La derecha francesa estalla. En una tensa reunión de la ejecutiva del partido Los Republicanos (LR), los conservadores han decidido por unanimidad destituir a su líder, Éric Ciotti, tras la decisión de tejer una alianza con el partido de extrema derecha Marine Le Pen de cara a las próximas elecciones legislativas.
Ciotti ha estado bajo una intensa presión desde el anuncio de este lunes, que provocó una lluvia de críticas en la escena política francesa, la mayoría de ellas procedentes de sus propios compañeros de partido. El movimiento, que da una estocada al 'cordón sanitario' contra la extrema derecha, ha fracturado la corriente política heredera de los expresidentes Charles de Gaulle, Jacques Chirac y Nicolas Sakozy. En una declaración, los miembros de la ejecutiva han denunciado que la alianza electoral con Le Pen es un acuerdo “antinatura”. “En Los Republicanos no hay sitio para traidores ni para la política barata”, había expresado con dureza Valérie Pécresse, presidenta de la región parisina, a su entrada en la reunión.
Minutos después de que sus compañeros de partido dieran a conocer la decisión, Éric Ciotti ha rechazado su expulsión vía redes sociales, en un movimiento que deja entrever el inicio de una batalla judicial. “Sigo siendo el presidente”, ha afirmado. En un comunicado publicado en X, firmado con el logo del partido, Ciotti afirma que la reunión de la ejecutiva se ha celebrado “en flagrante violación” de los estatutos de LR. En consecuencia, agrega, “ninguna de las decisiones tomadas por esta reunión tiene consecuencias jurídicas”, argumenta. Del mismo modo, considera que el comité nacional de investidura que la ejecutiva ha abierto para la nueva dirección “no tiene existencia legal”. Por último, Ciotti ha advertido de las “consecuencias penales” que podría tener la reunión de sus compañeros de partido.
Se trata del último de una sucesión de acontecimientos rocambolescos. Este miércoles, Ciotti había decidido clausurar la sede oficial de la formación en París alegando cuestiones de seguridad, lo que ha obligado a que los miembros de la ejecutiva, entre los que figuran el presidente del Senado, varios presidentes regionales y el exministro y excomisario europeo Michel Barnier, a desplazarse 500 metros para reunirse en una fundación privada llamada Musée Social.
Según publicaba Le Monde a primera hora de la tarde del miércoles, Ciotti ha solicitado a dos agentes judiciales que acudiesen a la reunión de la ejecutiva para comprobar la identidad y el contenido de los participantes. Y, de acuerdo con varios medios de comunicación franceses, Ciotti también envió un correo electrónico a los militantes en el que les pide que “apoyen la unión de la derecha” en una plataforma en línea.
El presidente del partido de Le Pen, Jordan Bardella, ha sido uno de los primeros en salir en apoyo de su nuevo socio. “Saludo la valentía del presidente Ciotti”, ha alabado, ignorando la expulsión votada por la ejecutiva. “Hago un llamamiento a la coalición republicana más amplia posible contra este nuevo peligro de izquierda y extrema izquierda que se levanta en torno a Francia Insumisa”, ha añadido. “Y deploro la actitud de quienes hoy cuestionan este acercamiento entre dos fuerzas patrióticas y republicanas utilicen los términos propios de la izquierda”.
Según lo decidido por los conservadores, François-Xavier Bellamy y Annie Genevard, secretaria general de LR, quedarán a cargo del partido como líderes interinos. Bellamy encabezó la lista de la formación en las elecciones europeas, que el domingo cosechó el 7,3% de los votos.
Avalancha de críticas
Pesos pesados de la formación habían pedido la dimisión de Ciotti tras el anuncio del lunes, como el líder de los diputados del grupo en la Asamblea, Olivier Marleix, que llamó en la red X a defender el “legado del general De Gaulle”. “A veces se convence a la gente, a veces no, pero no se traiciona”, sentenció el presidente de la región Auvernia-Rodano-Alpes, Laurent Wauquiez, que se consideraba como un aliado de Ciotti dentro del partido. El lunes por la tarde muchos de los consejeros del equipo de Ciotti presentaron su dimisión en rechazo a la decisión.
“Si hace falta, le sacaremos del despacho, que es el despacho de los herederos del general De Gaulle”, afirmó este martes el diputado Aurelien Pradié en la televisión pública. “Es cuestión de tiempo, se va a ir. Ya no es nuestro líder”, añadió. Por su parte, Vincent Jeanbrun, uno de los portavoces del partido, ha afirmado: “Eric Ciotti aplica métodos de un dictador; se ha encerrado en su despacho. Se ha pasado la carrera citando al general De Gaulle, pero lo que hizo ayer fue imitar los acuerdos de Munich [en referencia al pacto de las potencias aliadas con Hitler en 1938]”.
Fuera de las filas gaullistas también han abundado las críticas al movimiento de Ciotti. En la plaza del Palacio Borbón, frente a la Asamblea Nacional francesa, mientras Ciotti atendía a los medios de comunicación, la diputada ecologista Sandrine Rousseau ha interrumpido una comparecencia de Ciotti con los medios, señalando la puerta de cristal de la sede de Los Republicanos y espetando al político conservador: “Qué vergüenza, señor Ciotti. No se merece el nombre que hay en esa fachada”.
El pacto con Agrupación Nacional
Después del anuncio de Ciotti de su alianza con la extrema derecha, Bardella había confirmado el martes que su partido apoyaría a “varias decenas” de diputados “salientes” o “designados” por LR en las próximas legislativas, sin ofrecer más detalles. El líder del partido ultraderechista precisó que proseguiría sus conversaciones con Ciotti “en las próximas horas” para concretar el acuerdo.
Previsiblemente uno de esos candidatos apoyados por la extrema derecha sería el propio Ciotti que intentaría presentarse a la reelección en la misma circunscripción de los Alpes Marítimos en la que fue elegido por un estrecho margen hace dos años. En las elecciones europeas del pasado domingo, la lista de Los Republicanos fue la quinta en votos (8,9%) en ese territorio, muy lejos de AN que se fue al 37,7%.
Mientras Ciotti rechaza la legitimidad de su expulsión, varios medios franceses especulan con la posibilidad de que pueda acabar uniéndose al partido de Le Pen, algo sobre lo que Bardella ha evitado pronunciarse.
Macron se presenta como respuesta a los “extremos”
Entretanto, tres días después de sacudir el tablero político francés convocando de forma anticipada los comicios tras la severa derrota de su coalición, el presidente Emmanuel Macron ha confirmado en larga una rueda de prensa que no se plantea dimitir de la presidencia de la República –puesto que no está en juego en el adelanto electoral–.
Macron ha presentado su programa liberal como respuesta a los dos bloques que incluyen a la ultraderecha y la izquierda de cara a las elecciones legislativas anticipadas, que se celebrarán a dos vueltas el 30 de junio y el 7 de julio, y ha insistido en que se han formado “alianzas contra natura en los dos extremos que no están de acuerdo sobre nada (...) y que no están listas para aplicar ningún programa”.
“Estamos en un momento histórico para nuestro país”, afirmó Macron, que se ha centrado en atacar sobre todo las propuestas de la ultraderechista Agrupación Nacional, pero también a la coalición de partidos de izquierda y ecologistas que incluyen a La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon.
Según su análisis, la victoria de AN en las europeas, en las que consiguió un 31,4 % de los sufragios, frente a sólo un 14,6 % su partido, Renacimiento, se explica por un voto de “enfado” que dice haber entendido, y que se va a traducir en una serie de cambios en sus prioridades políticas, y sobre todo en una aceleración en su política de seguridad.