Evo Morales ya ha aterrizado en México, país que le ha concedido asilo después de su renuncia tras un golpe militar. El avión de las Fuerzas Aéreas Mexicanas en el que viajaba ha tocado tierra en territorio mexicano este martes a las 11:00 hora local, como había estimado el Gobierno del país norteamericano. La aeronave partió durante la noche de este lunes de Bolivia e hizo una escala en Paraguay antes de emprender una complicada ruta por la región que el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, ha definido como un “periplo por diferentes espacios y decisiones políticas”.
Morales, quien recibió asilo de México por “razones humanitarias” y al considerar que su vida corre peligro, ha aterrizado en el hangar Sexto Grupo Aéreo Internacional, antiguamente el hangar presidencial, del aeropuerto de la Ciudad de México.
El expresidente ha llegado acompañado del exvicepresidente Álvaro García Linares y la exministra de Salud, Gabriela Montaño. Tras ser recibido por Ebrard, ha denunciado que después de las elecciones “empezó el golpe de Estado, al que en la última etapa se ha sumado la policía nacional al golpe político-cívico”.
“Quiero decirles que estamos muy agradecidos porque el presidente de México me salvó la vida”, ha proseguido Morales. “Un miembro del equipo de seguridad del Ejército me informó y me hizo leer mensajes y me comentó llamadas de que me entregara a cambio de 50.000 dólares”. Este lunes, la Cancillería mexicana aseguró que había decidido concederle el asilo a Morales “en virtud de la situación de urgencia que enfrenta en Bolivia, en donde su vida e integridad corren riesgo”.
El antiguo sindicalista cocalero se ha despedido diciendo que “este golpe” no va a hacerle “cambiar ideológicamente y de trabajar por los sectores más humildes”. “Si algo de delito tengo es ser indígena, si algo de pecado tenemos el vicepresidente y yo es de implementar programas sociales para buscar la igualdad y la justicia”, ha concluido.
En la conferencia matutina desde Palacio Nacional, el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ha detallado las dificultades para sacar a Morales de Bolivia y las negociaciones con varios países de la región -Paraguay, Brasil, Perú y Ecuador- para poder usar su espacio aéreo. La gestión diplomática fue “como un viaje por la política latinoamericana y cómo se toman las decisiones y los riesgos que se corren”, ha apuntado el canciller.
En una detallada descripción del viaje, Ebrard ha explicado que cuando Morales aceptó la oferta de asilo de México se mandó un avión de la Fuerza Aérea mexicana para “pasar literalmente” por él hasta el país suramericano.
En la ida, Perú otorgó la autorización de vuelo y la aeronave bajó a recargar combustible y a lograr que las autoridades de Bolivia aceptaran que el avión mexicano entrara en su país.
Según el relato del canciller, hicieron un primer intento de vuelo a Bolivia pero les dijeron que el permiso obtenido “ya no era válido”. Tras esperar en Lima (Perú) varias horas, se logró que el comando de la Fuerza Aérea Boliviana, ha detallado, les otorgara el permiso válido. “Lo cual también dice quién tiene el poder en Bolivia”, ha opinado.
La aeronave llegó al aeropuerto donde los esperaba Evo Morales, pero una vez ahí Perú les dijo que por “valoraciones políticas” no podían recargar combustible y retornar a México.
“Fue muy difícil y muy tenso porque en el aeropuerto donde estaba Evo ya había seguidores y simpatizantes de él alrededor del aeropuerto. Y dentro, (estaban) las Fuerzas Armadas de Bolivia”, ha dicho el titular de la Secretaría mexicana, en lo que ha calificado como un momento de gran “tensión”.
La búsqueda de un plan B
Ante esta situación, el Gobierno de México tuvo que buscar un “plan B” y estableció contacto con los países de la región, ha dicho. El Gobierno de Paraguay -y con la ayuda del presidente electo de Argentina, Alberto Fernández- les permitió recargar combustible y esperar hasta que se gestionaran los trámites aéreos pertinentes.
Finalmente, gracias a arduas gestiones diplomáticas se logró que la Fuerza Aérea de Bolivia les permitiera salir. “Por un milimétrico espacio se dio la salida”, afirma Ebrard.
De Bolivia cruzaron a Asunción (Paraguay) y entonces Perú autorizó cruzar su espacio aéreo, pero no recargar. Al no poder pasar por Bolivia, tuvieron que gestionar permisos con Brasil para así cruzar Perú, Ecuador y seguir, a través de aguas internacionales, hacia la Ciudad de México.
Finalmente, sobre las 02.00 hora Ciudad de México (08.00 GMT), ha continuado el canciller, el avión salió de Asunción. “La última vicisitud es que hubo que rodear Ecuador porque estando en vuelo les dijeron que no les permitían cruzar el espacio aéreo. Hubo que rodear para entrar en aguas internacionales y poder continuar el vuelo”, dice Ebrard.
Al final de su comparecencia, ha remarcado que el asilo a Evo Morales se hace conforme al artículo 11 de la Constitución y sus “leyes correspondientes”. “El propósito de ese artículo y de los ordenamientos legales es ofrecer protección a la vida y a la integridad de aquellas personas que sean objeto de persecución política. Así lo dice la Constitución y así lo ha ejercido México desde el siglo XIX”, ha subrayado.
Evo Morales renunció este domingo tras un golpe militar. Militares y policías pidieron su dimisión a pesar de que el mandatario había anunciado horas antes una repetición electoral. “Sugerimos al presidente del Estado que renuncie a su mandato presidencial permitiendo la pacificación y el mantenimiento de la estabilidad, por el bien de nuestra Bolivia”, dijo el comandante de las Fuerzas Armadas. Pocas horas después, Morales anunciaba que se echaba a un lado para lograr la “pacificación” del país, sumido en una crisis política y social desde las elecciones del pasado 20 de octubre entre acusaciones de fraude electoral.