Ed Owens, historiador: “La monarquía proyecta una imagen majestuosa cuando el Reino Unido hoy es un país arruinado”
El historiador Ed Owens se describe como “un monárquico progresista” o “un amigo crítico” de la corona. Desde esa perspectiva, su último libro After Elizabeth: Can The Monarchy Save Itself? (“Después de Isabel: ¿puede la monarquía salvarse a sí misma?”) retrata una institución anticuada y secretista con una pompa artificial que poco tiene que ver con el Reino Unido actual. Culpa, en parte, a la reina Isabel II por su reticencia a los cambios y a los Windsor por alimentar la relación tóxica con los tabloides más sensacionalistas mientras otros medios serios no han ejercido el escrutinio que aplican a otras instituciones.
Owens sugiere un camino de reformas que, según él, pueden ayudar a preservar la monarquía como una fuerza relevante contra las tendencias autoritarias de políticos elegidos democráticamente. Desde que publicó el libro, en septiembre de 2023, el historiador es algo más pesimista sobre el futuro de la monarquía y cree que los problemas de salud de Carlos III impedirán que se atreva con un plan de reformas ambicioso mientras duda de las capacidades del príncipe William. También cree que la reacción de la familia real y la prensa británica en las últimas semanas ante la operación y el cáncer de Kate Middleton será un punto de inflexión.
¿Qué opina sobre la manera en que la casa real ha tratado el estado de salud de Kate Middleton?
El vídeo que publicó el viernes pasado fue una intervención bien recibida después de semanas de especulaciones y chismes fuera de control. El Palacio de Kensington no los anticipó en enero y podría haber sido más sincero en sus comunicaciones en ese momento. Hubo un frenesí online de especulaciones y rumores cada vez más absurdos y ridículos. Y la razón por la que empezó a afectar a la imagen pública de la princesa es que los principales medios de comunicación también empezaron a hacer preguntas sobre por qué el Palacio de Kensington no había dado más información. La fotografía del día de la madre sólo aumentó la especulación. Fue un segundo fallo de comunicación del Palacio de Kensington, ya que parecía que estaba engañando deliberadamente al público sobre el estado de salud de la princesa.
Por supuesto, el anuncio del viernes pasado disipó muchos de los rumores. Muchas personas que estaban vendiendo conspiraciones salvajes han quedado como muy tontas. Se trata de una mujer que sufre de cáncer y que quiere lidiar en privado con el diagnóstico y sus repercusiones tanto para ella como para su familia.
Así que hemos pasado de una historia que parecía algo sórdida y extraña a una historia muy triste. Ahora ha habido mucho apoyo a la princesa por su enfermedad y también por la rabiosa especulación en redes. Su imagen pública saldrá mejorada, aunque creo que habrá preguntas sobre cómo se comunicará la casa real con el público en el futuro.
Usted escribe sobre la falta de escrutinio de la prensa británica a la corona. ¿Cómo estuvo en este caso?
Los medios británicos siempre han tenido una relación hipócrita con la monarquía. Por un lado, los medios monárquicos -y la mayoría de los medios británicos son muy monárquicos, como los tabloides y el Times y el Telegraph- veneran y celebran la institución, pero también tienen una gran habilidad de derribar a las figuras de los pedestales sobre los que las colocan. Les gusta atacar a algunos miembros de la familia real y plantear preguntas sobre su vida privada. Y eso se debe en última instancia a que quieren vender periódicos. Hasta hace poco, las víctimas de los ataques de los tabloides eran en gran medida Harry y Meghan. Y también el príncipe Andrés. Kate y William no habían sido criticados de la misma manera por la prensa. Pero esta pareja estará bajo un mayor escrutinio a partir de ahora. La prensa planteará cuestiones incómodas.
Los medios británicos siempre han tenido una relación hipócrita con la monarquía
Por primera vez, la información de la prensa británica fue dictada por lo que estaba sucediendo en las redes sociales. En general, los periodistas británicos de la realeza son cautelosos y se mantienen alejados de lo que se dice en las redes. Pero esta vez fueron las redes las que dieron forma a la narrativa. Eso es lo que marca un cambio interesante. Desde luego, es un problema para la monarquía, porque tiene que resolver cómo gestiona las redes sociales de manera más efectiva. Ya no importa cuán leales sean los medios cuando está el elemento de las redes. Este episodio también pone en duda la fiabilidad del Palacio de Kensington. Todas las grandes agencias de prensa han dicho que ya no van a utilizar sin más fotografías de la oficina de prensa del palacio después de lo que pasó con la foto del día de la madre.
Empezó AP, una agencia de noticias estadounidense, y no los medios británicos, que no han ejercido el escrutinio que, por ejemplo, sí ejercen frente a los políticos, mucho más que en otros países europeos. ¿Por qué la monarquía ha sido excluida de eso?
Ha habido una gran deferencia hacia ciertos miembros de la familia real. No hacia todos, y no lo digo sólo por Harry y Meghan, sino por Diana y Carlos en los 90, y antes la princesa Margarita, la hermana de la reina. La tendencia es que los medios no persiguen a personas que están en la línea directa de sucesión, pero el contrapunto obvio es que persiguieron a Carlos. Por eso, fue un momento tan serio y peligroso para la monarquía. Pero, en general, hay mucho respeto hacia los miembros clave de la familia real. La hubo hacia Isabel II, y la prensa fue muy cuidadosa en la forma en que comentó sus errores. Ha ocurrido también con William y Kate, que han sido la historia de éxito de la monarquía durante los últimos 13 años. El último episodio muestra que esa deferencia puede estar llegando a su fin. La forma en que se habló de Kate y William en los medios realmente me sorprendió.
En el libro menciona cómo la gente menor de 40 años es indiferente o crítica con la monarquía. ¿Hay una corriente subyacente que podría impulsar la república?
Sí. En parte, la familia real tiene que lidiar con las redes sociales, porque hay una corriente subyacente de republicanismo en el país. Las encuestas regularmente muestran entre un 25 y 35% de miembros del público que se identifican como republicanos o que prefieren ver a un jefe de Estado electo, con tendencias particularmente marcadas entre la generación más joven. Y, por supuesto, la generación más joven es la que usa las redes más que cualquier otra.
La cantidad de información errónea y desinformación online sobre la familia real británica ha sido muy problemática para su imagen pública. Ha perdido la confianza sobre todo de los jóvenes. Y creo que la cuestión es si puede atraer a los jóvenes de regreso al campo monárquico. Esa es una de las grandes misiones de los próximos 20 años para Kate y William, y, de momento, no estoy tan seguro de que vayan a lograrlo. Tienen que ser mucho más transparentes. Deberían ser más transparentes sobre su papel dentro del sistema político. Podrían ser más transparentes en términos de sus archivos y la forma en que permiten a los historiadores investigar su historia. Si son más transparentes y más honestos acerca de quiénes son, del hecho de que han cometido errores en sus vidas privadas, y esto se aplica a la monarquía en su conjunto, es más probable que la gente conecte con ellos.
La cuestión es si la familia real puede atraer a los jóvenes al campo monárquico. Esa es una de las grandes misiones de los próximos 20 años para Kate y William, y, de momento, no estoy tan seguro de que vayan a lograrlo
Usted aboga por una reforma que reduzca al mínimo la monarquía y cree un comité de la corona como una burocracia. Pero ¿la monarquía no depende del fasto y el mito que ha creado?
Una monarquía más pequeña, menos espléndida y que tenga menos que ver con el espectáculo sería algo bueno. Hay una disonancia entre la forma en que la monarquía se presenta al mundo como una gran monarquía histórica de Europa, con todo el esplendor imperial y el boato del pasado, y lo que eso dice sobre el Reino Unido. La monarquía proyecta una imagen majestuosa de sí misma y del país cuando la realidad del Reino Unido hoy es bastante triste, cuando el Reino Unido es un país desgarrado por las divisiones y arruinado por la desigualdad y la pobreza. Hoy en día hay muchos problemas sociales y políticos, pero si miras a la monarquía, no ves nada de eso. Si se supone que la monarquía refleja la imagen nacional británica, debe ser más realista y más modesta en cómo se presenta.
Hoy en día hay muchos problemas sociales y políticos en el Reino Unido, pero si miras a la monarquía, no ves nada de eso. Si se supone que refleja la imagen nacional británica, la monarquía debe ser más realista y más modesta en cómo se presenta
Mi argumento con respecto al comité de la corona es que existe una oportunidad para que la monarquía desempeñe un papel como defensora de los valores democráticos, campeona de la democracia, una institución que pueda impedir que dictadores lleguen al poder. Sus poderes para hacer eso, en realidad, son ahora muy limitados. Mi sugerencia es darle a la monarquía una identidad dentro de la política que le permitiría desafiar la desinformación y a los políticos que mienten y que desprestigian la política. Uno de los problemas en el Reino Unido en este momento, entre los jóvenes, no es sólo es una pérdida de confianza en la monarquía: también hay una pérdida de confianza en la democracia. La monarquía puede promover el renacimiento de la democracia y una buena cultura democrática. Eso sería mutuamente beneficioso: sería bueno para la política y para la monarquía.
¿Y no es paradójico que una persona no elegida pueda ser una salvaguardia para la democracia? Ese comité podría estar presidido por alguien normal, no partidista y elegido democráticamente.
Sí, desde luego. Lo que describo es una especie de monarquía republicana. Esta es la situación política en países republicanos como Alemania e Irlanda, donde hay una especie de comités presidenciales que están a cargo de supervisar estándares en la vida pública, de garantizar que los políticos se comporten de una manera veraz y ética. No tenemos eso en el Reino Unido porque no hemos tenido que pensar demasiado sobre lo que hace el monarca en la práctica. Pero existe la oportunidad de tener una mayor supervisión, de que el papel del monarca en la política esté mejor definido y tenga un propósito genuinamente útil, que también es no partidista. El monarca estaría allí como árbitro independiente. Me gustaría ver ese papel más claramente definido.
Mi sugerencia es darle a la monarquía una identidad dentro de la política que le permitiría desafiar la desinformación y a los políticos que mienten y que desprestigian la política
¿Ve algún interés en esto del Partido Laborista, que podría gobernar pronto?
Ya está hablando de poner en orden la Constitución y eso es bueno; otra cosa es que incorpore la monarquía. Veo a Keir Starmer como el próximo primer ministro del Reino Unido y alguien que tiene reputación de ser digno de confianza, una persona íntegra.
Esos son valores que encarna y podría ponerlos en el centro de su proyecto político cuando llegue al poder. Quiere poner en orden la política y, en algunos aspectos, eso requerirá la cooperación de la monarquía. Si es valiente, podría abrir el debate para dejar mucho más claro cómo funciona la Constitución. Hay una oportunidad y creo que lo es porque no cuesta mucho dinero. Y el próximo gobierno tendrá muy poco dinero para hacer algo extraordinario. La situación económica es muy difícil, pero no cuesta mucho debatir nuestros procedimientos constitucionales para dejar más claro al público cómo funciona la Constitución, cuál es el papel de la monarquía y cómo podemos crear una política mejor, basada en la integridad, la transparencia y la rendición de cuentas.
Usted describe en el libro un plan contra Boris Johnson antes de que dimitiera por si intentaba pedirle a Isabel II la convocatoria de elecciones anticipadas, y el plan era que la reina no contestara al teléfono. No parece lo más seguro…
Es una locura que todo se redujera a tres hombres que aconsejaban a la reina que no contestara el teléfono, potencialmente, para frustrar las ambiciones de un primer ministro que se estaba comportando de manera inconstitucional.
En España hubo un intento de golpe de estado en 1981 y Juan Carlos salió en televisión y dijo que no apoyaba a los golpistas que afirmaron que contaban con el respaldo del rey. La Constitución estaba bajo presión debido al comportamiento extraconstitucional de un actor o un grupo de actores, y el monarca tuvo que denunciar públicamente el golpe de Estado. Fue un ejemplo de una constitución que no tiene una respuesta inmediata, porque en ese momento, si Juan Carlos hubiera dicho “apoyo el intento de golpe”, todo podría haber sido muy diferente. Es una locura que el éxito de nuestras democracias pueda depender de la decisión de una sola persona.
¿Debe Carlos III abdicar, como sugiere en el libro? ¿Y cómo afectarán a esto sus problemas de salud?
Lo siento mucho por él. Ha esperado este momento toda su vida. Se ha visto socavado por el miedo sobre cómo se siente el público respecto a sus intentos de reforma. Hay un temor real en el palacio de que eso llevaría a que su reputación y su popularidad sufrieran. Pero necesitamos medidas audaces, necesitamos coraje por parte de la familia real y de la casa real. El rey sería recompensado por hacer las cosas de una manera diferente, pero no creo que vaya a tener la oportunidad de hacerlo. Se ha visto minado por la incertidumbre que existe en la casa real y ahora por su propia salud. Al principio, yo esperaba que estableciera un plan claro de 10 años sobre qué hacer con la monarquía y dejara en claro que se trataba de un proyecto que William compartiría con él y asumiría después. Ahora no creo que vaya a hacer eso. Debido a su salud, es más probable que diga que reinará tanto como pueda y mientras esté sano y probablemente solo abdicará en caso de enfermedad grave o incapacidad. Yo veía la abdicación como un paso positivo, algo que demostrara que él tenía una visión durante 10 ó 15 años y que pasaría a la institución.
No creo que William sea tan capaz como su padre aunque es bastante popular. En realidad, no tiene una reputación muy fuerte entre los jóvenes y necesita conseguirla. Si William llegara al trono pronto, sería algo malo para la monarquía
Con la situación actual, ¿cree que la monarquía sobrevivirá?
Me gusta poner porcentajes a las cosas. Cuando escribí el libro pensaba que el porcentaje era 60-40 a favor de la monarquía. El problema con los jóvenes es grave. Por eso decía, un 60% de probabilidades de que la monarquía sobrevivirá y un 40% de que no sobrevivirá. Ahora creo que el trabajo es más difícil. Y no creo que William sea tan capaz como su padre aunque sea bastante popular. En realidad, no tiene una reputación muy fuerte entre los jóvenes y necesita conseguirla. Si William llegara al trono pronto, como podría suceder ahora debido a la salud del rey, sería algo malo para la monarquía. Así que ahora estoy más en 50-50.
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