Europa se blinda de cara a Navidad con cierres del ocio nocturno, pasaportes sanitarios y teletrabajo

Icíar Gutiérrez

10 de diciembre de 2021 22:23 h

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La temporada festiva está a la vuelta de la esquina y con ella el aumento de las reuniones sociales, las compras y los viajes, que los expertos asocian tradicionalmente con un mayor riesgo de transmisión del virus, que sigue creciendo en muchas partes de Europa. En su segunda Navidad COVID-19, esta vez diferente por los importantes avances en la vacunación, varios países están imponiendo medidas como el cierre del ocio nocturno, el refuerzo de los pasaportes sanitarios o la vuelta al teletrabajo en un intento de frenar la escalada de contagios, a la que se suma la incertidumbre por la aparición de la variante ómicron.

“Una acción contundente y urgente ahora nos ayudará a mantener los niveles de transmisión bajos, a aliviar la carga sobre el sistema sanitario y mantener a las personas vulnerables seguras durante las vacaciones”, ha dicho esta semana la directora del ECDC, Andrea Ammon, a los ministros de Sanidad de los países de la Unión Europea.

Según el último informe semanal de la agencia sanitaria de la UE, la situación epidemiológica del bloque comunitario se caracteriza por un número de casos elevado, que se incrementa rápido, y una tasa de mortalidad en lento aumento. La situación es de “preocupación alta o muy alta”, en particular en las partes occidentales y septentrionales, lo que se debe, indican, “en gran medida a la alta transmisibilidad de la variante delta, que ha limitado la reducción de la transmisión lograda por el despliegue de la vacunación”.

De Francia a Portugal

Francia ha decidido esta semana nuevas restricciones ante la nueva oleada de COVID-19. Las discotecas tienen que echar el cierre desde este viernes hasta el 6 de enero. “El virus circula mucho entre los jóvenes, incluso los vacunados, porque llevar mascarilla es muy difícil en estos establecimientos. También lo hacemos para ser coherentes con el mensaje general de precaución”, ha dicho el primer ministro Jean Castex. En los eventos festivos al aire libre, como los mercados de Navidad, muy populares en algunas regiones galas, será necesario el pase sanitario que ya se usa en múltiples lugares públicos del país.

Las autoridades también recomiendan a las empresas que instauren entre dos y tres días de teletrabajo a la semana. El Gobierno ha explicado que la temporada festiva supone un riesgo muy elevado y ha pedido prudencia las celebraciones navideñas, como las cenas de empresa, que aconseja posponer. También pide limitar las reuniones privadas. “Mi mensaje es muy sencillo: hasta final de año, levantamos el pie del acelerador, nos detenemos, nos protegemos y protegemos nuestra capacidad de disfrutar de la Navidad”.

Los casos de COVID-19 están disparados en Francia, que registra en estos momentos una incidencia de 892 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, según el análisis de elDiario.es basado en los datos de la Universidad Johns Hopkins –en España, este indicador, que no es el más importante en este punto de la pandemia, se sitúa en 321–. El número de pacientes hospitalizados y en UCI está en aumento, pero gracias a la vacunación el fuerte incremento de los contagios se está traduciendo en niveles menos altos de ingresos hospitalarios y muertes respecto a oleadas anteriores. Cerca del 71% de la población total (casi el 84% de los adultos) está completamente vacunada contra el coronavirus en Francia.

El Gobierno de Portugal, donde la mayoría de las reglas habían decaído el 1 de octubre, aprobó nuevas medidas el mes pasado para intentar controlar la subida de infecciones. Se han recuperado el certificado digital obligatorio para entrar muchos espacios y las mascarillas en todos los espacios cerrados. Pasadas las festividades de Año Nuevo, entre el 2 y el 9 de enero, habrá lo que se ha denominado como una “semana de contención de contactos” en la que el teletrabajo será obligatorio y los bares y las discotecas estarán cerrados en un intento de asegurarse de que enero de 2022 no se acerque al “trágico enero de 2021” –cuando el vecino luso atravesó su peor ola hasta ahora fruto de la relajación durante la Navidad–. La vuelta al colegio se retrasa hasta el 10 de enero.

Varias ciudades, entre ellas Oporto y Lisboa, han anunciado que cancelan los grandes eventos programados al aire libre para Nochevieja. El primer ministro António Costa ha abogado por hacerse pruebas antes de las Navidades y ha pedido “un cuidado especial”. “El autodiagnóstico me parece muy recomendable”. Con una incidencia de 471 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas, los contagios siguen creciendo. Las hospitalizaciones han aumentado, pero hay que poner los datos en perspectiva por los altos niveles de vacunación del país. Portugal está a la cabeza de la UE en inmunización junto a Dinamarca, con cerca del 82% de la población total vacunada (el 92,4% de los adultos).

Italia ha decidido reforzar el uso del certificado sanitario para restringir drásticamente el acceso a una serie de lugares entre el 6 de diciembre y hasta el 15 de enero. Desde el pasado lunes, los no vacunados lo tienen más difícil para entrar en cines, teatros, restaurantes y eventos deportivos: el pase que se pide para actividades de ocio y demuestra que una persona se ha inoculado la vacuna, ha superado la enfermedad o cuenta con un test negativo ahora solo es válido en los dos primeros supuestos en lugares de ocio.

Es lo que se ha denominado el 'super green pass', una medida que ha tomado el Gobierno de Mario Draghi con el objetivo de que el virus, que sigue su tendencia al alza, no ponga en jaque la economía y las vacaciones navideñas. “¿Recuerdan la Navidad del año pasado? Queremos preservar una Navidad diferente. Queremos prevenir para preservar. Queremos ser muy cautelosos para poder preservar lo que los italianos han ganado a lo largo de este año”, dijo el primer ministro. Es posible que el uso de este pase se extienda más allá de enero. Italia contabiliza 325 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. El 73,5% de los ciudadanos italianos (el 83% de los mayores de 18) está completamente vacunado contra el coronavirus.

Preocupación por ómicron

Dinamarca ha cerrado las discotecas desde este viernes y y ha decidido adelantar una semana las vacaciones escolares a los alumnos de primaria para intentar frenar la propagación del virus, que han alcanzado niveles récord en el país nórdico. Las autoridades han pedido además que se suspendan las cenas de Navidad del trabajo, conocidas como julefrokoster, y que se trabaje desde casa todo lo que sea posible. Los restaurantes podrán abrir hasta la medianoche y estarán prohibidos los conciertos en los que haya más de 50 personas de pie.

“Es un paquete de medidas para ganar tiempo. Estamos mejor que hace un año porque las vacunas funcionan”, ha dicho la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, quien ha explicado que la aparición de la variante ómicron implica más reglas. En estos momentos, Dinamarca registra una incidencia muy elevada, de 1.198 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. En el país nórdico, la aceptación de la vacuna ha sido extremadamente alta, con el 82% de los daneses (casi el 96% de los adultos) con la pauta completa.

La vecina Noruega ha dado un paso más y ha decidido introducir varias restricciones durante el periodo festivo que incluyen un límite de 10 personas para las reuniones en domicilios particulares, aunque el número se incrementará a 20 en Navidad y Año Nuevo. El Gobierno aconseja trabajar desde casa en gran medida. Con 941 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días, el país nórdico está experimentando un fuerte aumento de las infecciones, seguido de un incremento en el número de hospitalizaciones. “La situación es grave. Por eso las vacaciones de Navidad volverán a ser diferentes este año. El riesgo de un servicio sanitario desbordado y la propagación de la variante ómicron hacen necesarias nuevas y estrictas medidas”, ha dicho el primer ministro, Jonas Gahr Støre. Cerca del 72% de la población noruega está completamente vacunada.

El Gobierno británico también ha anunciado nuevas restricciones al contacto social, que ha denominado 'plan B', en respuesta a los “riesgos de la variante ómicron”. A partir de la semana que viene, los ciudadanos de Inglaterra deben trabajar desde casa siempre que puedan hacerlo y se impone la presentación de un pasaporte de vacunación para acceder a discotecas y espectáculos masivos. También se ha extendido la obligatoriedad de las mascarillas a la mayoría de lugares cerrados. Según documentos a los que ha tenido acceso The Guardian, los responsables de salud pública han aconsejado al Gobierno imponer “medidas nacionales estrictas” para el 18 de diciembre con el objetivo evitar que las hospitalizaciones superen el pico del invierno pasado.

En Reino Unido, donde se levantaron la práctica totalidad de las restricciones internas en julio, los contagios llevan meses en niveles altos y la incidencia continúa siendo muy elevada, con 942 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Cerca del 69% de la población tiene la pauta completa de inmunización.

En Alemania, las discotecas deben echar la persiana cuando se registra una incidencia a siete días de 350 infecciones por cada 100.000 habitantes, un indicador que se supera en un buen número de estados federados. Los líderes federales y regionales acordaron también hace unos días prohibir los fuegos artificiales en Nochevieja, así como permitir el acceso a las instalaciones como el cine, el teatro y los restaurantes además de a tiendas no esenciales solo a quienes se hayan vacunado y hayan pasado el virus. Pese a las sucesivas llamadas a vacunarse por parte de las autoridades alemanas, el porcentaje de ciudadanos con la pauta completa sigue siendo, con un 69%, inferior al de otros vecinos europeos. La incidencia acumulada está bajando en Alemania aunque continúa a un nivel alto, 922 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días.

Países Bajos adelantó el cierre a finales de noviembre de todas las actividades no esenciales a partir de las 17:00 horas mientras la vecina Bélgica ha prohibido las reuniones privadas en interiores, a excepción de algunas como bodas o funerales. Ante el elevado número de contagios –2.024 cada 100.000 personas en dos semanas– , las autoridades endurecieron las medidas por tercera semana consecutiva el pasado viernes. Acordaron que las escuelas de preescolar y primaria cierren desde el 20 de diciembre, adelantando las vacaciones navideñas. Sigue siendo obligatorio teletrabajar cuatro días a la semana y los restaurantes deben acoger en la misma mesa a un máximo de seis personas y cerrar a las 23.00 horas. Las fiestas en el lugar de trabajo están prohibidas.