David Axelrod se hizo célebre por ser el inventor del eslogan “Yes, we can” y el artífice de la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de 2008 y 2012. Pero su carrera es mucho más amplia antes y después de Obama.
En 2013, después de dejar la Casa Blanca, fundó el Instituto de Política de la Universidad de Chicago, convertido en un punto de encuentro y diálogo no partidista entre políticos, periodistas y estudiantes. Su influyente podcast de entrevistas en profundidad, The Axe Files, producido con la CNN, acaba de llegar al episodio número 600 después de una década de conversaciones.
Hablamos por teléfono cuando quedan unas horas para las elecciones presidenciales que pueden cambiar Estados Unidos más que nunca. Como buen conocedor del país y las campañas, no quiere hacer predicciones de quién ganará este martes, pero cree que no sabremos el resultado hasta el final de esta semana. Al escuchar que estoy en Pensilvania, exclama: “Estás en la zona cero”. Esta es nuestra conversación con ediciones menores por extensión y claridad.
¿Había visto alguna vez unas elecciones tan reñidas, según las encuestas?
No, estas elecciones son muy impredecibles. Hace 20 años tuvimos unas elecciones reñidas entre Kerry y Bush, pero estas son obstinadamente ajustadas e impredecibles en muchos sentidos. Lo ajustadas que están también se siente intensamente debido a lo que está en juego en las elecciones, que es mucho. Y hay dos mensajes en competencia, ambos sobre el cambio. Uno trata de un cambio con respecto a las políticas de Biden y otro de un cambio con respecto al comportamiento, belicoso y caótico de Trump. Y el país parece dividido en qué cambio está buscando.
En las últimas semanas hemos visto un ligero movimiento a favor de Trump, pero, después del mitin del Madison Square Garden, el discurso de Harris y el último ataque a Liz Cheney, ¿hay movimiento a favor de Harris?
Será más evidente en las últimas encuestas [hablamos antes de que se publique el sorprendente sondeo en la republicana Iowa que da ventaja a Harris y el último del New York Times, que sigue prediciendo un resultado ajustado pero con ventaja para ella]. Pero la última semana de la campaña es que la que se sigue con más intensidad. Trump es un bocazas que anda por ahí suelto y está ejemplificando el comportamiento del que Harris advierte. Ella está hablando de unir al país para resolver los problemas que afectan a los trabajadores en todo Estados Unidos. Y él está hablando de disparar a sus adversarios. Es un contraste bastante marcado.
¿Y por qué cree que los estadounidenses o casi la mitad no lo ven así? En esos términos cabría pensar que sería una elección clara.
Si miras las encuestas, sólo el 28% de los estadounidenses piensa que el país está en el camino correcto. Menos del 40% aprueba la gestión del presidente en ejercicio, el presidente del cual Harris es vicepresidenta. Hay cierto escepticismo sobre la economía a pesar del hecho de que la economía estadounidense es la envidia del mundo y ha superado al resto en la recuperación de la pandemia. Pero, aun así, hay escepticismo sobre la economía relacionado con la inflación y el coste de vida. Y si miras las encuestas en estos aspectos, dirías que el partido en el poder no puede ganar las elecciones. No creo que un partido en el poder haya ganado nunca con una posición tan baja en la pregunta de si Estados Unidos está en el camino correcto. Pero el hecho de sea una carrera empatada es una medida de la impopularidad de Trump.
Hay dos mensajes en competencia, ambos sobre el cambio. Uno trata de un cambio con respecto a las políticas de Biden y otro de un cambio con respecto al comportamiento, belicoso y caótico de Trump. Y el país parece dividido en qué cambio está buscando
Uno de los factores clave es la batalla sobre el derecho al aborto. Una forma rápida de ver estas elecciones es que más mujeres votarán por Harris que hombres, y más hombres que mujeres van a votar por Trump. Y quien tenga el mayor margen entre su grupo de género ganará las elecciones. Las mujeres generalmente suponen alrededor del 52% del electorado y los hombres, alrededor del 48%. Eso es lo que alimentó la sorpresa a favor de los demócratas en las elecciones legislativas en 2022. Y esto podría volver a suceder.
¿Qué mensaje cree que Harris debería subrayar en estas horas de cierre?
Ella tiene el mensaje correcto, que es el contraste entre un presidente completamente absorto en sí mismo, en sus propios agravios y sus propios problemas, y una presidenta que va a despertar todos los días trabajando para ayudar a resolver o abordar los problemas que afrontan los estadounidenses en sus vidas. Es un mensaje poderoso. ¿Quién crees que va a ir a trabajar todos los días pensando en ti? ¿Y quién se va a despertar pensando en sí mismo? Creo que esa es una vulnerabilidad real para Trump. Eso es lo que la gente cree sobre él, que en última instancia es egoísta, y les preocupa el caos que fomenta y si alguna vez hará algo positivo. Por eso creo que Harris tiene el mensaje correcto.
Harris está hablando de unir al país para resolver los problemas que afectan a los trabajadores en todo Estados Unidos. Y Trump está hablando de disparar a sus adversarios. Es un contraste bastante marcado.
¿Ha acertado Harris al centrarse en los republicanos, sobre todo en las mujeres, incluso haciendo campaña varias veces con Liz Cheney?
Es un elemento de lo que ella tiene que hacer. También hay otro grupo de votantes de clase trabajadora agobiados entre la preocupación por Trump y la preocupación por la economía, y que quieren saber que se le está trazando un rumbo diferente al de Biden. Es importante que aborde eso. No estoy seguro de que sólo las mujeres republicanas conversas sean suficientes para triunfar.
¿Existe el peligro de alienación de la izquierda del partido por esto y por la guerra de Gaza?
La guerra en Oriente Próximo es una situación sin salida para Harris. No es una situación ganadora para la Administración. No recibe ningún crédito por la presión que ejerció sobre Netanyahu para que no invadiera Gaza y para que usara la fuerza con moderación. Tampoco recibe crédito de la comunidad judía más conservadora. La Administración, dicho sea de paso, no ha utilizado la máxima influencia que tiene, que es negarle armas a Israel. Así que está tratando de hacer equilibrismos: de un lado, amonesta a Israel para que no intensifique la guerra y no abandone las conversaciones de paz, pero de otro lado le siguen armando. Y eso ha hecho parecer al Gobierno carente de la influencia suficiente para hacer el trabajo.
La guerra en Oriente Próximo es una situación sin salida para Harris. No es una situación ganadora para la Administración. No recibe ningún crédito por la presión que ejerció sobre Netanyahu para que no invadiera Gaza y para que usara la fuerza con moderación. Tampoco recibe crédito de la comunidad judía más conservadora.
El resultado es que, en todos los lados, sea del lado de los árabe-estadounidenses o los judíos estadounidenses, las críticas de la Administración Biden a Netanyahu se ven como algo negativo. No me refiero a todos los judíos estadounidenses, hay muchos judíos estadounidenses que puede sentirse al mismo tiempo destrozados por lo que ocurrió el 7 de octubre y creer que Israel tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos, pero también llorar por los niños de Gaza, querer que la guerra termine y preguntarse si se podría haber hecho de otra manera.
¿Le preocupa lo que podría pasar en Michigan como consecuencia?
Sí, es la zona cero de esta preocupación porque hay una gran población de origen árabe, en especial libanesa, alrededor de Detroit. Es un pequeño porcentaje del electorado, pero ha sido un voto demócrata confiable. Esta vez los demócratas no necesariamente pueden contar con eso. Y también hay cierto descontento entre la comunidad judía en Michigan, que igualmente es un voto pequeño, pero tradicionalmente demócrata.
De otro lado, la votación anticipada ha sido heterogénea, no tan buena en los estados del sur -el llamado Sunbelt- para los demócratas y probablemente mejor para los republicanos. Pero sí ha sido alentadora para demócratas en los estados del Medio Oeste, Wisconsin, Michigan y Pensilvania. Ha sido un voto significativamente más femenino que masculino. Los republicanos pueden votar más el día de las elecciones que los demócratas en los estados del norte, pero eso podría no compensar el margen.
No diría que los demócratas tienen confianza acerca del Medio Oeste como para decir que ya está hecho, pero creen que tienen una buena oportunidad de ganar esos estados. Y, por supuesto, si Harris gana esos tres estados y un distrito de Nebraska, será presidenta. Todavía hay algunas posibilidades en algunos de los estados del Sunbelt, pero menos por el patrón de la votación anticipada.
¿Se siente optimista?
No voy a hacer ninguna predicción. Depende mucho de la participación. El hecho de que los demócratas tengan algunas ventajas organizativas en los estados, en los estados del norte en particular, debería ser significativo en una carrera reñida. Un aspecto interesante en Pensilvania es lo que está haciendo Elon Musk para intentar identificar a posibles votantes para Trump entre los que no votan habitualmente. Es bastante inteligente, sinceramente. Los tribunales tendrán que decidir si es legal o no. Musk ha abordado como un ingeniero un problema: necesitamos más votantes en Pensilvania, ¿cómo resolveremos esto? ¿Y cómo nos identificamos? Lo que está haciendo es pagar para que la gente firme una petición.
Cada nombre en esa petición es un posible votante de Trump, pero no todos serán probables votantes. Así que los republicanos están desarrollando una base de datos de personas que están orientadas a Trump pero que no suelen votar, que aún no han votado y que es posible que no voten.
La idea de regalar el dinero que está regalando es alucinante. Pero la teoría es bastante interesante y podría resultar útil.
Cuando hablamos hace cuatro años, justo antes de las elecciones, usted dijo que, al final, habría una transición de poder, pero que habría violencia por parte de los partidarios de Trump. ¿Qué puede pasar ahora?
Trump está más deprimido ahora y tiene más que perder si es derrotado en las elecciones por el riesgo legal, como Netanyahu. Incluso en un buen día, Trump no respeta las reglas, leyes, normas e instituciones. Así que no hay nada que no vaya a hacer para intentar ganar las elecciones. Y eso es preocupante. Si Harris gana, puede haber algunos seguidores descontentos de Trump que escuchen su lenguaje apocalíptico y tomen medidas. Y obviamente hemos visto gente violenta del otro lado, aunque el primer tipo que disparó a Trump resultó que no era un partidista, sino alguien con problemas mentales.
¿Me preocupa? Sí, pero creo que nuestras instituciones aguantarán. Y estoy impresionado por lo que están haciendo los cargos públicos republicanos y demócratas en la mayoría de los estados para garantizar la integridad de las elecciones y sus consecuencias. Pero, después de lo que pasó el 6 de enero y teniendo en cuenta a Trump, hay que preocuparse por ellos.
No hay nada que Trump no vaya a hacer para intentar ganar las elecciones. Y eso es preocupante. Si Harris gana, puede haber algunos seguidores descontentos de Trump que escuchen su lenguaje apocalíptico y tomen medidas... ¿Me preocupa? Sí, pero creo que nuestras instituciones aguantarán.
¿Imaginaba hace unos cuatro años que todavía estaríamos hablando de Trump? En 2022, parecía que iba a desaparecer...
Después de las elecciones legislativas, todo el mundo pensó que ya no sería candidato. Y ahora, cuatro acusaciones judiciales después, él se siente como un coloso dominando el mundo republicano y está en una posición en la que podría volver a ganar. Es una historia alucinante y habla de muchas cosas. Pero sobre todo habla de su genio salvaje para manipular el entorno mediático. Se necesita una habilidad perversa para convertir las acusaciones y condenas judiciales en algo a tu favor.
¿Cómo sería una presidenta Harris?
Para mí, el tono y la sustancia de la campaña sugieren a alguien que estaría dispuesta a trabajar con otros, con republicanos, independientes y demócratas en el Congreso para lograr que se hagan las cosas. Nos centraríamos en la economía de la clase media a nivel mundial. Trabajaríamos con nuestros aliados y seguiríamos fortaleciendo alianzas. No creo que Harris sería una continuación de Biden, pero su filosofía, desde luego en los asuntos globales, que son de interés para sus lectores, sería coherente. Y creo que habría una sensación de estabilidad si es elegida.
¿Y la segunda versión de Trump como presidente?
Trump 2.0 sería como la variante delta. Sería 1.000 veces más virulento y dañino que el original porque no tendría los frenos que tuvo la última vez. Y hay muchas personas a su alrededor que ahora tienen ideas sobre cómo imponer su voluntad de alguna manera extraconstitucional. Por eso es preocupante.
Trump 2.0 sería como la variante delta. Sería 1.000 veces más virulento y dañino que el original porque no tendría los frenos que tuvo la última vez.
Y, en cuanto al mundo, él no es alguien que valore las alianzas, al menos no las alianzas con nuestros aliados tradicionales. A veces, parece más entusiasmado con la idea de formar alianzas con Putin, Orban y Kim Jong Un que con estadounidenses que son de un partido diferente, y desde luego con algunos de los aliados.
Ha sido relativamente hostil a la OTAN. Y la persona que obviamente tiene el interés más inmediato en esto es el presidente Zelenski. Trump ha dicho que pondría fin a la guerra “en 24 horas” y sabemos que, desde que dejó el cargo, ha tenido al menos siete conversaciones con Putin. Y llamó al ataque de Ucrania una genialidad. Si yo fuera ucraniano, estaría preocupado.
Harris estaría dispuesta a trabajar con otros, con republicanos, independientes y demócratas en el Congreso. Nos centraríamos en la economía de la clase media a nivel mundial. Trabajaríamos con nuestros aliados y seguiríamos fortaleciendo alianzas. No creo que Harris sería una continuación de Biden, pero su filosofía sería coherente y habría una sensación de estabilidad si es elegida.
¿Sabremos el ganador la noche de las elecciones?
No creo. Probablemente, se necesitarán algunos días por lo ajustada que está la carrera. Hay un par de estados en disputa, Wisconsin y Pensilvania, que no pueden procesar el voto por correo para el recuento hasta el día de las elecciones, con lo que podrían tardar más y ralentizar todo el proceso. Pero creo que sabremos el resultado a finales de esta semana.