Derek Chauvin, condenado a 22 años y medio de cárcel por el asesinato de George Floyd

elDiario.es

25 de junio de 2021 21:58 h

0

El exagente Derek Chauvin ha sido condenado a 22 años y medio de prisión por el asesinato del afroamericano George Floyd. Tras ser declarado culpable el 20 de abril por un jurado popular, el juez le ha sentenciado este viernes por los cargos de asesinato en segundo grado, asesinato en tercer grado y homicidio en segundo grado.

El juez, Peter A. Cahill, ha defendido antes de leer su sentencia que su decisión no se ha basado en las emociones, aunque ha querido reconocer el “sufrimiento” de la familia, de Minneapolis, e incluso, ha dicho, del país y la comunidad afroamericana. Esta sentencia supone el fin judicial de un caso que ha revolucionado la lucha contra el racismo y la violencia policial en Estados Unidos.

El Ministerio Público había pedido 30 años de cárcel para el expolicía, mientras que la defensa solicitó la libertad condicional. Por primera vez desde el inicio del juicio, Derek Chauvin ha tomado la palabra para dirigirse a la familia de Floyd: “Quiero darles mis condolencias”.

El 20 de abril, un jurado popular declaró a Chauvin culpable de los tres cargos por los que había sido procesado: asesinato en segundo grado, penado con hasta 40 años de cárcel; asesinato en tercer grado, con una condena máxima de 25 años, y homicidio en segundo grado (implica negligencia), que acarrea hasta 10 años de privación de libertad.

Después del veredicto, restaba por conocer el contenido de la pena, que se ha concretado finalmente este viernes.

Igual que en abril, cientos de personas se han concentrado esta tarde en los alrededores del tribunal de Minneapolis (Minnesota) para seguir los acontecimientos. Muchos han portado carteles con el rostro de Floyd, quien se ha convertido durante este año en un icono de la lucha contra el racismo en Estados Unidos.

Derek Chauvin mantuvo su rodilla presionando el cuello de Floyd con todo su peso durante ocho minutos y 46 segundos, lo que provocó su muerte. Todo comenzó cuando los empleados de una tienda llamaron a la policía porque Floyd había pagado supuestamente un paquete de tabaco con un billete falso de 20 dólares. En las imágenes, que se han convertido en la principal prueba de la acusación, se ve que Floyd no mostró ningún comportamiento violento ni supuso una amenaza para los agentes.

“Fueron nueve minutos y medio de crueldad contra un hombre indefenso que sólo rogaba por su vida”, ha recordado Matthew Frank, el fiscal del caso, para defender su petición de 30 años de prisión por un crimen que, ha reclamado, fue peor que un disparo o un puñetazo en la cara.

Antes de la lectura de la sentencia, además de las partes, han intervenido varios familiares tanto de Floyd como del exagente. Uno de los momentos más destacados lo ha protagonizado la madre de Chauvin, Carolyn Pawlently, quien se ha dirigido al tribunal por primera vez desde el inicio del caso.

“Derek ha reproducido una y otra vez lo que pasó ese día en su cabeza, ha dicho. Pawlently ha defendido la inocencia del expolicía y ha lamentado que se lo haya calificado de racista, antes de dirigirse a su hijo: ”Eres mi hijo favorito, gracias por tu tiempo“, le ha dicho entre lágrimas al finalizar su intervención.

Philonise Floyd, hermano de la víctima, ha pedido la máxima sentencia para Chauvin. “Yo era un camionero y mi vida cambió para siempre con su muerte. Empecé a hablar al mundo en nombre de George”, ha dicho quien desde la muerte de su hermano ha ejercido de principal portavoz de la familia.

La muerte de George Floyd desató el año pasado una ola de protestas en Estados Unidos, y también en el extranjero. En junio de 2020, más 250.000 personas se congregaron en la llamada Marcha de Washington. Las marchas se sucedieron en las semanas sucesivas en otras ciudades de Estados Unidos y también en diferentes puntos de Europa.

El país norteamericano tiene las tasas más altas del mundo de violencia policial, con un sesgo aún más crítico hacia la población negra. La Policía mata allí a más de 1.000 personas al año, en comparación con las ratios de Alemania, donde las fuerzas de seguridad matan a 10 personas anualmente. La impunidad policial, el miedo de los agentes o las numerosas detenciones son algunas de las causas que explican este trágico ránking.