Estados Unidos denuncia que un “programa de espionaje” de globos chinos habría sobrevolado más de 40 países
La Administración Biden ha asegurado este jueves en un comunicado que se encuentra en condiciones de confirmar que el globo chino avistado y abatido la semana pasada en Estados Unidos “estaba claramente destinado al espionaje de inteligencia y su equipo a bordo era incompatible con el de un globo meteorológico”, como afirma China. Según la información obtenida por un avión espía estadounidense (un U2), el Departamento de Estado asegura que una supuesta flota de balones espía chino habría sobrevolado más de 40 países a lo largo de cinco continentes.
El globo, identificado por primera vez en Alaska el 28 de enero, comunicado oficialmente el 2 de febrero -cuando se encontraba en Montana- y finalmente abatido en la costa de Carolina del Sur el día 4, “tenía múltiples antenas destinadas a la recogida y geolocalización de comunicaciones”, así como paneles solares lo suficientemente grandes como para hacer funcionar “múltiples sensores de recolección de inteligencia”, asegura el comunicado.
Un supuesto “programa de espionaje” en cinco continentes
Esta acusación se suma a la que hizo el miércoles el Pentágono, que denunció que el globo formaba parte de un “programa más amplio de espionaje” a nivel mundial, aseguró en rueda de prensa el general Pat Ryder, portavoz del Departamento de Defensa. Según la versión oficial, se trata de “un programa en el que los chinos han estado trabajando durante años”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby. “Han intentado mejorarlo y lo han hecho crecer, todo con el objetivo de obtener información de inteligencia”, sentenció.
Por su parte, el general Ryder explicó que hace tiempo que el Pentágono sigue los pasos de este “programa” y que en los últimos dos años “ha aumentado su conocimiento”. Dicho programa estaría dedicado a la recoleta de información sobre las “capacidades militares”, no solo de los EE. UU., también otros países en todo el mundo. Concretamente, el Pentágono dice tener constancia que más globos chinos han sobrevolado más de 40 países en América del Sur, el Sudeste Asiático, Asia Oriental y Europa, y ha “compartido la información” con todos ellos.
El departamento de Defensa ha sugerido que EEUU está planteándose imponer nuevas sanciones a China a causa de la presencia de este y otros supuestos globo espía en su espacio aéreo y ha avisado que explorará “acciones contra las entidades vinculadas al Ejército Popular de Liberación que facilitaron la incursión del globo”. Washington asegura que la compañía que fabricó el globo, cuyo nombre ha preferido mantener en secreto, está relacionada con el ejército chino.
Escalada de tensión entre potencias
El departamento de Defensa asegura que hasta cinco aparatos similares han sobrevolado el territorio norteamericano, dos durante el mandato del presidente Joe Biden y los otros tres cuando Donald Trump ocupaba el Despacho Oval (2017-2021). Aun así, no ha sido hasta el avistamiento del último globo cuando ha estallado el juego de acusaciones cruzadas entre ambos países, que llevó al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a suspender su viaje a Pekín, donde tenía previsto plantear un acercamiento diplomático. Pero las relaciones entre las dos superpotencias potencias, que mostraban visos de reconciliarse tras meses de desescalada, han vuelto a verse diezmadas por una retórica hostil: “Si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país”, dijo Biden el martes durante su discurso de Estado.
Mientras EEUU tacha la intromisión china de “acto irresponsable” y de “clara violación de la soberanía y el derecho internacional”, China reconoce que el globo es suyo, pero niega que esté destinado al espionaje y afirma que se desvió por motivos de “fuerza mayor”. El ministerio de Exteriores del país asiático se ha mostrado ofendido por las acusaciones, ha lamentado que EEUU no haya querido devolver al país los restos del globo abatido y se ha negado a coger el teléfono en el Pentágono, según ha asegurado Ryder.
Los submarinos de la Marina estadounidense siguen en estos momentos sus labores de búsqueda de los restos del globo abatido el sábado, que según el ministerio de exteriores chino tenía un “carácter civil” y estaba destinado a la recolección de información “meteorológica”. Blinken aseguró el ayer, después de la visita del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que analizarán los restos para “saber más sobre el programa de vigilancia”.
Según el secretario de Estado, que explicó que hace años que estudian este supuesto programa, los hechos acontecidos la última semana han proporcionado “una oportunidad única para aprender mucho más sobre el programa chino”. La versión oficial del país sobre este asunto ha ido cambiando a lo largo de la semana, en la que el Pentágono ha ido publicando nueva información, y lo que inicialmente parecía un episodio extraño y aislado se ha convertido en una pieza más de un supuesto entramado global.
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