“El Gobierno de México está espiando a ciudadanos y periodistas que pelean por los derechos humanos”

Tu hijo debería dejar de ser tan crítico con el Gobierno, le espetó el pasado 11 de mayo Enrique Peña Nieto al empresario Claudio X. González Laporte durante una reunión con las élites más poderosas del país. Se refería el presidente de México a Claudio X. González Guajardo, un activista social, abogado de 54 años, fundador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), que últimamente ha provocado la incomodidad de Peña Nieto por las denuncias sobre la corrupción de su administración.

Pablo X. Gonzalez Laporte (el padre), también ha sido actualidad en los últimos días al ser señalado por Andrés Manuel López Obrador, el candidato de izquierdas a la presidencia de México y con gran ventaja en las encuestas, como uno de los millonarios que está intentando frenar su llegada al poder. Hablamos en Madrid con el Claudio X. activista, que ha venido a España a recoger el premio Ortega y Gasset de periodismo por La Estafa Maestra, una investigación elaborada junto a Animal Político en la que precisamente se denuncia un fraude millonario del actual Gobierno Federal de México.

¿Qué es Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad?

Es un esfuerzo ciudadano muy joven, nació apenas hace un par de años, que busca combatir la corrupción, un problema que está lastimando gravemente a nuestro país. Algunos creen que solo nos dedicamos a combatir la corrupción pública, porque hemos hecho denuncias importantes en ése ámbito, pero también combatimos la corrupción privada y social, muy conscientes de que es indispensable que México tenga un estado de derecho más pleno como condición necesaria para el desarrollo más sustentable, más justo, más equilibrado. Creo que hay dos temas fundamentales que tiene que resolver México: educación de calidad y estado de derecho.

Y se apoyan en el periodismo para conseguir esos objetivos...

Efectivamente. En Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) tenemos un equipo de periodismo de investigación, con diez de los mejores reporteros que hay en nuestro país, liderados por Salvador Camarena, que han demostrado a lo largo de su trayectoria ser muy profesionales, muy apasionados por su trabajo y muy valientes. Hemos tratado de generar unas condiciones muy difíciles de lograr en un medio de comunicación en nuestro país: libertad, tiempo para trabajar y condiciones dignas para hacerlo, todo esto complementado con investigación aplicada de índole legal por litigio estratégico. Cuando tenemos indicios suficientes derivados de nuestras investigaciones para ir a la corte así lo hacemos. Le llamamos litigio estratégico porque busca sentar precedentes de cambio en nuestras leyes. Por último, también tenemos un área de movilización social para darle difusión a lo que hacemos.

Todo esto en un país en el que ejercer el periodismo es un trabajo de altísimo riesgo ¿Cómo protegen a sus periodistas?

Ciertamente nuestros periodistas corren riesgos, como todos los que buscan hacer su trabajo en libertad, con independencia. México es uno de los países más peligroso para hacer periodismo y es un asunto que tenemos que cambiar en nuestra nación. Debo decir que es más peligroso entre más te alejas de la Ciudad de México. En ese sentido nuestros periodistas no es que no corran riesgos, pero ciertamente no están viviendo los peligros de los de Tamaulipas, Veracruz o Michoacán. Dicho esto, tenemos que transformar la situación para todos los periodistas en México. Tenemos que impulsar el periodismo libre y con seguridad en nuestro país. Ese es uno de los cometidos de nuestra organización, pero por ahora hay que correr riesgos en esta etapa difícil para hacer el trabajo de denuncia y de transformación.

Han recibido presiones muy fuetes del poder, del Gobierno del presidente Peña Nieto. Usted es una persona conocida, sobre todo su padre es un empresario muy importante en México ¿Cómo les han llegado esas presiones y cómo las han manejado?

El Gobierno en México no está acostumbrado a este tipo de actividad ciudadana. Yo creo mucho en el trabajo de la sociedad civil organizada, de la ciudadanía que se compromete, que se responsabiliza, que exige y propone cambios. Lo hice en una primera etapa en temas de educación y también recibí amenazas de grupos sindicales que se oponían al cambio educativo. Uno va teniendo la piel más gruesa con el paso del tiempo y cuando existe la convicción de que las cosas tienen que cambiar hay que seguir adelante a pesar de las presiones. Se han materializado durante la presente administración, pero estoy seguro de que las siguientes administraciones seguirán con estos medios o encontrarán otros y nosotros a pesar de ello vamos a seguir adelante.

¿Pero cómo se han concretado las amenazas?

A través de auditorías fiscales a la organización, a mí personalmente o a otras organizaciones que yo he fundado de índole filantrópico. Y también a través del espionaje. Se ha podido comprobar que al menos tres miembros de nuestra organización han sido espiados con el llamado malware Pegasus que compró el Gobierno Mexicano a un proveedor israelí y que supuestamente solo se puede adquirir con la condición de que se utilice contra la delincuencia organizada. Desafortunadamente este tipo de tecnología se está utilizando en contra de ciudadanos que dan la batalla, periodistas, en contra de quienes pelean por los derechos humanos.

¿Y eso lo hace el Gobierno?

Estimamos que sí. Tenemos denunciado esto formalmente ante la Procuraduría General. Y estamos esperando a ver qué pasa después de las elecciones. Todo indica que el actual oficialismo [el PRI] no va a seguir en el poder y sería bueno que hubiera una investigación. Creo que ha sido un abuso y a mi me encantaría evitar que si mis hijos deciden dar una pelea ciudadana les estuvieran espiando.

¿Cómo está la salud del periodismo más tradicional en México?

Muy frágil. A las consideraciones de fragilidad que corresponden a todo modelo periodístico en el mundo se suma el hecho de la dependencia profunda que existe en nuestro país de la gran mayoría de los medios nacionales y locales por la compra de medios por parte del Gobierno. Es muy lastimoso que haya llegado el año 2018 y no hayamos podido construir un periodismo más independiente, más libre y con las condiciones de salud económica que son indispensables para tener esa libertad y esa independencia. Sí hay algunos medios libres en nuestro país, pero es la situación es muy frágil.

¿Cuánto más grande es un medio en México, menos libre?

Todos, inclusive los importantes, tienen fragilidad económica y eso les vuelve cada vez más dependientes. Nosotros conocemos y valoramos mucho el modelo que han construido ustedes [por eldiario.es] y creemos que es la vanguardia de lo que debe suceder en el mundo, ir más por la vía electrónica y de los socios que están dispuestos a sufragar el periodismo libre e independiente. Tenemos que construir modelos de ese tipo en nuestro país para que se haga un periodismo que ayude a transformar la nación porque los medios no han sido suficiente contrapeso del poder y eso evidentemente lastima la calidad del debate y la democracia.

Hablando con un mexicano influyente como usted no podemos obviar que estamos en plena campaña electoral. Las encuestas dan ahora una gran ventaja a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) frente a sus dos principales oponentes y justo hace unos días se empezó a hablar de que un grupo de empresarios estaba presionando para impedir la llegada de López Obrador a la presidencia. Primero fueron rumores, luego el propio López Obrador señaló a los empresarios con nombres y apellidos, y uno de ellos era su padre ¿Cómo ve esta situación electoral y cómo convive un filántropo como usted con una historia familiar como la suya?un grupo de empresarios estaba presionando

Efectivamente hay un líder claro en este momento en la contienda electoral en México y es Andrés Manuel López Obrador. Creo que la pelea ya está solo entre él y Ricardo Anaya [candidato de Por México al Frente, militante del PAN], el candidato oficial ha caído a un lejano tercer lugar. Pero falta todavía un tramo importante de campaña, alrededor de 50 días, que es mucho tiempo. Faltan dos debates entre los candidatos y nosotros estamos tratando de provocar desde la trinchera ciudadana un tercer debate con un formato más abierto, más fresco, en el que se puedan dar intercambios y donde tengan que responderle directamente a ciudadanos en el foro y través también de las redes. Creo que hay que fomentar una lógica de mayor participación ciudadana para fortalecer la democracia en México.

¿Y la intervención de los empresarios?

Las contiendas electorales son eso: luchas por el poder entre distintas opciones y lo que se está viviendo en México es parecido a lo que sucede en elecciones en distintos lugares del mundo en donde hay diferencias en la visión de país, hay diferencias de proyecto y estas se manifiestan de distintas maneras. No es desconocido que ha habido animadversión, no solo en esta elección, si no en pasadas elecciones entre Andrés Manuel López Obrador y el sector empresarial. Tienen visiones distintas de por dónde debe caminar el país y las manifiestan. Y opino que es parte de una contienda, de una lucha por el poder y lo que es importante es que se mantenga dentro de los cauces legales. Pero es sano que se aireen las diferencias, es el momento para hacerlo.

¿Y en este escenario cree que las elecciones van a ser limpias? Ya ha habido episodios anteriores en los que López Obrador acusó de que se habían manipulado los resultados...

Se puede asegurar que vamos caminando cada vez a elecciones más legítimas, es un tema en el que el país todavía tiene un déficit, pero vamos avanzando. Creo que si se dan rompimientos del orden legal no solo son en un bando y, desafortunadamente, todavía es algo que sucede y que hay que monitorear y tratar de limitar de manera importante, pero pienso que las elecciones en nuestro país han ido ganando en legitimidad.

Estamos hablando de México, un país muy grande, muy poderoso, pero con cincuenta millones de pobres y con un grupo de empresarios muy pequeño que controla un porcentaje de la riqueza descomunal. Parece difícil contemplar un escenario en el que esos empresarios tan poderosos y de los que depende tanta gente puedan consentir perder el poder, es la historia de México, la historia del PRI...

En toda Latinoamérica hay desafortunadamente mucha desigualdad. Ese es uno de los temas que tenemos que atender y corregir. Creo de nuevo que educación y estado de derecho es el camino que hay que recorrer, eso va a llevar tiempo, tenemos un déficit importante en ambos temas y eso nos ha llevado a este tipo de desequilibrio. Creo que hay cada vez más conocimiento y compromiso para resolver este problema, pero hay visiones también distintas de cómo lo debemos hacer. En términos de diagnóstico todos estamos de acuerdo en que hay que combatir la desigualdad, en el cómo hay diferencias importantes. Ahora, yo siempre voy a pugnar porque haya cada vez mayor responsabilidad del lado de las élites de nuestro país y he dedicado buena parte de mi vida a tratar de gestionar esta mayor conciencia. Creo que el privilegio debe estar empatado con la responsabilidad, si no, hay injusticia. Y ese es mi llamado siempre a todos los que tienen posibilidades de transformar algo en México, hay que transformarlo y hay que hacerlo cuanto antes.

¿Y en esa línea una presidencia de López Obrador puede ayudar?

Mire, hay distintas visiones. Hay quienes piensan que esa es la solución y hay a quienes les preocupa que las medidas económicas que él propone y las medidas de apoyo social no sean el camino indicado para resolver la problemática de la pobreza. Es cierto que existe un número muy importante de personas que carecen de las oportunidades que merecen en nuestro país y eso, repito, hay que corregirlo lo antes posible. Hay quienes piensan que las fuerzas del libre mercado son una mejor avenida que la intervención gubernamental para resolver este tipo de problemas. Son visiones distintas. Lo que no cabe duda es que tenemos que generar dinamismo económico para ir adelante, para tener los recursos para temas como la educación o la justicia y repito, hay visiones diferentes de lo que puede generar ese dinamismo.

¿Y cuál es su visión?

Estoy más del lado de tener un Gobierno con funciones reducidas a la seguridad, a la educación, a la salud, al combate contra la pobreza, a las infraestructuras, pero que sea realmente funcional porque en México tenemos un Gobierno poco funcional, muy poco eficaz, que derrocha muchos recursos, pero en algún lugar se tienen que generar esos recursos y el dinamismo económico es el que puede generarlos.

¿Tiene miedo de que la llegada al poder de López Obrador pueda paralizar la economía?

Espero que no, porque México tiene ya una sofisticación y un dinamismo económico importante, pero hay quienes piensan que pudiera afectar al crecimiento económico, a la inversión nacional y a la inversión extranjera. Si eso llegara a suceder sería un golpe muy importante para el país porque aquí, en España, en México y en cualquier lugar del mundo el dinamismo económico es lo que genera los recursos con los cuales tenemos que ofrecer oportunidades y mayor equilibrio social.

No se puede hablar de México sin recordar la violencia de las mafias del narcotráfico. En el anterior sexenio la situación fue una calamidad y en el actual las cosas no han mejorado ¿Qué soluciones ve para este problema que avanza geográficamente cada vez más?

La seguridad y la corrupción son los dos temas a debate durante la presente campaña electoral. Esos dos y el asunto del modelo económico del que ya hablamos. Ha habido una gran ineficacia del Gobierno para solucionar este problema. El Gobierno ha fallado, no solo el actual del PRI, los del PAN tampoco lograron resolver este asunto. Creo que se requiere mucha mayor inversión en temas de seguridad y más concretamente en temas policiales. No tenemos la policía que México necesita, ni a nivel federal ni a nivel local. Hace falta mucha mayor coordinación de las fuerzas del orden, incluyendo al Ejército, al que se ha tenido que recurrir debido al déficit de la fuerza civil. Esta situación es necesario que se corrija con el paso del tiempo. También siento que este tema de la delincuencia organizada y el narcotráfico ha generado una problemática muy dolorosa en nuestra nación y como creo en las fuerzas del mercado, mientras haya incentivos económicos tan poderosos para que esto siga adelante, difícilmente vamos a poder atajarlo.

¿Piensa entonces que la legalización de las drogas sería una solución?

Sí, creo que lo debemos considerar. Lo que hemos intentado a lo largo de las tres últimas administraciones no es la respuesta. Estoy a favor de considerar muy seriamente la legalización. En este asunto dependemos del mercado con EE UU y muchas de las armas que lastiman a los mexicanos vienen también de allí, es un problema inmenso y complejo con el que tenemos que lidiar y hay que buscar fórmulas distintas, lo que estamos haciendo hasta ahora no está funcionando. Creo que hay que intentar la legalización como un camino diferente, estamos derramando de manera trágica mucha sangre que no debería derramarse.