El democristiano Simon Harris se convierte en el primer ministro más joven de Irlanda

Irlanda ya tiene oficialmente nuevo 'taoiseach'. El líder del partido democristiano Fine Gael, Simon Harris, ha sido investido primer ministro del país tras la dimisión de su antecesor, Leo Varadkar. Harris toma las riendas del Gobierno con 37 años, uno menos de los que tenía Varadkar en 2017, en su primera etapa como primer ministro, lo que le convertirá en el mandatario más joven en la historia del país.

Harris, que ha sido elegido con 88 a favor y 69 en contra, ha contado con el respaldo de diputados independientes y los miembros de la formación centrista Finna Fáil –segunda fuerza nacional– y del Partido Verde, socios del Fine Gael en el Ejecutivo de coalición.

El dirigente conservador se desplazará después a la residencia del presidente de la república, Michael D. Higgins, quien ostenta un cargo principalmente representativo, para formalizar la elección del decimoquinto primer ministro irlandés.

Siguiente parada: municipales y europeas

Entre sus retos más inmediatos destacan las elecciones locales y europeas de junio, en las que confía en dar un impulso a una formación en declive durante los últimos años.

Después de gobernar en coalición con los laboristas entre 2016 y 2020, el Fine Gael cayó al tercer puesto en los comicios generales de 2020, por detrás del Fianna Fáil y del nacionalista Sinn Féin.

Pese a su victoria en las urnas, el Sinn Féin no obtuvo apoyos después para formar un ejecutivo y, desde entonces, las encuestas le siguen situando como el favorito del electorado, por lo que ha vuelto ahora a insistir en la necesidad de un cambio.

A este respecto, Harris ha subrayado que sigue comprometido con el programa pactado para esta legislatura con centristas y ecologistas, por lo que ha descartado elecciones anticipadas, previstas sobre el papel para 2025.

Según los analistas, el retroceso del Fine Gael ha sido uno de los factores que llevaron a Varadkar a presentar por sorpresa su dimisión el pasado 20 de marzo, cuando él mismo alegó motivos “personales y políticos” para abandonar el cargo. También pesó en su decisión el hecho de que dos semanas antes el Ejecutivo sufrió una inesperada derrota en dos referéndums encaminados a modernizar el concepto de familia y el papel de la mujer en la sociedad.