Una mancha de burbujas de aproximadamente un kilómetro de diámetro sobresale en la superficie del mar Báltico, en aguas de Suecia y Dinamarca. Este martes, ambos países han detectado tres fugas en los dos conductos de gas Nord Stream que discurren por el fondo marino y que conectan energéticamente Rusia con Alemania. Varios sismógrafos han reportado explosiones en esa zona que alimentan las sospechas de que puede tratarse de un sabotaje.
La Dirección General de Energía de Dinamarca ha declarado durante la mañana el estado de emergencia en los sectores eléctrico y gasístico tras detectar fugas importantes en los conductos rusos Nord Stream 1 y 2. Aunque el primero estaba fuera de servicio desde principios de mes y el segundo nunca ha llegado a estar operativo, los dos tubos están llenos de gas. Las autoridades danesas informaron inicialmente de una fuga en el Nord Stream 2 en aguas danesas en el Báltico y, posteriormente, de otras dos en el Nord Stream 1, una en aguas de este país nórdico y otra en las de la vecina Suecia, cerca de la isla de Bornholm.
“La rotura de las tuberías ocurre rara vez. Por eso vemos motivo para aumentar el nivel de emergencia como resultado de los hechos ocurridos el último día. Queremos asegurar la vigilancia minuciosa de la infraestructura crítica para reforzar la seguridad de suministro”, ha afirmado el departamento danés en un comunicado recogido por EFE. La medida decretada supone la subida de la alerta a nivel naranja, el segundo más alto en una escala de cinco. Esto implica que se comunicarán “medidas concretas” que las empresas de los sectores gasístico y eléctrico deben implementar “para aumentar la seguridad de, por ejemplo, plantas, edificios e instalaciones”.
Ambos gasoductos están fuera de servicio: el Nord Stream 1, con capacidad de 55.000 millones de metros cúbicos, lleva detenido semanas tras alegar Rusia una fuga de aceite en la única estación compresora rusa que aún operaba. Moscú afirma que la turbina afectada, al igual que las demás que van fallando, no puede ser reparada debido a las sanciones occidentales, mientras que la Unión Europea (UE) considera que se trata de una excusa para “chantajear” a Europa con el gas como arma.
La construcción del segundo tramo de ese gasoducto se había decidido en 2011, el mismo año en que entró en funcionamiento el primero, pero nunca ha llegado a estar en funcionamiento. Estaba previsto que lo hiciera este año, pero Alemania suspendió el proceso de aprobación poco antes de la intervención militar rusa en Ucrania, cuando el Kremlin aprobó la anexión ilegal de los territorios ucranianos del Donbás.
La Marina danesa ha decretado una orden que prohíbe la navegación en un radio de cinco millas alrededor de las zonas de las fugas y, los vuelos, en un área de un kilómetro. El metano, componente principal del gas natural, se disuelve parcialmente a grandes profundidades y no supone un riesgo para la salud si se inhala en cantidades limitadas, pero se vuelve peligroso a medida que entra en contacto con el aire. En las últimas horas, según las imágenes difundidas por el Ejército danés, ha empezado a burbujear en la superficie.
“No se estima que pueda haber consecuencias para la seguridad o la salud fuera de las zonas prohibidas. Eso también rige para los habitantes de Bornholm y de Christiansø [islas danesas bálticas]”, ha precisado la Dirección General de Energía de Dinamarca. Según este organismo, es “demasiado pronto” para decir algo sobre las causas de las fugas.
Nord Stream AG, la gestora de la infraestructura, con sede en Suiza, había confirmado también este martes una “caída de la presión” en ambos hilos del Nord Stream 1, después de haberse detectado un problema similar en el otro gasoducto. “Los daños que ocurrieron simultáneamente en tres hilos de gasoductos en alta mar del sistema Nord Stream el mismo día no tienen precedentes. Todavía no es posible estimar el momento de la restauración de la infraestructura de transporte de gas”, ha dicho la empresa.
Explosiones submarinas cerca de las fugas
A pesar de la cautela de estas fuentes, las sospechas sobre un posible sabotaje han crecido durante el día tanto en Alemania, Suecia o Dinamarca, como en Rusia, pero han tomado forma especialmente después de que varios sismógrafos cercanos al lugar de las fugas hayan informado de picos registrados este lunes, poco antes de que se produjesen las caídas de presión en los tubos que alertaron a Alemania de que algo podía estar ocurriendo.
Un sismógrafo ubicado en la isla danesa de Bornholm, cerca de las fugas detectadas, registró dos picos este lunes, según información proporcionada por el centro geológico alemán GFZ recogida por el diario británico The Guardian. Poco después, la televisión pública sueca ha informado de otros reportes en estaciones de Suecia y Dinamarca que registraron fuertes explosiones submarinas próximas al lugar de las fugas. “No hay duda de que fueron explosiones”, ha afirmado Björn Lund, sismólogo de la Red Nacional Sismológica de Suecia (SNSN, en sueco), según informa el rotativo británico. La primera de estas explosiones se registró a las 2.03 de la madrugada del lunes y la segunda, a las 7.04 de la tarde.
Después de conocer esta información, la Policía sueca ha iniciado una investigación preliminar para dilucidar si la fuga de Nord Stream 1 tiene que ver o no con un sabotaje. “Hemos abierto un expediente y el crimen que se investiga está calificado como 'sabotaje grave'”, ha avanzado un portavoz de las fuerzas policiales del país, según informa la agencia Reuters, que añade que Estados Unidos ha ofrecido apoyo a sus socios europeos para investigar la fuga. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, que se encuentra en Polonia en un viaje oficial, ha expresado por su parte su “extrañeza” por la coincidencia en el tiempo de tres fugas en dos gasoductos diferentes.
Las sospechas de un sabotaje han empezado a crecer incluso antes de que se conociesen los últimos datos sobre el asunto. El diario alemán “Tagesspiegel”, informaba esta mañana de que algunas fuentes de la seguridad del país apuntaban a un ataque deliberado sobre los conductos y basaban esas sospechas en la secuencia cronológica de los hechos. “Nuestra imaginación ya no puede concebir un escenario que no sea un ataque dirigido”, sostenía una fuente anónima de círculos del gobierno y de las autoridades federales en declaraciones al diario.
Polonia también ha abonado el terreno de las sospechas. El viceministro de Exteriores de ese país, Marcin Przydacz, ha asegurado que “no se puede descartar ningún escenario” y ha apuntado a una posible “provocación” rusa. En declaraciones a la televisión pública, Przydacz ha destacado la “situación de alta tensión internacional” y que sigue la “agresión militar en Ucrania”, por lo que no pueden, ha dicho, “descartar provocaciones” hacia sus aliados.
Myjailo Podolyak, principal asesor del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha acusado directamente a Rusia de perpetrar con este sabotaje un “ataque terrorista” a Europa. “Rusia quiere desestabilizar a Europa y causar pánico antes del invierno”, ha considerado.
El Kremlin, “muy alarmado”
El Gobierno ruso se ha mostrado “muy alarmado” tras conocer las noticias sobre los daños que han sufrido simultáneamente tres tuberías de los gasoductos y no ha descartado “ninguna versión” sobre las causas de lo sucedido. “No se puede descartar ninguna versión”, dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en su rueda de prensa diaria al ser preguntado sobre si se trata de un sabotaje. “Hasta que tengamos los resultados de la investigación, no podemos descartar nada”, ha añadido Peskov que considera “evidente” que las instalaciones han sufrido daños.