El expresidente boliviano Evo Morales, que llegó a Argentina el jueves pasado y pidió ser acogido como refugiado, ha dicho que no tiene miedo a una posible “detención” y ha insistido en su deseo de regresar a Bolivia, subrayando que no será candidato en las próximas elecciones de su país.
“Pido que me dejen entrar. No voy a ser candidato pero tengo derecho a hacer política como político”, ha dicho el exmandatario en una multitudinaria rueda de prensa, la primera desde su arribo a la capital argentina procedente de México, donde estuvo asilado desde que el 11 de noviembre abandonara su país tras renunciar al cargo el día anterior forzado por un golpe de Estado.
En una entrevista con Efe el lunes en Washington, el ministro de Gobierno (Interior) del Ejecutivo de Jeanine Áñez, Arturo Murillo, previó que en las próximas horas saldría una orden de detención contra Morales, ya que según dijo “tiene una denuncia de terrorismo” junto a quien fuera ministro de Presidencia, Juan Ramón Quintana y “tendrán que responder a la Justicia en los próximos días”.
“Así se manejan las dictaduras. Es presidenta, no es fiscal, no es un juez”, ha criticado el exmandatario en referencia a Áñez, y ha remarcado que no le pueden hacer ningún “proceso” judicial en este momento y que “no van a encontrar nada en tema de corrupción”.
“Si no me permiten entrar voy a ver la forma de buscar (entrar) acompañado por personalidades, por la prensa; me voy a entrar allá a hacer campaña, no tengo miedo a la detención, tantas veces he sido detenido y procesado...”, ha insistido.
“Mi gran deseo es aportar desde acá a nuestro proceso de cambio en Bolivia”, ha argumentado el político, nombrado por el MAS, su partido, como jefe de campaña, y quien deseó que se convoquen elecciones en el país, que en estos momentos se encuentra inmerso en el procedimiento para nombrar un nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Morales ha reprochado al Gobierno de Jeanine Áñez que pida “elecciones libres, sanas y transparentes” y haya “perseguidos políticos, detenidos” y “hermanas y hermanos” en las embajadas sin salvoconducto. “Que acabe la persecución política”, remató.
También ha mencionado a quien fuera su canciller, Diego Pary -que lo acompañaba en el acto junto a su exministra de Salud Gabriela Montaño-, David Choquehuanca o Luis Arce como precandidatos. Morales también ha mencionado en otras ocasiones a la senadora Adriana Salvatierra o al líder cocalero Andrónico Rodríguez. Asimismo se ha mostrado convencido de que su formación va “a ganar” los comicios.
El Parlamento, de mayoría del partido de Morales, debe elegir a seis de los siete vocales para conformar el nuevo órgano electoral, mientras que el séptimo es designado directamente por la presidenta, según lo establecido en la ley electoral boliviana. El Parlamento tiene hasta el 18 de diciembre para designar a los nuevos vocales que, según la norma, tres deben ser mujeres y dos de origen indígena.
“No nos advirtieron que se venía el golpe”
Al hilo de sus declaraciones desde que viajó a México, Morales volvió a denunciar que sufrió un golpe de Estado que atribuyó a la oposición, la policía, las fuerzas armadas y con la colaboración, ha afirmado, de la Organización de Estados Americanos, a la que tachó de “golpista”.
“Lamentablemente ni la inteligencia de la policía ni la de las fuerzas armadas no nos advirtieron que se venía el golpe”, ha lamentado, y reconocie que a veces se arrepintió de haber “potenciado” las Fuerzas Amadas.
En la larga comparecencia, el exmandatario ha destacado los hitos de sus “13 años, 9 meses y 18 días de presidente”, en los que hizo “tres cosas importantes: en lo político refundación de Bolivia, dejar el ”Estado colonial y tener uno plurinacional“, en lo económico las nacionalizaciones y, lo más importante, en lo social la redistribución de la riqueza”.
“¿Hasta cuándo nos van a gobernar desde arriba (en referencia a Estados Unidos) y afuera? ¿Cuándo nosotros mismos nos vamos a gobernar?”, ha enfatizado, y que ha vuelto a decir que su “pecado” fue “ser indígena”. “De este golpe dos cosas me duelen: asesinaron a compañeros pero también están matando la economía”, ha subrayado.
La OEA publicó el pasado 10 de noviembre una versión preliminar del informe sobre las elecciones del 20 de octubre en Bolivia, que generó una fuerte controversia en el país y que en pocas horas provocó un anuncio de repetición electoral por parte de Morales. Sin embargo, horas después, los militares forzaron su renuncia.
En los comicios, Morales salió electo por cuarta vez como presidente en primera vuelta por un margen superior a los diez puntos -según el recuento oficial- sobre su principal rival, el exmandatario Carlos Mesa. La oposición denunció fraude y la OEA, en su informe, advirtió de “irregularidades” en el escrutinio. “Hemos ganado en la primera vuelta las elecciones por Constitución”, ha insistido.
“Estoy contento, estoy más cerca de Bolivia”
Sobre su estancia en Argentina, donde sus dos hijos ya estaban viviendo desde finales de noviembre, Morales no ha dado muchos detalles y reconoce no saber cuánto tiempo se va a quedar, al considerar que no hay garantías de poder ingresar a su país.
“Estoy más cerca de Bolivia, muy contento. me siento bien. El domingo a la tarde nos hemos reunido con (el presidente argentino Alberto Fernández y la hermana Cristina Fernández (expresidenta y actual vicepresidenta). Recordamos cómo antes trabajábamos”, ha señalado, al tiempo que les agradeció su ayuda.
El nuevo Gobierno argentino, que asumió hace una semana, acogió a Morales al considerarlo un “perseguido” político y víctima de un golpe.
Según dijo el canciller argentino Felipe Solá la semana pasada, la Comisión Nacional para los Refugiados, dependiente del Ministerio del Interior, es la que debe determinar si acepta dar el estatus de refugiado, aunque el ministro adelantó que será aceptado y que “desde el momento que se pide”, quedará liberado de “cualquier posibilidad de extradición”.
El canciller argentino, Felipe Solá, había dicho días atrás que el Gobierno le había pedido a Morales no hacer declaraciones políticas en Argentina, pero este domingo el jefe de Gabinete argentino, Santiago Cafiero, aclaró que esa es solo una condición para quienes piden asilo y no para los que solicitan refugio.
“Recibo con mucha responsabilidad las recomendaciones y entiendo perfectamente mi responsabilidad como refugiado en Argentina y esperamos en ese marco cumplir todo lo que dicen las normas argentinas”, ha afirmado.
Morales también quiso agradecer al Gobierno del anterior presidente argentino, el conservador Mauricio Macri, por haber garantizado la presencia de sus hijos en el país y de miembros de su equipo en la embajada de argentina en la Paz.