El Instituto de Medicina Legal (IML) de El Salvador entregó este jueves a sus familiares las osamentas de tres adultos ejecutados por el Ejército en el municipio de Arcatao (norte) durante la guerra civil del país (1980-1992), que dejó 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.
Un representante de la Fiscalía General de la República (FGR) explicó a Efe que los restos corresponden a dos hombres y una mujer y fueron exhumados en junio de 2019, en un proceso de duró aproximadamente una semana.
El fiscal identificó a dos de las tres personas como María Santos Abrego y Maximiliano Enriques, y señaló que expertos de Medicina Legal les realizaron los exámenes correspondientes para “confirmar el parentesco con las personas a las que ahora les fueron entregados los restos”.
Rosa Rivera, miembro del Comité de Memoria y Sobrevivientes de Arcatao y quien acompañó a los familiares, dijo a Efe que las tres personas fueron asesinadas el 3 de junio de 1982 durante un operativo que unos 14.000 miembros de la Fuerza Armada ejecutaron en la localidad de Las Vegas, en Arcatao.
“Estas personas fueron asesinadas cuando la (masacre) 'Guinda de Mayo' (...) dos de estas personas estaban en su casa y el Ejército llegó a pedirles una sopa de gallina y, cuando María (Santos Abrego) iba a agarrar la gallina, la agarraron, la torturaron y luego la mataron a ella y a Maximiliano”, comentó la mujer quien perdió a al menos ocho familiares durante el conflicto armado.
Rivera agregó que los familiares de estas víctimas recibieron el apoyo del Instituto de Derechos Humanos de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA).
La llamada “Guinda de Mayo” fue una masacre perpetrada por el Ejército salvadoreño contra varios poblados en la región de Chalatenango y dejó un saldo de miles de muertos y más de una cincuentena de niños desaparecidos.
Luego de la entrega a sus familiares, los restos, que serán sepultados en el cantón La Vega, fueron trasladados a la capilla de la UCA donde el padre José María Tojeira realizó un acto religioso para “darles la bendición y desearles un buen descanso”.
La guerra salvadoreña que enfrentó al Ejército, financiado por los Estados Unidos, y a la guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) dejó un saldo de 75.000 muertos y 8.000 desaparecidos.