Altercados limitados protagonizados por la facción más radical y una baja movilización han marcado este sábado la jornada de protestas de los “chalecos amarillos”, cuando se cumplía un año de este movimiento que, entre otras cosas, llevó al presidente francés, Emmanuel Macron, a dar un giro social a su política.
Durante las protestas, 264 personas fueron detenidas, 173 de ellas en París, según informa EFE, que cita una entrevista al ministro del Interior Christophe Castaner, radio-televisada por CNews y Europe 1.
El ministro ha destacado que el movimiento que se inició haceun año y que nació para reclamar “justicia democrática” ha pasado a quedar controlado por grupos violentos, en particular de extrema izquierda y jóvenes radicalizados.
Según las cifras de su departamento, las manifestaciones convocadas este sábado por todo el país reunieron a 28.000 personas, 4.700 de ellas en la capital. Fue allí, en París, donde se vivieron los altercados más graves, en particular en la plaza de Italia, con vehículos quemados, comercios vandalizados y mobiliario urbano destruido.
Armados de adoquines y de todo lo que encontraban a su paso, los manifestantes destrozaron paradas de autobús, mobiliario urbano, quioscos o escaparates de comercios. Por su parte, las fuerzas del orden actuaron con cargas y gases lacrimógenos para dispersarlos.
Además, la prefectura de Policía impidió una manifestación que debía salir de la plaza de Italia para evitar que los disturbios se extendieran a su paso.
Las protestas supusieron un parón en el ritmo de reformas de Macron, que se han reanudado en particular con la de las pensiones, que en menos de tres semanas se va a ver confrontada con las huelgas y manifestaciones que amenazan con paralizar el país a partir del 5 de diciembre.
Cuando ahora hace un año estalló el movimiento con la subida de los impuestos a los carburantes como desencadenante y cientos de miles de personas salieron a la calle, el presidente trató de dar una primera respuesta el 10 de diciembre, con un paquete de medidas sociales y fiscales evaluadas en 11.000 millones de euros.
A ese paquete, en el que destacaba la subida del salario mínimo y la exoneración de cotizaciones para las horas extraordinarias, se sumaron a finales de abril la rebaja del impuesto sobre la renta centrada en las clases medias y la indexación de las pensiones más bajas con la inflación.
En total, unos 17.000 millones de euros de gasto público que, según el Instituto Nacional francés de Estadística (INSEE), aumentaron el poder adquisitivo en un 2,3 %, el mayor incremento desde 2007. Un giro con respecto a la línea mantenida hasta entonces por el que era tildado como el “presidente de los ricos”.
Otra de las consecuencias ha sido el impacto de las protestas de los “chalecos amarillos” en la actividad económica, pues el INSEE ha calculado que restó una décima al producto interior bruto (PIB).
Para este domingo, diferentes colectivos de “chalecos amarillos” han lanzado nuevas convocatorias de manifestaciones por las redes sociales, muchas de ellas sin precisar por adelantado el lugar de concentración para jugar con el factor sorpresa frente a la policía.