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España alerta de la “ineficiencia y dolor económico y social” de cierres unilaterales de fronteras en la UE por las mutaciones del virus

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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El Gobierno reconoce que “hay una lista de países” que plantean cerrar las fronteras interiores de la UE ante el temor a las variantes y mutaciones del virus y la escalada de contagios y fallecimientos de la tercera ola. El centro de control de enfermedades de la UE, el ECDC, ya pidió este jueves que se restrinjan los viajes “no esenciales” para contener la COVID-19. Y los propios jefes de Estado y de Gobierno, el jueves por la noche, acordaron “mantener las fronteras abiertas” al tiempo que se preparaban para restricciones a los viajes “no esenciales” para las zonas rojas oscuras, aquellas más desbocadas o acosadas por las nuevas variantes. “Es una nueva nueva categoría que se ha creado para capturar las regiones o los territorios en los que hay una circulación intensa de una variante o de una cepa”, explican fuentes de Exteriores.

La Comisión Europea presentará este lunes una propuesta, pero hay países preparados para cerrar sus fronteras si no le convence la propuesta o si tarda en ponerse en práctica, como Alemania, Holanda, Austria o Bélgica.

“Ese es un riesgo”, reconocen fuentes del Ejecutivo español: “Es el gran riesgo al que nos enfrentamos si no alcanzamos soluciones de cooperación y de consenso, que volvamos a un escenario como el que vivimos en marzo y abril de cierres. Ese es escenario para nosotros es negativo: destruye valor, daña piezas muy importantes del mercado único, el derecho a la libre circulación que se está viendo constreñido por criterios sanitarios, e incluso la libre circulación de mercancías”. Según el Gobierno, “tampoco facilita ni siquiera la lucha contra la pandemia, en cuanto al movimiento de material y personal sanitario”.

“Nuestra preocupación desde el inicio ha sido que encontremos mecanismos comunes en la Unión Europea y a nivel internacional, con la preocupación de la seguridad sanitaria y de que los desplazamientos internacionales no se conviertan en una vía de diseminación de la enfermedad o de cepas particularmente contagiosas. Pero que alcancemos protocolos comunes, sistemas de intercambio de información, de reconocimiento mutuo de pruebas o de certificados de vacunación para intentar evitar el coste, la ineficiencia y el dolor económico y social de un cierre unilateral y descoordinado por parte de los distintos Estados, a nivel global y muy en particular a nivel europeo”.

Según el Gobierno, los 27 tienen “tales niveles de interdependencia y de integración que se hace particularmente doloroso” el cierre de fronteras “en el seno de la Unión. Todo lo que no sea cerrar supone que ha habido acuerdos para cooperar”.

“No es que tengamos miedo en particular”, afirma el Ejecutivo, “pero sí es una preocupación recurrente que hemos tenido desde el principio. La posibilidad está ahí si no nos coordinamos, porque esto es una competencia estrictamente nacional. Los Estados estarían en su derecho de hacer eso, sobre todo en estas circunstancias. Pero que uno esté en su derecho de hacerlo no significa que sea lo deseable. A nivel internacional estamos intentando generar una plataforma global en el seno de la OCDE para precisamente ya los cierres y la descoordinación, la falta de armonización entre las medidas y el resto de problemas”.

En relación con los certificados de vacunación, que no terminan de avanzar en la Unión Europea, España sigue alineada con la propuesta griega de que, en algún momento, habiliten para viajar sin restricciones: “Hay que tener sistemas que recojan la vacunación, que podamos compartir información fiable sobre quién ha sido vacunado. No hay un calendario fijo, ayer fue la primera vez que se discute en un órgano de la UE. Nosotros queremos que este certificado estuviese listo y permitiese que la gente se desplazase en la UE: según se avance con las vacunas y se aplane la tercera ola, será cada vez más útil tener un sistema como ese certificado para garantizar movilidad.Estamos trabajando para que se haga lo mejor posible cuando los niveles de vacunación sean superiores”.

Zonas rojas oscuras

“Estamos convencidos de que hay que mantener las fronteras abiertas, pero las restricciones a viajes no esenciales deben considerarse”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el jueves por la noche tras la cumbre de líderes de la UE por videoconferencia.

“Hay que ser cuidadoso con los certificados”, dijo Michel. “Aún no sabemos hasta qué punto son efectivas las vacunas”, añadió la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen: “Hay muchas cuestiones abiertas y estamos cada más preocupados con las diferentes variantes del virus. Vamos a proponer la definición de zonas rojo oscuro para niveles muy altos de propagación del virus”, ha dicho la presidenta del Ejecutivo comunitario, que el próximo lunes presentará una serie de recomendaciones más severas: “Para viajes en estos países proponemos pruebas negativas a la salida y cuarentena a la llegada. Los viajes no esenciales deben ser fuertemente desaconsejados”.

El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que se requieren “medidas sanitarias más restrictivas al tiempo que se garantiza el correcto funcionamiento del mercado interior”. Así, anunció “la introducción de la obligación de presentar una PCR realizada 72 horas antes de la salida para todos los viajeros europeos, excluidos los denominados viajes imprescindibles.. En particular, los trabajadores fronterizos y el transporte terrestre estarán exentos de esta obligación. Estas medidas se aplicarán a partir del domingo 00:00”.

En las horas previas, Alemania, Holanda y Bélgica hicieron presión pública para restringir los movimientos. “Estamos en una fase muy difícil de la pandemia. No debemos ignorar el peligro que representan las mutaciones”, ha afirmado la canciller alemana, Angela Merkel. Merkel dijo esta semana que si no se acuerdan medidas eficaces entre los socios, Alemania podría considerar “restricciones de entrada”. El primer ministro belga, Alexander de Croo, decía que “las personas que viajan son portadoras del virus. Por tanto, debe ser posible prevenir, de forma temporal y muy selectiva viajes que no sean imprescindibles”.

Alerta

Poco antes del comienzo de la reunión, la agencia europea de enfermedades (ECDC) alertaba de que “algunas mutaciones o combinaciones de mutaciones pueden proporcionar al virus una mayor transmisibilidad o la capacidad de evadir la respuesta inmune del huésped”. Así, en su actualización de los niveles de riesgo, el ECDC alerta de las variantes de Reino Unido, Suráfrica, y la de Brasil y Japón al considerarlas “preocupantes por las mutaciones que han provocado un aumento de la transmisibilidad y un deterioro de las situaciones epidemiológicas en las áreas donde se han establecido”.

La agencia europea cree que los Estados miembros deben “aumentar el nivel de vigilancia y secuenciación de una muestra representativa de casos comunitarios de la COVID-1”; deberían “preparar laboratorios para un mayor volumen de tests”; se requiere “una combinación de cumplimiento con medidas restrictivas más estrictas que las vigentes, y una detección de casos reforzada con rastreo de contactos”.

Además de las recomendaciones contra los viajes no esenciales y las restricciones de viaje para las personas infectadas, “deben mantenerse medidas de viaje como los tests y la cuarentena de los viajeros, en particular para los viajeros de áreas con una mayor incidencia de las nuevas variantes”.

Por lo tanto, “los Estados miembros deben preparar sus sistemas sanitarios para una mayor escalada de la demanda debido al aumento de la transmisibilidad de las nuevas variantes preocupantes” y deben “acelerar el ritmo de vacunación de los grupos de alto riesgo, como los ancianos y los trabajadores sanitarios”.