Los mítines de Donald Trump no han estado escasos de incidentes en esta campaña, tanto por algunas protestas como por el lenguaje a veces incendiario del candidato. En el mitin de Reno, en Nevada, en la tarde del sábado, se produjo por segunda vez con él un incidente que no está dentro de los habituales. Dos agentes del Servicio Secreto subieron al escenario para coger del brazo a Trump y sacarlo de ahí rápidamente.
Al mismo tiempo, otros policías fueron a las primeras filas de la zona más cercana al escenario y se llevaron detenido y esposado a un hombre de raza blanca de unos 30 años. La primera versión que circuló en los medios norteamericanos es que alguien había visto a una persona con un arma.
Trump no tardó mucho tiempo en volver a aparecer para continuar su discurso sin más referencia al incidente que varios elogios a los agentes del Servicio Secreto, el organismo que tiene entre sus funciones la protección del presidente y también de Donald Trump y Hillary Clinton en esta campaña.
Según la información facilitada más tarde por fuentes policiales a ABC News, se trató más de un caso de pánico repentino que de una amenaza real. Nadie sacó un arma y varias personas se pusieron nerviosas cuando un hombre levantó un cartel. Alguien gritó “tiene un arma” y los agentes optaron por llevarse a Trump y detener al hombre al que otros señalaban.
El hecho de que el candidato republicano volviera muy pronto al escenario indica que el Servicio Secreto no pensaba que hubiera ya ningún riesgo. Los testigos más cercanos al detenido indicaron a los periodistas que ellos no vieron ningún arma.
Después se confirmó que se trataba de un hombre que sólo había intentado levantar un cartel con las palabras “Republicanos contra Trump”. Ya en libertad, dijo que había sido agredido por varias personas en el momento del incidente y que alguien le agarró de los testículos mientras otros le golpeaban.
Los famosos están con Clinton
Mientras Trump aportaba un episodio a la crónica de sucesos, Clinton disfrutaba del apoyo de las celebridades. El viernes, había compartido escenario en Ohio con Beyoncé y su marido Jay-Z. Se espera que el domingo lo haga en el mismo Estado con LeBron James, la estrella que volvió a Cleveland para dar el primer triunfo en la NBA a la ciudad en muchas décadas.
En el apartado de los famosos, Trump siempre ha llevado las de perder. Fox News se ve obligada a entrevistar a veteranos exentrenadores de fútbol americano y béisbol, algunos de trayectoria legendaria, que apoyan a Trump porque en el fondo comparten su filosofía autoritaria, la misma con la que consiguieron tantos títulos.
El sábado, Clinton volvió a Florida para dar el que pudo ser el mitin más corto de su campaña. En Pembroke Pines, a una hora en coche al norte de Miami, una serie de tormentas puso a prueba la paciencia de los asistentes que esperaban la llegada de la exsecretaria de Estado. Pero cuando apareció Clinton se desató un aguacero espectacular que la obligó a terminar su intervención en siete minutos.
Clinton sufrió una neumonía en campaña y, por otro lado, no podía esperar que los asistentes aguantaran mucho más tiempo. Con la voz rota por el esfuerzo, la política de la que todos destacan su frialdad y escasa capacidad comunicativa ante grandes audiencias intentó imponerse sobre la lluvia torrencial: “Quiero ser la presidenta de todos, de todos los que están de acuerdo conmigo, de la gente que no está de acuerdo conmigo, de la gente que me votará y de la gente que no me votará”, dijo antes de salir corriendo de Pembroke Pines.
Buenas noticias para Clinton en varios estados
A tres días de las elecciones, las imágenes del incidente de Trump en Reno sirvieron para que las televisiones colocaran en pantalla el acostumbrado “Breaking News” e interrumpieran los análisis y especulaciones sobre las posibilidades de cada candidato a la luz de los datos sobre el voto anticipado al día de las elecciones, que arrojan conclusiones esperanzadoras para Hillary Clinton.
En el caso del Estado de Nevada –donde está Las Vegas y donde los latinos son al menos el 28% de la población–, los datos conocidos y las imágenes de las largas colas para votar hasta las diez de la noche del viernes han llevado a la conclusión generalizada de que Trump no tiene allí ninguna posibilidad de ganar. Es un Estado pequeño, con sólo seis votos electorales, pero significativo, porque es uno en el que las encuestas no tiene claro aún cuál será el ganador y porque puede indicar el nivel de participación entre los hispanos.
En el condado de Clark –donde vive cerca del 75% de los habitantes de Nevada–, la ventaja demócrata fue evidente en el voto anticipado y voto por correo. Los votantes registrados como demócratas superaron a los republicanos en 72.000, es decir en 13,7 puntos porcentuales. Eso deja a Trump allí sin posibilidades en Nevada a menos que supere en 10 puntos a Clinton entre los ciudadanos que voten el día de las elecciones, el 8 de noviembre, una posibilidad que se considera poco realista.
Evidentemente, nadie sabe a quién han votado. El escrutinio de esos votos anticipados, que ya son 40 millones en todo el país, no se hará hasta el cierre de los colegios el martes, junto al resto de papeletas. Pero se considera revelador en una modalidad de votación que existe en muchos estados, no en todos, precisamente para intentar aumentar la participación.
El 8 de noviembre no es festivo en EEUU. En los centros de trabajo, los trabajadores tienen que pedir permiso a sus jefes para ausentarse para votar, y es muy probable que les descuenten del sueldo ese tiempo. Aquellas personas que tienen dos empleos y que deben desplazarse a otra zona de la ciudad lo tienen aún más difícil. Ese día hay que votar en el colegio electoral que te corresponde. En el voto anticipado por ejemplo en Florida, puedes votar en cualquiera.
Los datos sobre Florida y Carolina del Norte, otros estados clave donde también se ha votado estos días, no son concluyentes porque el domingo aún se puede votar. Las imágenes sí indican el gran interés de muchos votantes por participar en estas elecciones, a pesar de que todo el mundo da por hecho que ninguno de los dos candidatos ha entusiasmado al electorado, tanto por su pasado como por su actuación en la campaña.
En Florida, casi seis millones de personas han depositado su voto, lo que indica que al final la mitad de las personas que están registradas para votar lo habrán hecho antes del 8 de noviembre. En el condado de Miami-Dade –con una gran presencia de latinos con pocas razones para votar a favor de Trump–, se apreció un significativo aumento de votantes con respecto a 2012. Entonces, votaron más de 879.000 personas, incluida la jornada electoral. En las últimas dos semanas, ya han votado de forma anticipada 648.000, lo que indica que la participación de Miami-Dade será muy superior a la de hace cuatro años.
Sea por la razón que sea, 22 estados que permiten el voto anticipado ya han superado las cifras que tuvieron en 2012. En los estados con fuerte presencia de población latina, eso se interpreta como una ventaja para Clinton. En otros, puede tener más que ver con la polarización entre los dos candidatos que ha favorecido que los votantes demócratas y republicanos hayan terminado aceptando a Trump o Clinton como la opción menos mala.