El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, ha anunciado este lunes que su Gobierno impondrá a Irán “las sanciones más fuertes de la historia”, y ha advertido a Europa de que las compañías que hagan negocios en Irán deberán “rendir cuentas” y afrontar penalizaciones económicas.
“Impondremos una presión financiera sin precedentes al régimen iraní”, ha asegurado Pompeo en un discurso sobre la estrategia de su Gobierno tras la retirada del acuerdo nuclear firmado junto a Irán y otras cinco potencias en 2015
“Estas serán, de hecho, las sanciones más fuertes de la historia cuando hayamos terminado”, ha aseverado, al decir que las sanciones impuestas la semana pasada al gobernador del Banco Central de Irán, Valiollah Seif, son “solo el comienzo”.
“La punzada de las sanciones se volverá cada vez más dolorosa si el régimen no cambia su rumbo del camino inaceptable y poco productivo que ha elegido a uno en el que vuelva a unirse a la liga de las naciones”, ha subrayado el jefe de la diplomacia estadounidense.
Pompeo ha adelantado que, una vez que esas sanciones entren en vigor por completo, “Irán deberá luchar para mantener su economía viva” y deberá elegir entre ese objetivo o “seguir derrochando su riqueza y vidas preciadas en el extranjero”, porque “no tendrá los recursos para hacer ambas cosas”.
“Irán no tendrá nunca más carta blanca para dominar Oriente Medio”, ha añadido. “Aseguraremos la libertad de navegación en las aguas de la región. Perseguiremos a los agentes iraníes y sus apoderados de Hezbolá en todo el mundo, y los aplastaremos”, ha aseverado el secretario de Estado.
Doce condiciones para un nuevo tratado con Irán
Si Irán hace “grandes cambios” y cumple 12 condiciones para contener sus programas nuclear y balístico y sus actividades en Oriente Medio, Estados Unidos estaría dispuesto a levantar sus sanciones, restaurar sus lazos diplomáticos y comerciales con Teherán e incluso ayudarle a modernizar su economía.
No obstante, mientras no se llegue a ese improbable acuerdo, Estados Unidos no se contendrá en la reanudación de sus sanciones al programa nuclear iraní, que afectan también a terceros países.
Pompeo ha asegurado que entiende que esa decisión “presenta dificultades financieras y económicas para algunos amigos” de Estados Unidos, como los países europeos. El jefe de la diplomacia estadounidense ha advertido a sus socios en Europa de que su Gobierno se asegurará de que “rindan cuentas aquellos que hagan negocios en Irán”, y ha dicho que próximamente enviará equipos a distintas capitales del mundo para “escuchar” sus preocupaciones y explicar las implicaciones de las sanciones.
Por otro lado, Pompeo ha agregado que el Gobierno de Donald Trump “prefiere” que ese potencial acuerdo tome la forma de un “tratado” ratificado por el Congreso de EE.UU. para garantizar su permanencia, y ha cerrado la puerta a una renegociación del acuerdo nuclear multilateral de 2015.
“Sé que nuestros aliados en Europa podrían intentar mantener activo el antiguo acuerdo nuclear con Teherán. Esa es su decisión. Ya saben cuál es nuestra posición”, ha concluido.