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Elecciones EE.UU. 2020
OPINIÓN - THE GUARDIAN

¿Cómo podemos evitar a los autoritarios del futuro? Plantando cara a Wall Street para recuperar a la clase trabajadora

En la imagen, Bernie Sanders (i) y Joe Biden (d), presidente electo de Estados Unidos.
25 de noviembre de 2020 22:43 h

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Según el último recuento, casi 80 millones de estadounidenses votaron por Joe Biden, un voto contra la intolerancia autoritaria de Donald Trump que permitió al mundo un respiro colectivo de alivio.

Pero el resultado de las elecciones presidenciales también revela algo que debería preocupar: Trump recibió 11 millones de votos más que en 2016 y aumentó su base de apoyo dentro de muchas comunidades en apuros, donde hay altos niveles de pobreza y desempleo, una atención médica y cuidados infantiles insuficientes, y gente sufriendo mucho.

Trump miente todo el tiempo, pero tal vez su mentira más descabellada sea decir que él y su gobierno están del lado de la clase trabajadora de Estados Unidos.

La verdad es que Trump incorporó a su Administración más multimillonarios que ningún otro presidente en la historia. En el Consejo Nacional de Relaciones Laborales nombró a cargos con una postura explícitamente antisindical; a las corporaciones más grandes y ricas les concedió exenciones fiscales gigantescas mientras propuso recortes enormes a los programas de educación, vivienda y nutrición. Trump intentó sacar a 32 millones de personas de su programa de asistencia sanitaria y es responsable de presupuestos en los que se pidieron recortes, por decenas de miles de millones de dólares, en Medicare, Medicaid y la seguridad social.

Sin embargo, un segmento de la clase trabajadora de Estados Unidos todavía cree tener a Donald Trump de su lado. ¿Por qué ocurre eso?

En un momento en el que millones de estadounidenses viven con miedo, han perdido el trabajo debido a injustos acuerdos internacionales de comercio, y no ganan más, descontando la inflación, que hace 47 años, Trump es percibido por sus simpatizantes como un “luchador” y un tipo duro. Trump parece estar luchando contra casi todo el mundo, todos los días.

Trump se proclamó enemigo del “pantano” de Washington atacando a los demócratas, a los republicanos que no estaban al 100% con él, y hasta a miembros de su propia Administración a los que declaró integrantes del “Estado en la sombra”. Agrede a líderes de países que han sido aliados de Estados Unidos desde hace mucho tiempo, así como a gobernadores, a alcaldes, y al poder judicial independiente. Ataca a los medios de comunicación llamándolos “enemigos del pueblo” y es despiadado en sus constantes agresiones a los inmigrantes, a las mujeres, a la comunidad afroestadounidense, a la comunidad gay, a los musulmanes y a los manifestantes.

Ha usado el racismo, la xenofobia y la paranoia para convencer a una gran parte del pueblo estadounidense de que se preocupa por sus necesidades, cuando nada podía estar más lejos de la realidad. Desde el primer día, el único interés de Donald Trump ha sido Donald Trump.

Qué hacer

El próximo 20 de enero, Joe Biden tomará posesión como presidente con Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara de Representantes. Hasta que se celebre la segunda vuelta de las elecciones en Georgia el 5 de enero no se sabrá qué partido controlará el Senado de Estados Unidos, pero una cosa está clara: si el Partido Demócrata quiere evitar la pérdida futura de millones de votos debe ponerse firme y trabajar para las familias trabajadoras de EEUU. Las preocupaciones económicas que afrontan hoy en día son mayores que en ningún otro momento desde la Gran Depresión.

Con la palabra y con los hechos, los demócratas deben demostrar el fraude que es un Partido Republicano haciéndose pasar por el representante de las familias trabajadoras. Para lograrlo, los demócratas deben tener la valentía de hacer frente a los poderosos intereses que llevan décadas en guerra con la clase trabajadora estadounidense. Estoy hablando de Wall Street, de las farmacéuticas, de las empresas de los seguros médicos, de las energéticas, del complejo industrial militar, del negocio de las cárceles privadas y de muchas y muy rentables corporaciones que siguen explotando a sus empleados.

Si el Partido Demócrata no logra demostrar que va a enfrentar a estas poderosas instituciones y a luchar agresivamente por las familias trabajadoras del país, por negros, blancos, latinos, asiático-estadounidenses y nativos americanos, estará allanando el camino para la elección en 2024 de otro autoritario de derechas. Y ese presidente podría ser incluso peor que Trump.

Joe Biden hizo su campaña con un programa notablemente pro clase trabajadora. Ahora debemos luchar para cumplir ese programa y oponernos con firmeza a los que se interpongan en el camino.

“¿De qué lado estás?” Preguntaba la canción folk escrita por Florence Reece, esposa de un delegado del sindicato de trabajadores mineros cuando en 1931 el sindicato declaró la huelga en Kentucky. Los demócratas necesitan dejar absolutamente claro de qué lado están.

En un lado están los que quieren poner fin a los sueldos del hambre y aumentar a 15 dólares el salario mínimo por hora. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren reforzar a los sindicatos. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren crear millones de empleos bien remunerados luchando contra el cambio climático y reconstruyendo una infraestructura hecha pedazos. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren ampliar la cobertura sanitaria. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren reducir el coste de las medicinas con receta. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren que haya baja por paternidad y por enfermedad. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren un servicio universal de guardería para los niños de tres y cuatro años de Estados Unidos. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren ampliar la seguridad social. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren eliminar la deuda estudiantil y hacer facultades públicas y universidades sin coste para las familias trabajadoras. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren invertir en empleos y educación para nuestros jóvenes, y terminar con un sistema de justicia penal racista que no funciona. En el otro, los que no.

En un lado están los que quieren reformar, humanizar y hacer más justo nuestro sistema de inmigración. En el otro, los que no.

Durante los primeros 100 días de Administración Biden, la misión de los demócratas es dejar absolutamente claro en qué lado están y quién está al otro lado. No se trata sólo de las políticas públicas que hacen falta para fortalecer al país. Es la manera de ganar las próximas elecciones.

Bernie Sanders es un senador de Estados Unidos. Representa al estado de Vermont.

Traducido por Francisco de Zárate

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