Las autoridades han confirmado este miércoles que 53 personas han muerto y otras 16 han resultado heridas en el interior del remolque de un camión aparcado en las afueras de San Antonio, en la frontera de Texas (EEUU) con México.
El alcalde de San Antonio, Ron Nirenberg, ha avanzado que se trataba de migrantes que habían cruzado la frontera entre México y EEUU hacinados en el camión. “Es una tragedia”, ha dicho Nirenberg en una rueda de prensa en la que también ha añadido que el crimen está siendo investigado por las autoridades federales. Tres personas vinculadas con el suceso han sido detenidas.
40 de las personas fallecidas son hombres y 13 son mujeres, y al menos 37 de esas personas han sido provisionalmente identificadas. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha explicado que como mínimo 22 de los muertos eran mexicanos.
El hallazgo se ha producido en las afueras de San Antonio, cerca de la base aérea de Lackland, donde, además de los fallecidos, también encontraron a decenas de personas que necesitaron asistencia médica urgente.
Las temperaturas en San Antonio alcanzaron los 40ºC este lunes y las autoridades no saben el tiempo que pasaron los muertos en el interior del camión, que fue abandonado por su conductor minutos antes de que la policía lo encontrara.
EEUU se compromete a luchar contra el tráfico de personas
El Gobierno de EEUU se ha comprometido a luchar contra el tráfico de personas después de este suceso. Así lo ha indicado en una rueda de prensa la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, quien también ha señalado que lo sucedido es “absolutamente horroroso y que rompe el corazón”.
“Estamos centrados en seguir nuestras históricas acciones para interrumpir estas redes de tráfico de personas, incluyendo nuevas campañas que en solo dos meses ya se han saldado con 1.800 detenciones”, ha asegurado.