A solo tres semanas del inicio del proceso de primarias en Estados Unidos, el debate televisado este martes entre los aspirantes demócratas a la Presidencia ha evidenciado el final de la “tregua” entre Elizabeth Warren y Bernie Sanders, los dos candidatos más progresistas, que han protagonizado una fría despedida.
El pacto entre Sanders y Warren para no atacarse en los debates llegó a su fin esta semana a raíz de un artículo de la CNN que cuenta que, en una reunión privada en 2018, Sanders supuestamente dijo a Warren que una mujer no podría vencer a Trump, que opta a la reelección. El lunes, la directora de comunicación de Warren compartió un comunicado de la senadora en Twitter confirmando lo ocurrido: “Yo pensé que una mujer podía ganar; él no estaba de acuerdo”, han sido sus palabras.
Este martes, como ya había hecho anteriormente, Sanders aseguró que el evento no tuvo lugar, mientras que Warren reiteró que ocurrió, aunque intentó restarle importancia. “Bernie es mi amigo, no estoy aquí para pelearme con Bernie”, intentó conciliar Warren. Pero, a continuación, propinó otro golpe: afirmó que los cuatros hombres que se encontraban en el escenario habían perdido en total diez elecciones, mientras que ella y la senadora Amy Klobuchar siempre habían vencido.
Parecía que, con ese intercambio, el enfrentamiento entre ambos candidatos había terminado, pero al final del debate hubo un gesto agrio que alimentó la confusión. Al terminar el debate, Sanders le tendió la mano a Warren y ella, sin estrechársela, se acercó a él para conversar durante unos segundos.
En medio de este intercambio, cuyo contenido se desconoce, estaba en silencio Tom Steyer, el sexto aspirante sobre el escenario y al que se le conoce por ser un millonario que ha gastado decenas de millones de dólares en anuncios de televisión para impulsar un juicio político contra Trump.
Biden lidera las encuestas en Iowa
El debate tuvo como escenario Iowa, un estado rural del medio oeste que dará el pistoletazo de salida al proceso de primarias el próximo 3 de febrero. De momento, según las encuestas, Biden lidera las encuestas en Iowa con un 20,7 % de la intención de voto, pero solo 0,4 puntos por encima de Sanders.
“Vengo aquí esta noche con un corazón lleno de esperanza”, anunció Warren. “Y está lleno de esperanza porque veo esto como nuestro momento en la historia, nuestro momento en el que nadie queda atrás, nuestro momento en el que entendemos que depende de nosotros decidir el futuro de este país, nuestro momento para construir un movimiento y crear un cambio real”, proclamó ceremoniosa.
En un tono más áspero, Sanders pidió pensar “a lo grande” e insistió en las diferencias entre el 1% más rico de Estados Unidos y el 99% restante, que lucha para poder acceder a cuidado médico. Frente a esas ideas de cambio, Biden abogó por “restaurar el alma de EE.UU.” y dar marcha atrás al reloj para devolver a EE.UU. al mismo lugar en el que se encontraba antes de Trump.
“Lideramos el mundo con el ejemplo, no con poder. Tenemos que volver a ganar el respeto del mundo para poder cambiar las cosas”, subrayó Biden con gesto serio.
Y, mientras, Buttigieg, que ha sufrido un bajón en las encuestas en Iowa, aprovechó su última intervención para apelar a los republicanos desengañados con Trump. “Si solías votar al otro partido pero ahora no puedes mirar a los ojos a tu hijo y explicarles este presidente, únete a mí”, invitó sonriente.
Divergencia de los demócratas en política exterior
Existen importantes grietas entre los candidatos demócratas que apuestan por retirar las tropas estadounidenses de Oriente Medio y los que desean mantenerlas. Sanders y Warren han prometido que si llegan a la Casa Blanca traerán “a casa” a los soldados; mientras que el exvicepresidente Joe Biden y la senadora Amy Klobuchar, más moderados, dijeron que mantendrían tropas en algunos lugares.
“Creo que necesitamos sacar a nuestras tropas de combate”, ha sostenido Warren, tercera en las encuestas. “¿Saben? Deberíamos acabar con esa mentalidad de que todo se puede resolver con tropas de combate. Nuestro ejército es el mejor ejército de la tierra. Y harán cualquier sacrificio que les pidamos. Pero, deberíamos dejar de pedirle a nuestros militares que resuelvan los problemas que no pueden resolverse militarmente”, ha añadido.
Frente a ello, Biden ha prometido que si llega a la Casa Blanca dejará algunas tropas en Oriente Medio para que “patrullen” el Golfo Pérsico y para que continúen con la lucha contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), que llegó a dominar amplias zonas de Siria e Irak.
“Yo -dijo por su parte Klobuchar- dejaría algunas tropas, pero no en el mismo nivel al que nos está llevando Donald Trump”. Específicamente, de llegar a la Presidencia, Klobuchar ha explicado que retiraría a los soldados estadounidenses de Afganistán, pero que mantendría cierta presencia en la frontera entre Siria y Turquía.
Por su parte, el alcalde de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg, el único con experiencia militar, no expresó específicamente su posición, pero dijo que si, como presidente, tiene que autorizar una intervención militar en el extranjero, pediría al Congreso que aprobara esa acción y la revisara cada tres años.