La destrucción de una importante presa desata la alarma en Ucrania: todo lo que se sabe hasta ahora
La destrucción de una importante presa en territorio ocupado por Rusia en Jersón, al sur de Ucrania, ha provocado la inundación de localidades río abajo a lo largo del Dniéper y ha obligado a evacuar de urgencia a los habitantes de las zonas afectadas. La ONU ha tildado de “catástrofe humanitaria, económica y ecológica monumental” el derrumbe de la estructura de Kajovka –situada en primera línea del frente –que suministra agua a tierras agrícolas del sur y a la península de Crimea, ocupada por Moscú, así como a la central nuclear de Zaporiyia.
Esto es lo que sabemos hasta ahora.
¿Qué ha pasado?
A primera hora del martes, las autoridades militares ucranianas han denunciado la voladura por parte de las fuerzas de Moscú de la presa de Kajovka, en Jersón. Según Kiev, Rusia llevó a cabo una detonación interna de las estructuras alrededor de las 2:50.
El presidente Volodímir Zelenski ha remarcado que Moscú controla tanto la presa como toda la central hidroeléctrica de Kajovka desde hace más de un año y ha asegurado que “es físicamente imposible volarla de algún modo desde el exterior, mediante bombardeos”. “Fue minada por los ocupantes rusos y volada por ellos”, ha escrito en Telegram. El asesor de la oficina presidencial ucraniana Mijailo Podolyak ha defendido que ha sido volada para “crear obstáculos insalvables en el avance de las Fuerzas Armadas ucranianas”.
A lo largo del día, Rusia ha acusado a las fuerzas armadas de Ucrania de disparar contra la represa y ha dicho que se inició una descarga descontrolada de agua tras la destrucción de las válvulas de la estación. El Kremlin lo ha calificado como “un sabotaje deliberado por parte de Kiev”, mientras que el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, ha afirmado que Ucrania la ha destruido para evitar posibles ataques rusos en la región después de lo que dice que ha sido una contraofensiva ucraniana fallida.
Al final de la tarde, la cadena NBC ha informado, citando a varias fuentes estadounidenses y occidentales, de que el Gobierno de Joe Biden tiene información de inteligencia que apunta a que Moscú está detrás de la destrucción de la presa y está trabajando para desclasificar parte de ella.
Algunos residentes que viven junto al río en la ciudad ocupada de Nueva Kajovka han contado a medios como The Guardian que escucharon una gran explosión.
Los vídeos de la presa que han sido verificados por la prensa internacional no revelan qué causó la destrucción, pero sí muestran el agua fluyendo en cascada a través de la estructura.
Zelenski ha reunido de urgencia al Consejo Nacional de Seguridad, donde se han dado órdenes para evacuar a los civiles de las zonas de riesgo y dotar de agua potable a las localidades que dependen del embalse.
Kiev ha convocado una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU y ha anunciado que recurrirá a la Corte Penal Internacional.
Los Convenios de Ginebra prohíben explícitamente atacar las represas en la guerra, debido al peligro que representa para los civiles.
António Guterres, secretario general de la ONU, ha afirmado que Naciones Unidas no tiene acceso a información independiente sobre las circunstancias que han llevado a la destrucción en la presa de la central hidroeléctrica de Kajovka. “Pero una cosa está clara: se trata de otra consecuencia devastadora de la invasión rusa de Ucrania”, ha dicho.
La destrucción de la presa ha desatado la condena de los aliados occidentales de Kiev, entre ellos la Unión Europea y la OTAN, que ha denunciado que es una prueba de la “brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha hablado de una “nueva dimensión de las atrocidades rusas”.
Algunas voces han apuntado también a que la presa estaba en mal estado.
Expertos en ingeniería y municiones consultados por el New York Times dicen que lo más probable es que una explosión deliberada en el interior fuera lo que causó su derrumbe, mientras creen que un fallo estructural o un ataque desde el exterior son explicaciones posibles pero menos plausibles.
¿Por qué es relevante esta presa?
Con 30 metros de altura y cientos de metros de ancho, la presa retiene una gigantesca reserva de agua del caudaloso río Dniéper. Fue construida en 1956 como parte de la central hidroeléctrica de Kajovka y el embalse contiene unos 18 kilómetros cúbicos de agua (un volumen similar al del Gran Lago Salado, en Utah).
La rotura de la presa envía una tromba de agua capaz de inundar los asentamientos río abajo, entre los que figura la ciudad de Jersón, recuperada a finales de 2022 por las fuerzas ucranianas.
Por el sur, el embalse abastece de agua a la península de Crimea (anexionada por Rusia en 2014); y por el norte, a la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa. Su agua también se emplea para alimentar a la central hidroeléctrica de Kajovka.
La destrucción de la presa puede agravar los problemas energéticos que ya sufre Ucrania tras las semanas que Rusia pasó atacando sus infraestructuras vitales. También podría destruir el sistema de canales de riego en gran parte del sur del país, incluida Crimea.
¿Hay riesgo para la central nuclear?
Los expertos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que se encuentran en la central nuclear de Zaporiyia, situada río arriba en la orilla controlada por Rusia, han asegurado que “no hay riesgo inmediato para la seguridad nuclear en la planta” derivado de la destrucción de la presa.
Los daños han provocado una importante reducción del nivel del embalse utilizado para suministrar agua a la planta nuclear –necesaria para el sistema que proporciona refrigeración–. Según ha precisado la OIEA preliminarmente, hay varias fuentes alternativas de agua: una de las principales es un gran estanque situado junto al emplazamiento, el cual calcula que “será suficiente para proporcionar agua de refrigeración durante algunos meses”.
¿Cuál ha sido el impacto hasta ahora?
La destrucción de la presa ha provocado inundaciones, aunque aún no está claro cuán extensas serán. Varios vídeos publicados en Internet han dado testimonio del desbordamiento. Los medios rusos han indicado que como resultado, el nivel del agua en el Dniéper cerca de Nueva Kajovka ha subido hasta 12 metros.
Kiev ha asegurado que las consecuencias estarán claras “en una semana”, cuando “el agua retroceda”. La empresa estatal Ukrhydroenergo espera el pico de derrame de agua del embalse para la mañana de este miércoles y que el nivel del agua se estabilice luego.
Unas 22.000 personas viven en áreas con riesgo de inundación en áreas controladas por Rusia, mientras que 16.000 viven en la zona más crítica del territorio controlado por Ucrania, según los recuentos de ambos bandos.
Según las autoridades, entre 35 y 80 localidades pueden verse afectadas por las inundaciones.
Se cree que la zona más amenazada por las inundaciones va a ser gran parte de la orilla izquierda (oriental) en el sur de Jersón, que está en manos rusas.
Hasta el momento, no hay información sobre víctimas entre la población.
Tanto las autoridades impuestas por Rusia como las ucranianas han llevado trenes y autobuses para trasladar a los residentes a un lugar seguro. Un total de 1.366 personas han sido evacuadas hasta el momento de la región de Jersón, según el Ministerio del Interior ucraniano. En la parte controlada por Ucrania, es probable que los evacuados que se dirijan a las vecinas Mykolaiv y Odesa, en el sur.
Según el Ministerio del Interior ucraniano hasta las 21:00 horas del martes, 23 asentamientos estaban inundados.
Las autoridades de ocupación colocadas por Rusia en Nueva Kajovka, una ciudad donde vivían unas 45.000 personas antes de la guerra, dicen que está inundada. Vídeos publicados en redes sociales muestran cómo el agua cubre parte de de un edificio administrativo y a cisnes nadando en las calles inundadas de la localidad. Medios ucranianos han informado de la inundación de un zoológico local.
En la ciudad de Jersón, vecinas como Tetyana caminaban con el agua hasta los muslos para llegar a su casa inundada y rescatar a sus perros, según ha informado la agencia AP.
Ukrhydroenergo ha dicho que la central hidroeléctrica “ha sido completamente destruida” y “no se puede reparar”. Según ha dicho el jefe de la compañía, Ucrania construirá una nueva central eléctrica en el emplazamiento una vez se recupere el territorio.
De acuerdo a la presidencia de Ucrania, al menos 150 toneladas de aceite de maquinaria habían caído al Dniéper, y existe el riesgo de que se siguieran derramando más de 300 toneladas.
Varios medios han informado de una subida de los precios mundiales del trigo y el maíz tras la destrucción de la presa.
¿Por qué ha desatado las alarmas?
Kiev ha calificado la voladura de la presa de “crimen de guerra” y “ecocidio” y ha advertido de que puede producirse un desastre que asolará muchos asentamientos, causará “daños colosales” al medio ambiente y afectará a los sistemas de irrigación de la zona y a la producción de alimentos. “Es una bomba medioambiental de destrucción masiva”, dijo Zelenski.
La ONU ha calificado lo ocurrido de “monumental catástrofe humanitaria, económica y ecológica”. “Inundaciones masivas. Evacuaciones a gran escala. Devastación medioambiental. Destrucción de cultivos recién plantados. Y amenazas añadidas a la muy amenazada central nuclear de Zaporiyzia, la mayor instalación nuclear de Europa”, ha enumerado Guterres.
El personal humanitario de la ONU está evaluando el alcance y el impacto de la destrucción de la presa y el agotamiento del embalse de Kajovka, pero se prevé que “tengan consecuencias graves y a largo plazo en la situación humanitaria de la zona”. Advierte de que “las inundaciones y el rápido movimiento del agua pueden desplazar minas y artefactos explosivos a nuevas zonas que antes se consideraban seguras, poniendo así en peligro a más personas”.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha alertado de que la destrucción de la presa y las inundaciones resultantes suponen una “grave amenaza” para la población civil y dejan a decenas de miles de personas “en una situación humanitaria desesperada”.
El Centro Mundial de Datos para la Geoinformática y el Desarrollo Sostenible de Ucrania calcula que casi 100 pueblos y ciudades quedarán probablemente total o parcialmente en la zona afectada y la costa de la orilla derecha (oeste) del Dniéper sufrirá varias veces menos que la de la orilla izquierda (este) y a superficie total inundada alcanzará los 1.126 kilómetros cuadrados. De las grandes localidades, se inundará la parte costera de Jersón, de acuerdo a lo que han escrito.
Según analizó en su día el Grupo de Trabajo sobre las Consecuencias Medioambientales de la Guerra de Ucrania, una organización de activistas y expertos que documentan los efectos medioambientales de la guerra, un colapso total de la presa puede arrastrar gran parte de la margen izquierda (ocupada por el Ejército ruso), así como terminar con el suministro de agua en el norte de Crimea.
¿Afectará a la campaña militar ucraniana?
La destrucción de la presa se produce cuando tanto Ucrania como Rusia han informado en sus últimos partes militares de acciones del Ejército ucraniano que han desatado especulaciones sobre el comienzo de su esperada contraofensiva para recuperar territorios ocupados por los rusos, algo sobre lo que Kiev ha guardado un estricto silencio.
Buena parte de los expertos militares habían sostenido hasta ahora que el impulso principal de Ucrania en su contraofensiva estará en el sur, aunque no está claro si los planes de Kiev contemplan un cruce del Dniéper en esta zona.
Las fuerzas armadas de Kiev han dicho que la destrucción de la presa de la central hidroeléctrica no impedirá su contraofensiva y han afirmado que están “equipadas con todas las embarcaciones y puentes de pontones necesarios para cruzar obstáculos acuáticos”, un mensaje que ha repetido Zelenski, quien ha asegurado que no afecta “a la capacidad de Ucrania para desocupar sus propios territorios”.
“Rusia se beneficia de que la línea del frente sea más pequeña porque es más fácil concentrar fuerzas para evitar un avance”, ha dicho el analista militar Rob Lee al Financial Times. “Así que si una operación ucraniana en Jersón es menos probable ahora, podrían ser capaces de mover más fuerzas hacia el este”.
Por su parte, Michael Kofman, experto en el Ejército ruso, ha explicado al mismo medio que destrucción de la presa “inunda la primera línea de defensa rusa al este del río Dniéper”, en Jersón, “aunque la amenaza de un cruce fluvial ucraniano siempre fue baja”. “Este desastre no beneficia a nadie, y afectará sobre todo al territorio ocupado por Rusia”, concluye.
Según indicó en octubre el Grupo de Trabajo sobre las Consecuencias Medioambientales de la Guerra de Ucrania, la destrucción total de la represa no es beneficiosa para ninguna de las partes.
El Centro de Comunicación Estratégica y Seguridad de la Información de Ucrania, perteneciente al Gobierno, afirma que el supuesto objetivo de las fuerzas rusas, a las que señala como responsables, es inundar las islas río abajo, las cuales asegura que han sido recuperadas por las tropas ucranianas el lunes, “para impedir una nueva contraofensiva en la orilla izquierda”. “Otra razón probable es el deseo de infligir el máximo daño a Ucrania en un momento en que los ocupantes han perdido la esperanza de mantener el control sobre el sur de Ucrania”.
¿Es la primera amenaza contra la presa?
Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, la presa de Nueva Kajovka ha figurado entre los objetivos posibles por su relevancia estratégica y por los daños que provocaría su destrucción. Cayó en manos de Rusia en febrero de 2022, cuando comenzó la invasión, y ha estado en su poder desde entonces.
En octubre, durante la campaña ucraniana para recuperar grandes zonas de la Jersón ocupada, Volodímir Zelenski pidió a Occidente que advirtiera a Rusia de que no volara la presa porque inundaría una amplia zona del sur de Ucrania. Zelenski dijo entonces que las fuerzas rusas ya habían colocado explosivos en el interior de la presa y afirmó que “destruir la presa desencadenaría un desastre a gran escala”, un acto que comparó con el uso de armas de destrucción masiva.
La inteligencia militar del Ejército ucraniano aseguró que “la escala del desastre ecológico [iría] mucho más allá de las fronteras de Ucrania y afectaría a toda la región del mar Negro”.
Al mismo tiempo, Moscú ha acusado a Kiev de disparar cohetes contra la presa y de planificar su destrucción. Cuando Ucrania recuperó Jersón en noviembre, aparecieron fotos de algunos daños importantes en la presa. Rusia acusó a Ucrania de bombardearla en su campaña de reconquista de Jersón.
¿Qué ha ocurrido este año?
En mayo los habitantes de un pueblo cercano comenzaron a denunciar inundaciones continuas que atribuían a la ocupación rusa de la presa Nueva Kajovka. En declaraciones a la agencia de noticias Reuters, algunos vecinos dijeron que el nivel del agua había empezado a subir en abril, en algunas ocasiones hasta 30 centímetros por día, y que se había mantenido en niveles elevados desde entonces.
Sin acceso a la presa, las autoridades ucranianas reconocieron no saber qué están haciendo exactamente en ella las fuerzas rusas, pero han dicho que la subida del nivel del río Dniéper “que en consecuencia produjo la inundación de asentamientos en la región de Zaporiyia, está relacionada con la ocupación rusa de la presa de Kajovka”.
En mayo, un responsable de energía de Rusia dijo que la presa corría riesgo de desborde por unos niveles récord de agua.
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Con información de The Guardian, traducida por Francisco de Zárate.
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