El cambio de postura de los gobiernos alemán y estadounidense, que se han comprometido a enviar sus modernos carros de combate en apoyo a Ucrania, ha sido recibido con un gran optimismo por parte del presidente Volodímir Zelenski. “Es un paso muy importante en el camino hacia la victoria”, tuiteó tras la comparecencia de Joe Biden desde la Casa Blanca. “Hoy el mundo libre está más unido que nunca con un objetivo común, la liberación de Ucrania”, declaró Biden. Occidente ha recibido con gran triunfalismo el envío de los blindados alemanes Leopard 2 y los estadounidenses M1 Abrams, pero sus posibilidades de influir en el devenir de la guerra están siendo cuestionadas por algunos analistas.
Entre ellos se encuentra Eugene Rumer, investigador sénior y director del Programa de Rusia y Eurasia del think tank estadounidense Carnegie Endowment for International Peace. En una conversación telefónica con elDiario.es, asegura que, si bien es “un cambio significativo” a nivel simbólico, el envío de tanques a la guerra tan solo ahondará en el estancamiento de un conflicto que, según prevé, está destinado a llegar a “un punto muerto” a finales de 2023.
Durante la Administración de Barack Obama, de 2010 a 2014, Rumer fue el responsable nacional de inteligencia para Rusia y Eurasia en el Consejo Nacional de Inteligencia de Estados Unidos. En este puesto, dirigió la actividad analítica de la comunidad de inteligencia y actuó como asesor principal de inteligencia para la comunidad política. Antes, ocupó puestos relevantes de investigación en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) y trabajó en el Consejo de Seguridad Nacional y el Departamento de Estado.
Biden y Scholz han anunciado que proveerán tanques M1 Abrams y Leopard 2 a las fuerzas ucranianas. Otros países europeos se han mostrado dispuestos a hacer lo propio ¿Estamos ante un punto de inflexión en esta guerra?
Es un movimiento significativo, tanto desde el punto de vista simbólico como sustantivo. Simbólicamente, porque Alemania ha cedido después de resistirse durante mucho tiempo a suministrar los Leopard a Ucrania, y también ha dado permiso a otros países para que reexporten los que tienen en su inventario. Es un paso importante para Alemania, y es simbólico, dada la trayectoria de su política exterior y las relaciones que ha tenido históricamente con Rusia.
A nivel sustantivo, aumentará las capacidades de combate ucranianas, ya que se trata de tanques más avanzados, con mejores sistemas de puntería y mejores capacidades de combate en el campo de batalla. Hasta ahora, los ucranianos han estado confiando principalmente en tanques soviéticos y rusos más antiguos. Sin embargo, los Abrams no llegarán hasta dentro de algún tiempo. Además, los tanques que ha anunciado EEUU ni siquiera existen a día de hoy: no planea suministrar sus carros de combate actuales, sino los que fabricará en un futuro.
Durante los últimos meses, ambos mandatarios se han negado a enviar tanques. ¿Por qué cree que han cambiado de opinión?
No tengo ningún conocimiento interno, pero es probable que se trate de una especie de acuerdo entre el Gobierno alemán y el de EEUU. Tal vez la intención sea mostrar que los aliados están juntos en este importante asunto, que los tanques estadounidenses y alemanes, sus armas, llegarán de manera coordinada a Ucrania. Es decir, en parte, han cambiado de postura por el simbolismo que ello implica.
Al mismo tiempo, creo que no es denostable el hecho de que estos tanques, los Abrams, probablemente no lleguen a Ucrania hasta dentro de unos meses, y posiblemente años. Sugiere que la administración está mirando más allá de la batalla inmediata y busca dotar a Ucrania de una capacidad de defensa a más largo plazo.
¿Cuáles pueden ser los próximos pasos de Occidente en Ucrania? ¿Deberíamos esperar, por ejemplo, que los aliados envíen aviones de combate a la guerra?
Se ha hablado de enviar F-16, pero creo que enviar aviones de combate sería todo un reto. Permítame decirlo así: me ha sorprendido hasta qué punto los aliados se han mostrado dispuestos a suministrar equipos avanzados a Ucrania. Estos aviones de combate modernos son bastante sofisticados: se tarda un tiempo en entrenar a los pilotos, a los equipos de mantenimiento y en crear toda la infraestructura de apoyo que requieren. En el hipotético caso de que se acaben entregando a Ucrania los F-16, será, también, pensando en el largo plazo de la defensa ucraniana.
¿Qué respuesta podemos esperar de Rusia? ¿Una escalada militar? ¿Una expansión del conflicto?
No espero que este conflicto se extienda a otros países, no creo que Rusia tome represalias directamente contra Alemania o Finlandia, por ejemplo, que también enviará tanques. Lo que sí es de esperar es que movilicen más tropas y busquen puntos de presión adicionales sobre Ucrania. Parece que se están preparando para nuevas operaciones, que lanzarán en algún momento dentro de las próximas semanas, probablemente meses. Se espera una nueva ofensiva en el este del país, e importantes operaciones defensivas al sur. Ese es el eje principal de sus actividades, además de los continuos ataques contra ciudades ucranianas, que se han convertido en su estrategia central.
En su artículo publicado en diciembre, La larga guerra de Putin, escribió que, a pesar de las derrotas rusas en Ucrania, todavía era prematuro predecir el final de esta guerra. ¿Cree que los últimos acontecimientos acercan el conflicto a su fin o más bien al contrario?
Es un cambio significativo, aunque lo veo más bien de escalada. Los rusos también están aportando nuevas capacidades a la lucha. Y, ciertamente, la determinación de Putin de continuar esta guerra no ha disminuido. A finales de diciembre habló de prepararse para una guerra larga, no solo para una operación militar limitada. Así que sigo sin ver que este cambio pueda acercarnos a una conclusión rápida de esta guerra.
¿Cómo prevé que puede llegar el fin de la guerra? ¿Qué papel puede tener la oposición interna en Rusia? ¿Cree que el verdadero clímax en esta guerra puede venir, como sugirieron en su inicio algunas voces, si el pueblo se levanta contra Putin?
No veo que el pueblo ruso esté sufriendo. Y hasta el momento, no veo ninguna prueba de que se esté preparando para un levantamiento contra Putin. De hecho, la mayoría de los rusos, alrededor del 60%, aprueban la gestión de Putin. Tampoco tiene ninguna oposición política interna que le exija el fin de la guerra. El líder más prominente de la oposición rusa, Alexei Navalni, sigue en prisión. La mayoría de los demás líderes opositores se han visto obligados a emigrar o están cumpliendo penas de prisión. Y el pueblo ruso no da muestras de estar terriblemente descontento. No ha sufrido mucho en el transcurso de esta guerra: la economía rusa ha bajado, pero tan solo alrededor del 3%, a diferencia de la la ucraniana, que está sufriendo pérdidas terribles.
Es muy difícil predecir el final de esta guerra. Lo que veo es que todavía se alargará bastante tiempo. Por lo menos, a lo largo de 2023. Hacia el final de este año, si ninguna de las partes ha logrado un gran avance –y creo que ninguna está realmente en condiciones de conseguirlo–, se convertirá en una especie de conflicto, ya no congelado, sino más bien en punto muerto. Tal vez en ese momento habrá algunos intentos de negociación, pero veo muy difícil que lleguen a negociar un tratado o cualquier tipo de acuerdo de paz que podamos considerar significativo.
En un mes, se cumplirá un año desde la invasión rusa, que ha devastado gran parte del territorio ucraniano. ¿Puede el hartazgo del pueblo de Ucrania forzar la mesa de negociación?
Ucrania está entrando en temporada electoral, y eso podría mover algunas cosas. En otoño elegirán al nuevo Parlamento y el año que viene tendrán elecciones presidenciales. Por lo que hemos podido ver hasta el momento, cualquier político ucraniano que se atreva a proponer un pacto con los rusos, será apartado. No me puedo imaginar que Zelenski llegue a proponer ningún tipo de acuerdo, y cualquiera que lo proponga, probablemente no tendrá ninguna posibilidad de salir elegido.
Ahora bien, si los rusos lograran un gran avance, lo cual es poco probable, y lanzaran una gran ofensiva contra las fuerzas ucranianas, entonces tal vez el Gobierno ucraniano se vería obligado a negociar, y el ejército a retirarse. Pero ahora mismo, no parece probable que los rusos logren ese avance. Y francamente, las probabilidades de una gran victoria ucraniana tampoco parecen tan grandes. Así que veo que esto se dirige hacia un conflicto de punto muerto.
¿Qué opina del papel de China? ¿Cree que abandonará en algún punto el discreto rol que está teniendo en esta guerra?
Si la pregunta es si Xi Jinping, por ejemplo, podría pedirle a Putin que ponga fin a esta guerra, no creo que eso sea en absoluto probable. En realidad, desde la perspectiva china, esta guerra está siendo beneficiosa: está distrayendo a EEUU de la región Asia-Pacífico, está consumiendo muchos recursos estadounidenses, y China ha ganado más influencia sobre Rusia de la que tenía antes. Así que, aunque los chinos están claramente descontentos con algunas partes del conflicto, no creo que Xi Jinping se esfuerce por socavar su asociación estratégica con Putin para decirle que tiene que poner fin a esta guerra.