El candidato liberal Emmanuel Macron será el próximo presidente de Francia poco más de un año después de haber fundado el movimiento político que le ha llevado al Palacio del Elíseo por encima de los partidos tradicionales y de la extrema derecha. Macron se ha impuesto con un 65,8% de los votos frente a un 34,2% de la candidata ultraderechista Marine Le Pen, según las primeras estimaciones del instituto de encuestas Ipsos, difundidas por varios medios franceses.
Macron supera con mucho la barrera del 60% de los votos, que se había convertido en muchos análisis en los medios franceses en una especie de límite inferior de una victoria clara e incontestable.
“Defenderé a Francia, sus intereses vitales, su imagen. Defenderé Europa, porque está en juego nuestra civilización y nuestra forma de ser libres”, ha manifestado en su primer discurso tras conocerse su victoria. El futuro presidente ha señalado como prioridades de su mandato “la renovación de nuestra vida pública, la moralización de la vida pública y la vitalidad democrática”.
Después Macron se ha dirigido a la explanada del Museo del Louvre, donde lo esperaban sus seguidores para celebrar el triunfo. “Lo que hemos hecho desde hace tantos meses no tiene precedente ni equivalente. Todo el mundo decía que era imposible. ¡Porque no conocían Francia!”, ha proclamado en su segundo discurso de la noche.
Antes ha tomado la palabra Marine Le Pen, para reconocer la derrota y lamentar que los franceses hayan votado “a favor de la continuidad”. Ha informado de que ha llamado a Macron: “Lo he felicitado y le he deseado que tenga éxito”. También se ha reivindicado como líder de la oposición al nuevo presidente y ha llamado “a todos los patriotas a unirse”.
Macron llega al más alto puesto en Francia tras una cortísima carrera política. Nunca hasta ahora se había presentado a elecciones de ningún tipo. Su primer acercamiento a la política fue en 2012, cuando el presidente socialista François Hollande lo nombró secretario general adjunto. Dos años después, ascendió a ministro de Economía, y desde ese puesto ejecutó parte de las políticas económicas que hundieron la popularidad de Hollande. En agosto de 2016, renunció a ese puesto en un momento en que parecía que cualquier candidato relacionado con la presidencia de Hollande estaba condenado a fracasar en las urnas.
Será el octavo presidente de la Quinta República francesa y el más joven de todos ellos, con 39 años. Y el primero en llegar a ese sillón sin el apoyo de un gran partido.
Su victoria marca la ruptura de un sistema político en el que socialistas y conservadores se han alternado en el poder durante décadas. Las dos formaciones hasta ahora convencionales, el Partido Socialista y Los Republicanos, quedaron expulsadas ya en la primera vuelta, en la que solo uno de cada cuatro franceses optó por ellas.
Un respiro para la Unión Europea
El resultado ha sido recibido rápidamente como una excelente noticia para la Unión Europea, que temblaba ante la posibilidad de una victoria de Le Pen. Angela Merkel, Jean-Claude Juncker y Donald Tusk se han apresurado a enviar mensajes de felicitación al ganador.
La candidata ultraderechista prometía un referéndum sobre la salida del club continental, mientras que Macron era el más europeísta de todos los principales candidatos.
Pese a que Marine Le Pen ha sido derrotada, su resultado es un récord histórico para el Frente Nacional. De acuerdo con las estimaciones difundidas, ha conseguido unos once millones de votos, el doble de los que consiguió su padre en 2002. En aquel momento, única ocasión en que el partido de extrema derecha había pasado a la segunda vuelta presidencial hasta este año, el conservador Jacques Chirac ganó con el 82% de los votos gracias al “frente republicano” que consiguió reunir a sus espaldas para frenar a Jean-Marie Le Pen.
En su mensaje, Le Pen se ha autoproclamado líder de la oposición a Macron, pero eso dependerá de las elecciones legislativas de junio. El sistema de doble vuelta volverá a castigar al Frente Nacional en muchas circunscripciones y puede iniciar la legislatura con no muchos más que 20 escaños. Ahora sólo tiene dos.
Esos comicios serán también un reto para Macron, que ha prometido que presentará candidatos en las 577 circunscripciones. Sin una mayoría en la Asamblea, quizá se vea obligado a aceptar la cohabitación con un primer ministro de otro partido.