Las costuras de Occidente quedan cada vez más al descubierto. El complejo contexto geopolítico –y geoestratégico– está dejando patente el doble rasero de la denominada comunidad internacional. Las condenas no son igual de firmes o rápidas en función de quién perpetra un ataque y también influye quiénes son las víctimas. El gran exponente de esa situación está siendo el conflicto en Oriente Medio, con un alineamiento casi total con Israel desde el principio de su masacre en Gaza, a pesar de la constante violación del derecho internacional y humanitario con los ataques contra la infraestructura y la población civiles; y, el pasado fin de semana, con una respuesta coordinada sobre el terreno para proteger al Estado judío que se ha denegado incluso para Ucrania.
La respuesta al ataque de Irán contra Israel ha sido el último ejemplo de la doble vara de medir de Occidente. Para empezar, porque Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Jordania colaboraron en la neutralización de cientos de drones y misiles lanzados desde el país persa. Esa intervención se descarta en otros conflictos, como el de Ucrania. “Hay que evitar que las tropas de la OTAN se enfrenten directamente a las tropas rusas. Eso sería una escalada peligrosa”, justificó el ministro de Exteriores británico, David Cameron, en una entrevista en la emisora LBC.
También en la condena ha habido diferencias sustanciales frente al bombardeo perpetrado por el Gobierno de Benjamín Netanyahu contra el consulado iraní en Damasco el pasado 1 de abril. Frente a la tibieza a principios de mes, la reacción de la comunidad internacional este fin de semana ha sido inmediata, con convocatorias al más alto nivel, desde la ONU –donde EEUU solicitó una condena del ataque iraní en el Consejo de Seguridad– hasta el G7, que se reunió de urgencia, o la Unión Europea (UE).
“La UE condena en los términos más enérgicos los ataques iraníes con drones y misiles contra Israel. Se trata de una escalada sin precedentes y de una amenaza para la seguridad regional”, señalaba un comunicado del alto representante, Josep Borrell, en nombre de los 27, horas después del ataque iraní en el que también se hacía un “llamamiento a todas las partes para que actúen con la máxima moderación”. Israel ha seguido bombardeando Gaza y Líbano.
¿Quién tiene derecho a defenderse?
El canciller alemán, el socialista Olaf Scholz, aseguró que el ataque de Irán era “injustificable y sumamente irresponsable”. “Con su ataque sin precedentes contra Israel del fin de semana, el régimen iraní ha llevado a la región al borde del abismo”, dijo este lunes su ministra de Exteriores, la verde Annalena Baerbock, quien aseguró que “la represalia no es una categoría en el derecho internacional”. “Es algo peligroso, han decidido golpear de forma inédita”, expuso el presidente francés, el liberal Emmanuel Macron, para quien el ataque de Irán fue una respuesta “a una acción de Israel contra una sede diplomática iraní en Damasco”, según recoge la Agencia EFE.
En el caso del bombardeo al consulado iraní en la capital siria, que causó la muerte a 13 personas –entre ellas, siete miembros de la Guardia Revolucionaria, incluido un alto mando de este cuerpo–, el silencio se impuso en la mayoría de capitales y la UE tardó dos días en emitir un comunicado de condena.
“En esta situación regional de gran tensión, es imperativo mostrar la máxima moderación. Una nueva escalada en la región no beneficia a nadie”, rezaba el texto, atribuido a un portavoz y no al Alto Representante. “El principio de inviolabilidad de las instalaciones diplomáticas y de su personal debe respetarse en todos los casos y en todas las circunstancias, de conformidad con el derecho internacional”, agregaba.
Borrell: “Irán quería graduar el daño”
Ni Ursula von der Leyen, ni Charles Michel, ni Josep Borrell se pronunciaron sobre el ataque israelí en Damasco en las redes sociales en las que se prodigan habitualmente y que sí usaron esos días para criticar a Israel por el asesinato en Gaza de siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen, que dirige el chef español José Andrés.
En el caso de la ofensiva iraní, Borrell ha convocado de urgencia a los ministros de Exteriores de los 27 este martes por videoconferencia y la posibilidad de imponer nuevas sanciones al régimen iraní y sus responsables está sobre la mesa. Nada se ha hecho en ese sentido, sin embargo, en el caso de Israel por el ataque al edificio consular en Damasco o por los más de 33.000 gazatíes muertos más allá de sanciones a un puñado de colonos violentos de Cisjordania.
Borrell ha vuelto a poner el matiz del gris en la escala de blanco y negro en la que normalmente se mueve la comunidad internacional. “Desde el momento en que se bombardeó una instalación consular iraní con varias víctimas sabíamos que Irán iba a responder (...). Los servicios de inteligencia sabían que iba a ser ayer por la noche [por la noche del sábado al domingo]. Eso quiere decir que Irán quería graduar el daño que podía hacer con su ataque”, afirmó el jefe de la diplomacia europea en una entrevista en el canal 24 horas de TVE, en la que explicó que así dio tiempo a contener el ataque. “Sólo han buscado objetivos militares y afortunadamente no hay que lamentar víctimas civiles”, apuntó.
El llamamiento que ahora sale de la UE y el resto de aliados de Israel es a la contención. Incluso EEUU ha comunicado a Netanyahu que no participará en una respuesta a este ataque. Y es que la gran preocupación de Occidente desde que se recrudeció la tensión en Oriente Medio es una escalada del conflicto a nivel regional que arrastre a Europa y EEUU, aunque hasta ahora haya dejado a Tel Aviv hacer mirando hacia otro lado.
Rusia aboga por la vía diplomática que rechaza en Ucrania
El equilibrismo e incluso la equidistancia con Israel es una constante durante décadas de ocupación. Y el inicio de la masacre en Gaza fue una demostración más. Los socios de Israel apelaron a su derecho a la autodefensa desde el primer momento tras los atentados de Hamás del 7 de octubre. Es una premisa que se repite desde entonces, con decenas de miles de muertos, aún más heridos y casi dos millones de gazatíes desplazados.
Al principio, hubo quienes ni siquiera apelaron al derecho internacional, que impide atacar indiscriminadamente a la población civil, en el marco de esa autodefensa. Ahora la apelación figura en las declaraciones públicas, pero más allá de subir el tono y reclamar un alto el fuego, no se ha hecho nada más para presionar a Israel a que respete el derecho internacional. La petición de España e Irlanda de revisar el acuerdo de asociación como medida de presión de la UE a Israel permanece congelada desde hace dos meses.
Pero no sólo Occidente es presa de su doble rasero. Rusia se ha quejado de que Occidente impidiera que el Consejo de Seguridad de la ONU pudiera “reaccionar adecuadamente al ataque a la misión consular iraní” del pasado 1 de abril y ha apelado a rebajar la tensión en la zona. “Abogamos porque todas las diferencias se solventen exclusivamente por medios políticos y diplomáticos”, dijo Dmitri Peskov, portavoz del Gobierno ruso, que desde hace dos años recurre a los medios militares en la invasión de Ucrania, en la que decenas de miles de personas han muerto.