Cerca de 5.000 personas han muerto en Siria y Turquía tras un terremoto de magnitud de 7,8 en la escala de Ritcher ocurrido esta madrugada con epicentro en el sureste de Turquía, cerca de la frontera entre ambos países. Los seísmos se han sentido también en Líbano, Israel y Georgia. La región se ha visto golpeada por importantes réplicas, incluida una sacudida casi tan fuerte como el terremoto inicial. Se trata del mayor terremoto registrado en Turquía desde el ocurrido en 1999.
El balance provisional, ofrecido por el vicepresidente turco Fuat Oktay de esta madrugada, cuenta también 1.710 edificios derrumbados en diez provincias del sureste de Anatolia, con las de Gaziantep y Kahramanmaras como las más gravemente afectadas. Por otro lado, la franja afectada en Siria se divide entre el territorio controlado por el Gobierno y el último enclave del país controlado por la oposición, que está rodeado por fuerzas gubernamentales respaldadas por Rusia.