Las sanciones seguramente no hagan mucho daño a régimen de Vladímir Putin. Pero manda un mensaje político claro: la Unión Europea y Estados Unidos van de la mano en su censura al Gobierno ruso y a sus violaciones de los derechos humanos, incluido el proceso judicial que ha terminado con el opositor Alexei Navalni en prisión, junto con cientos de manifestantes de la oposición.
La tensión entre Bruselas y Moscú marcó su pico con la visita del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, a la que siguieron sendas expulsiones de diplomáticos en Moscú y, después, en Suecia, Alemania y Polonia.
El Consejo de ministros de Exteriores de la UE aprobó el 22 de febrero la aplicación del nuevo sistema de sanciones por violaciones de derechos humanos, la llamada ley Magnitsky de la UE. Pero no ha sido hasta este martes cuando se han confirmado los nombres de los dirigentes rusos sancionados.
Así, el Consejo de la UE (los Gobiernos de los 27) han acordado este martes imponer medidas restrictivas “a cuatro personas rusas responsables de graves violaciones de derechos humanos, incluidas detenciones y detenciones arbitrarias, así como de una represión generalizada y sistemática de la libertad de reunión pacífica y de asociación, y la libertad de opinión y expresión en Rusia”.
Las personas son: Alexander Bastrykin, jefe del Comité de Investigación de la Federación de Rusia; Igor Krasnov, fiscal general; Viktor Zolotov, jefe de la Guardia Nacional; y Alexander Kalashnikov, jefe del Servicio Penitenciario Federal. Y la UE les señala por “la detención arbitraria, el procesamiento y la condena de Alexei Navalni, así como la represión de protestas pacíficas en relación con su tratamiento ilegal”.
Estados Unidos, así mismo, ha publicado una lista de siete sancionados: el director del Servicio de Seguridad Federal, Aleksandr Bortnikov; jefe del directorio de política presidencial, Andrei Yarin; el jefe adjunto del gabinete de la oficina presidencial, Sergei Kiriyenk; el viceministro de Defensa Aleksey Krivoruchko, otro viceministro de Defensa, Pavel Popov. Y, como la UE, el director del Servicio Federal de Prisiones, Alexander Kalashnikov, y el fiscal general, Igor Krasnov.
Esta es la primera vez que la UE impone sanciones en el marco del nuevo régimen global de sanciones de derechos humanos de la UE que se estableció el 7 de diciembre de 2020 –la conocida como ley Magnitsky de la UE–. El régimen de sanciones permite a la UE apuntar a los responsables de actos como genocidio, crímenes de lesa humanidad y otras violaciones o abusos graves de los derechos humanos, como la tortura, la esclavitud, las ejecuciones extrajudiciales, las detenciones o detenciones arbitrarias.
Las medidas restrictivas que entran en vigor este martes, como consecuencia del Consejo de Asuntos Exteriores el 22 de febrero, consisten en la prohibición de viajar y la congelación de activos. Además, las personas y entidades de la UE tienen prohibido poner fondos a disposición de las personas sancionadas, ya sea directa o indirectamente.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos ha anunciado también este martes sanciones contra Rusia por el envenenamiento y encarcelamiento de Navalni, entre las que figuran restricciones de visados y económicas, según informaron funcionarios de la Casa Blanca. Asimismo, indicaron que cuentan con informes que confirman “con gran confianza” que Navalni, que estuvo hospitalizado en coma durante más de dos semanas en una clínica en Alemania, fue envenenado por agentes del servicio de inteligencia ruso (FSB) con el agente químico Novichok.
Según fuentes citadas por Reuters, las sanciones de EEUU se estaban tomando en coordinación con la Unión Europea, y reiteraron el llamamiento del presidente Joe Biden a Rusia para que libere a Navalny, en lo que supone un giro en cuanto a la política exterior de EEUU con Rusia: “Creemos que Estados Unidos y nuestros socios deben ser claros e imponer peajes cuando el comportamiento de Rusia cruza fronteras que son respetadas por las naciones responsables, y creemos que debe haber barreras sobre cómo se desarrollan estos aspectos antagónicos de nuestra relación”.
El ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, avisó antes de que se conocieran las sanciones de EEUU: “Reaccionaremos sin lugar a duda. Nadie ha derogado las reglas de la diplomacia, y una de ellas es la reciprocidad. Las sanciones son ilegítimas y unilaterales, y casi siempre sin razón las imponen EEUU y los miembros de la Unión Europea que siguen su ejemplo. Cuando todos los que trataron a Navalni ocultan minuciosamente la información que podría ayudar a comprender qué fue lo que le sucedió en realidad, y cuando en vez de cooperar honestamente comienzan a castigarnos, estimamos que esto no honra a quienes toman estas decisiones”.
El ex presidente Donald Trump nunca tomó medidas para sancionar a Rusia, a veces incluso arrojó dudas sobre la conclusión de que Navalni hubiera sido envenenado.