal ha emitido una serie de “órdenes de emergencia” para proteger a los gazatíes, pero no ha ordenado un alto el fuego.
La Corte ha pedido a Israel “tomar todas las medidas que están en su poder para evitar actos” que se incluyen en la Convención contra el Genocidio y que son: “asesinar a miembros del grupo” protegido, “causar daño físico o mental grave a miembros del grupo”, “imponer al grupo condiciones de vida que conlleven su destrucción física, en parte o en total” e “imponer medidas que eviten nacimientos dentro del grupo”. En su fallo, la CIJ detalla que “el Estado de Israel debe garantizar que sus militares no cometen ningún acto de los descritos arriba” y tiene que “evitar y castigar cualquier incitación directa y pública a cometer genocidio de los palestinos en Gaza”. De cara a la desesperada situación humanitaria, el tribunal exige a Israel “proveer urgentemente de servicios básicos y asistencia humanitaria” a los gazatíes.
Además, Israel tendrá que presentar a la CIJ un informe con todas las medidas adoptadas para aplicar las órdenes, en un plazo de un mes a partir de este viernes.
Israel no cumplirá las órdenes
La ministra de Exteriores sudafricana, Naledi Pandor, a la salida de la vista en La Haya, ha lamentado que la CIJ no haya incluido un cese de las hostilidades en su fallo pero ha afirmado que, para cumplir con las órdenes del tribunal, es necesario un alto el fuego. “La corte ha mandado una clara señal a Israel”, ha añadido, al mismo tiempo que ha advertido que no cumplir las órdenes de emergencia dictadas este viernes sentaría un “precedente peligroso”.
El Gobierno israelí adelantó este jueves que no tenía intención de acatar las medidas cautelares, si estas incluían un alto el fuego, porque “no tiene fundamento”, afirmó su portavoz, Eylon Levy. También se mostró confiado en que la CIJ fallaría a favor de Israel: “Esperamos que la CIJ desestime estas acusaciones espurias y engañosas”. Las decisiones del máximo tribunal de Naciones Unidas son vinculantes y no pueden ser apeladas, pero de facto la Corte no dispone de ninguna forma para imponer sus decisiones y que estas se apliquen.
Tras conocerse el fallo, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha dicho que la acusación de genocidio contra Israel “no sólo es falsa, es escandalosa”, aunque se ha mostrado satisfecho con que el tribunal no ordenara el cese inmediato de las hostilidades. “Como todo país, Israel tiene el derecho básico a la autodefensa. El tribunal de La Haya rechazó con razón la escandalosa exigencia de privarnos de este derecho”, ha afirmado.
Por su parte, el grupo islamista Hamás afirmó anoche que acataría la decisión de la CIJ si Israel también lo hacía y si cumplía con el alto el fuego que se esperaba que ordenara el tribunal. También aseguró que pondría en libertad a los rehenes que secuestró el día 7 de octubre y que siguen en sus manos y de otras milicias palestinas, si Israel excarcela a los presos palestinos que están recluidos en ese país.
Precisamente, la defensa que Israel presentó ante la CIJ el pasado día 12 se basa en los ataques de Hamás del 7 de octubre, que dejaron cerca de 1.200 muertos, buena parte de ellos residentes de las comunidades judías cercanas a la Franja de Gaza. Esos ataques no forman parte central de la acusación sudafricana e Israel alega que es el elemento clave que justifica su derecho a la legítima defensa. Aún así, ante la posibilidad de que el tribunal emitiera una decisión en su contra, Israel –por primera vez en su historia– ha decidido defenderse y, de esta forma, reconocer la legitimidad de la CIJ.
Documentos desclasificados
El periódico The New York Times informó el jueves de que Israel ha desclasificado más de 30 documentos secretos con órdenes del Gobierno y de los líderes militares para tratar de rebatir las acusaciones de Sudáfrica, en concreto, su “intención genocida”. Esas órdenes muestran que Israel hizo “esfuerzos” para no causar muchas muertes entre los civiles palestinos, según el diario, que ha revisado una copia de los documentos presentados a la CIJ. La defensa de Israel trata de probar que, aunque dirigentes políticos israelíes, incluidos ministros, han hecho llamamientos a expulsar a todos los palestinos de Gaza o matarlos, las órdenes oficiales del Ejecutivo y del Ejército no apuntaban en ese sentido.
Precisamente, Sudáfrica incluyó en su demanda de 84 páginas declaraciones oficiales de altos cargos políticos y mandos militares, así como lo que dicen los propios soldados en vídeos grabados por ellos mismos en Gaza, en los que prometen venganza contra los palestinos, expresan su desprecio y odio hacia ellos, o se ríen del sufrimiento que les están causando. Según uno de los abogados del equipo sudafricano, la “intención genocida” está “arraigada en la creencia de que el enemigo está incrustado en la vida civil palestina de Gaza, no solo en el brazo militar de Hamás”.
El propio presidente de Israel, Isaac Herzog, responsabilizó a todos los palestinos del ataque perpetrado por Hamás. Mientras, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, calificó a los gazatíes de “animales humanos” para justificar la decisión de cortar por completo el suministro de agua, luz y combustible a la Franja –suministro que aún no ha sido restablecido y que, entre otras cosas, está causando la propagación de enfermedades debido al consumo de agua contaminada y respiratorias por la quema de todo tipo de residuos para cocinar y calentarse–. La presidenta del CIJ citó esas declaraciones y otras de ambos dirigentes en la sesión de este viernes.
Según The New York Times, los documentos desclasificados no incluyen las órdenes emitidas en los primeros diez días de ofensiva contra Gaza, cuando Israel cerró el grifo del agua y la electricidad, y limitó las entregas de combustible y otros suministros básicos a la Franja.
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