Elisabeth Borne, hasta ahora ministra de Trabajo, será la primera ministra de Francia en el nuevo Gobierno escogido por Emmanuel Macron tras su reelección en abril, según anunció este lunes el Elíseo en un comunicado. Se trata de la segunda mujer en ocupar el puesto después de Edith Cresson, que fue premier entre 1991 y 1992, en el segundo mandato de François Mitterrand.
Borne, de 61 años, ingeniera de larga trayectoria pública, ha sido ministra de Trabajo desde 2020, y también ha ocupado con Macron las carteras de Transición Ecológica y de Transporte. La mayoría de su carrera la ha dedicado a la reforma del transporte, la movilidad y el urbanismo con un perfil de izquierda y gran conocimiento de las políticas públicas. Trabajó como directora de estrategia de SNCF, la empresa ferroviaria de Francia, y como directora de la empresa de transportes de la región de París. También fue jefa de gabinete de Ségolène Royal en el Ministerio de Ecología en 2014. Durante años, Borne fue miembro del Partido Socialista, pero en 2017 votó por Macron y se unió a su nuevo partido. Se consideraba ahora parte del ala izquierda del equipo de Macron.
Como es habitual tras las elecciones presidenciales, el hasta ahora primer ministro, Jean Castex, presentó su dimisión este lunes, y se espera el anuncio del resto de los escogidos para el nuevo Ejecutivo en los próximos días. La elección del Gobierno es parte de los poderes del presidente de la República, si bien lo habitual es que tenga en cuenta la mayoría parlamentaria.
Macron, que empezó formalmente su segundo mandato este sábado, se enfrenta ahora a las elecciones legislativas del 12 y 19 de junio con una ultraderecha ascendente y una izquierda que ha conseguido un acuerdo alrededor de Jean-Luc Mélenchon, el líder izquierdista de Francia Insumisa que se ha ofrecido para ser primer ministro. Para poner en marcha su Gobierno y su agenda legislativa, Macron necesita el apoyo de la Asamblea Nacional y las encuestas apuntan ahora a que su partido, rebautizado como Renacimiento, ganará con una mayoría holgada.
Borne también se presenta a las elecciones legislativas en Calvados, en Normandía, de donde es originaria su familia.
Un símbolo
La elección de una mujer como primera ministra tiene un valor simbólico en un país donde los hombres siguen ocupando abrumadoramente la cúspide del poder político y donde se ha debatido a menudo la tolerancia ante el acoso sexual en el mundo laboral, en particular entre políticos y estrellas de la televisión.
Cresson, de 88 años, explicaba este fin de semana por qué ella seguía siendo hasta ahora la excepción. “El país no es machista: es su clase política”, dijo en una entrevista en Le Journal du Dimanche en la que también comentaba el ambiente de “críticas permanentes” y “comentarios sobre el vestuario” para las mujeres que se dedicaban a la política y que han cambiado poco desde su época.