Desde el 21 de junio, España reabrirá las fronteras con los Estados miembros de la Unión Europea, incluido Reino Unido, y los países del espacio Schengen. Portugal tendrá que esperar hasta el 1 de julio, así como terceros países que aún se desconocen, a la espera de que se establezca un listado de restricciones de esos Estados, que tendrán que cumplir varios criterios, como tener una situación epidemiológica análoga o mejor a la de la UE, asumir ciertas condiciones sanitarias y actuar “con reciprocidad”. A partir del próximo domingo, también se levantará la cuarentena obligatoria para los viajeros que llegan a España.
El anuncio responde al intento de recuperar la actividad turística, y Pedro Sánchez ha insistido en que el “turismo y la seguridad sanitaria irán de la mano”. Sobre la mesa está el riesgo de “importar” casos desde los países de origen de los turistas que visitan España, como ha advertido el propio director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), más de 18 millones de viajeros que llegaron a España en 2019 procedían de Reino Unido, seguido de Alemania (11 millones), Francia (11 millones) e Italia (4,5 millones). Todos ellos se han visto muy afectados por la pandemia de coronavirus, pero su evolución ha sido diferente. Reino Unido ha sido el que más ha tardado en aplanar su curva de contagios diarios y aún registra una media de más de 1.000 infecciones cada 24 horas. La evolución del virus es más favorable en Francia, Alemania e Italia.
Una foto de la situación epidemiológica actual en estos territorios la ofrece el número de nuevos casos por millón de habitantes en los últimos 14 días, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins. De acuerdo con estas cifras, que dependen del número de pruebas practicadas pero muestran tendencias, Reino Unido ha contabilizado 317 contagios por cada millón de habitantes en estas últimas dos semanas, un número mucho mayor que Italia (66 infecciones), Alemania (49) o Francia (56).
Pero, por delante de Reino Unido, los países que han notificado un mayor número de casos en las últimas semanas por cada millón de habitantes son Suecia (1.376 positivos) y Portugal (408). En el caso del país nórdico, la curva de contagios va en alza. Ambos países fueron también importantes emisores de turistas a nuestro país el año pasado, con más de dos millones de viajeros cada uno. Después de Reino Unido están Polonia (148 casos en los últimos 14 días), sin datos disponibles sobre visitantes, y Bélgica (144), con más de dos millones de viajeros, según el INE.
Reino Unido, principal lugar de origen de los turistas que visitan España, es uno de los países europeos que han sido más lentos a la hora de aplanar su curva de nuevos contagios. Esta no empezó a descender hasta principios de mayo, y a diferencia de otros países como Alemania, Francia e Italia que han conseguido reducir el promedio de contagios diarios por debajo de 320 en la última semana, en territorio británico se siguen registrando más de 1.300 casos nuevos de media.
Reino Unido también ha sido el país europeo que más fallecimientos ha contabilizado, más de 41.000. Este domingo se registró el menor número de muertes diarias de pacientes con coronavirus desde que comenzó el confinamiento, un total de 36. En total, roza los 300.000 casos acumulados desde el inicio de la epidemia.
El primer ministro, Boris Johnson, ha defendido que la disminución de las infecciones ha dado su Gobierno “más margen de maniobra” para aliviar la regla de los dos metros de distancia física. El Ejecutivo ha recibido presiones de algunas empresas para relajar esta medida para evitar los contagios entre la población.
El país continúa su desescalada y ya ha permitido el retorno a la escuela de algunos alumnos de educación primaria y la reapertura de tiendas no esenciales en Inglaterra desde este lunes, mientras Escocia y Gales tienen su propia agenda para suavizar las medidas. La Organización Mundial de la Salud (OMS), según ha informado The Guardian, considera que Inglaterra no debería continuar aliviando restricciones hasta que el sistema de rastreo de contactos del Gobierno haya demostrado ser “robusto y efectivo”. Hans Kluge, director de la agencia en Europa, ha dicho que Reino Unido sigue en una “fase muy activa de la pandemia”.
En Alemania, de donde procede el segundo mayor grupo de turistas, las autoridades dieron por controlado el brote de coronavirus a mediados de abril. La curva de nuevos contagios había comenzado a descender unos días antes en el país, que empezó a levantar restricciones el 20 de ese mes. Alemania es el 11º país en casos totales del mundo y ha sido uno de los territorios europeos más afectados por el virus, con alrededor de 187.000 infecciones acumuladas. Pero el número de muertes contabilizadas, menos de 9.000, es muy inferior al de Italia, España o Reino Unido. Desde que comenzó a flexibilizar las medidas, Alemania ha informado de algunos aumentos en las infecciones, pero a juicio de la OMS es un país que ha reaccionado hasta ahora con rapidez y que cuenta con sistemas para detectar y responder a un resurgimiento de los casos.
En todo este tiempo, las autoridades alemanas han tenido que lidiar con varios brotes, que la OMS confía en que se puedan eliminar. Según el Instituto Robert Koch, que se encarga de la gestión de la crisis sanitaria, en la actualidad se continúan notificando grupos de casos de COVID-19 en residencias de ancianos y hospitales. También ha habido brotes en varios estados federales, en lugares como instituciones para solicitantes de asilo y refugiados, plantas de procesamiento de carne y empresas de logística, entre los trabajadores estacionales agrícolas y ligados a reuniones familiares y religiosas. Es el caso del grupo de más de 100 infecciones registrado una iglesia en Bremerhaven, al noroeste, que comenzó a principios de junio, según informan los medios alemanes.
Alemania ha pasado de registrar una media de cerca de 5.800 casos nuevos en su pico de contagios detectados a principios de abril a contabilizar cerca de 250 en la última semana. Las autoridades continúan muy pendientes de la evolución de la tasa R0, el número estimado de personas a las que contagia de media un paciente, que debe mantenerse por debajo de 1. Según el Instituto Robert Koch alemán, que pide precaución a la hora de interpretar este indicador -que ha oscilado varias veces-, se encontraba el domingo en 1. “A nivel mundial y nacional, la situación es muy dinámica y debemos tomárnoslo en serio. El número de nuevos casos notificados está disminuyendo actualmente”, señalan en su informe, en el que evalúan el riesgo para la salud de la población alemana en general como “alto”y como “muy alto” para los grupos de riesgo.
El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Heiko Maas, ha recordado a los ciudadanos este lunes –tras la reapertura de las fronteras con la UE– que deben decidir con precaución obre sus próximas vacaciones veraniegas de este año y que todavía hay países a los que se recomienda no viajar, entre ellos España –que se levantará “de aquí a una semana”–. Según un sondeo publicado la semana pasada por Der Spiegel, la gran mayoría de alemanes, el 83,1%, no tiene previsto volar en los próximos tres meses, ya sea por razones profesionales o privadas. El 60,8% de los encuestados tiene miedo de contagiarse con coronavirus a bordo de un avión.
Evolución favorable en Francia e Italia
En Francia, el número de casos nuevos se ha desacelerado notablemente en los últimos días. De las más de 8.500 infecciones nuevas diarias detectadas como media a mitad de abril, el país galo ha pasado a notificar actualmente un promedio de 321 casos cada 24 horas en los últimos siete días. El 5 de junio, el presidente del Comité Científico que asesora al Gobierno aseguró que la epidemia estaba “bajo controla” en territorio francés. “El virus sigue circulando, pero lentamente. Y lo más importante, tenemos las herramientas para detectar nuevos casos”, afirmó en declaraciones a la radio France Inter.
Francia es el noveno país del mundo con más positivos confirmados, más de 194.000, y en total más de 29.000 personas han fallecido con el virus, según los datos recopilados por la Universidad Johns Hopkins. Según informa EFE, el número de pacientes graves ingresados en las unidades de cuidados intensivos en los hospitales hasta los 871 frente a los 7.000 pacientes que llegaron a saturarlas en abril, durante el pico de la crisis.
Este domingo, el presidente francés, Emmanuel Macron, dijo que si bien “la lucha contra la epidemia no ha terminado”, estaba contendo “con esta primera victoria contra el virus”. A partir de este lunes, el conjunto del territorio metropolitano de Francia ha pasado a estar en “zona verde”, lo que implica una fuerte aceleración de la desescalada que se inició el 11 de mayo.
Italia, el primer país europeo que se vio severamente golpeado por el virus y otro de los principales lugares de origen de los turistas que visitan España, también ha logrado doblegar su curva de contagios y dejar atrás el primer pico de la pandemia en su territorio. Si a finales de marzo, –tres semanas después de decretar un estricto confinamiento en todo el país– las autoridades italianas contabilizaban cerca de 5.600 de infecciones nuevas de media en los últimos siete días, en la actualidad este número es mucho más bajo, 284.
Este lunes, Protección Civil ha informado del menor número de muertes diarias desde el pasado 2 de marzo, en pleno inicio de la pandemia en territorio italiano, que también ha visto una disminución a largo plazo del número de pacientes ingresados en UCI. En total, desde el 21 de febrero, han fallecido más de 34.300 personas infectadas con el virus, lo que coloca a Italia entre los países con más decesos del mundo por la pandemia, tras EEUU, Brasil y Reino Unido. También es el séptimo país que más positivos confirmados acumula de todo el mundo.
La gran mayoría de los casos nuevos, el 85% este lunes, se dan en la región de Lombardía, al norte, que ha sido la que se ha visto más afectada por la pandemia. En Roma, las autoridades están lidiando en los últimos días con un brote en el centro médicos San Raffaele Pisana y otro en un edificio del barrio de la Garbatella que ha obligado a aislar y trasladar a un centenar de personas.
Italia ha dado este lunes un paso más en la desescalada que comenzó el 4 de mayo dando inicio a la fase 3, que ha permitido volver a abrir las puertas de de cines y teatros, uno de los pocos sectores que seguían suspendidos, así como los parques y campamentos para niños, aunque la reapertura de discotecas se ha pospuesto al 14 de julio.
Situación preocupante en Suecia y Portugal
Mucho más preocupante es la situación epidemiológica en Suecia, desde donde vuela también un importante número de turistas a España. Su curva de nuevos casos diarios, a diferencia del resto de países cuyos ciudadanos podrán viajar a España, no muestra una tendencia al descenso. Al contrario, la trayectoria es al alza. El 30 de abril, Suecia notificó 790 casos más. Este sábado fueron 1.247.
De hecho, la evolución de la pandemia en el el país ha provocado que ya se haya quedado fuera del ambiente general de reapertura al turismo en varias ocasiones. Países como Dinamarca, Noruega y Finlandia mantienen las fronteras cerradas con su vecino y varios países de la UE tienen condiciones especiales para los viajeros que procedan de allí.
Las autoridades suecas han apostado desde el comienzo por una estrategia más suave que la mayor parte de países europeos, con recomendaciones generales apelando a la responsabilidad individual para proteger a los grupos de riesgo. El modelo ha acarreado numerosas críticas al Gobierno tras registrar una mortalidad muy superior a sus vecinos nórdicos: Suecia ha contabilizado ocho veces más fallecimientos que Dinamarca, 15 que Finlandia y 20 que Noruega, pero tanto el número de decesos (4.891) como el de casos detectados (más de 52.300), es más bajo de momento que el que ha dejado la pandemia en España, Italia o Reino Unido.
Portugal, país con el que España mantendrá cerrada su frontera hasta el 1 de julio a petición del Gobierno luso, se consideraba que había manejado con cierto éxito la epidemia de coronavirus, con un número de contagios muy inferior a sus vecinos europeos. Sin embargo, los brotes detectados en la región de Lisboa, que están afectando sobre todo a trabajadores de empleo temporal y del sector de la construcción según el Ejecutivo, han frustrado el optimismo en los últimos días.
Portugal cuenta en este momentos con el segundo mayor número de nuevos casos por millón de habitantes de la UE, solo por detrás de Suecia. Y aunque notifica actualmente un número inferior de casos diarios a los que registró a principios de abril, esta cifra sí es superior a la de mediados de mayo. El Gobierno defiende que “la pandemia no está descontrolada” en la región de Lisboa e insiste en que la subida se debe al aumento de los test, algo que cuestionan algunos expertos. Pese a la preocupación sobre Lisboa, la región ha levantado este lunes las restricciones que se prolongaron solo en esta zona por los brotes, como el cierre de los centros comerciales y la limitación de aforo en los restaurantes.
“Los viajes y el turismo podrían aumentar el riesgo de amplificación de la transmisión del SARS-CoV-2 por lo menos de dos maneras”, dijo a finales de mayo el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades. “La primera está relacionada con la movilidad de las personas y el riesgo de transmisión tras la llegada al punto de destino, y la segunda con la concentración de personas en diversos lugares como aeropuertos, centros turísticos y sitios similares”.
La agencia de la UE dejó claro que en una situación en la que algunos Estados Miembros han reducido la transmisión a niveles muy bajos, mientras que en otros el virus sigue circulando, “el papel del turismo y la transmisión relacionada con los viajes puede llegar a ser importante debido a la posibilidad de que el virus sea reintroducido en múltiples sitios, causando una mayor propagación”. “Además, un alto nivel de actividades relacionadas con el turismo puede aumentar el riesgo de hacinamiento en ciertas zonas o durante los eventos turísticos, lo que a su vez puede aumentar la propagación”, zanjan.