El Parlamento Europeo se derechiza con el ascenso de las fuerzas ultras y el batacazo de liberales y verdes

Irene Castro

Corresponsal en Bruselas —

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Las elecciones europeas confirman la derechización de la UE y la consolidación de la extrema derecha. Según los datos provisionales de los comicios en los 27 estados miembros, los grupos de la extrema derecha aumentan su representación con 131 eurodiputados en total frente a los 118 con los que acabaron la legislatura, sin contar a Alternativa por Alemania -que duplica su representación- y al Fidezs de Viktor Orbán, que no forman parte de ninguno de los dos grupos a los que se adscribe la ultraderecha.

El Partido Popular Europeo repite en primera posición y crece hasta los 185 eurodiputados. Los socialdemócratas resisten con 137 escaños. Los liberales experimentan una bajada sustancial de alrededor de una veintena de representantes (se quedan con 80) y los verdes también (52), fundamentalmente por su descalabro en Alemania y Francia. La Izquierda logra 36 asientos.

Los Conservadores y Reformistas (ECR), del que forma parte Vox, obtendría 73 representantes e Identidad y Democracia (ID) crece hasta los 58 impulsado por la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, que ha arrasado como primera fuerza duplicando a los liberales de Emmanuel Macron. Ese resultado ha provocado una sacudida en Francia, donde Macron ha convocado elecciones legislativas para finales de mes.

La extrema derecha gana cinco países europeos (Francia, Italia, Bélgica, Hungría y Austria) y crece en un buen puñado de ellos. En Alemania, la AfD se ha situado en segunda posición por detrás de la CDU, que repite como principal delegación del PPE con una treintena de representantes. Los socialdemócratas de Olaf Scholz pierden dos (de 16 a 14) y los verdes se dejan en torno a uan decena de escaños. Con ocho eurodiputados, los liberales logran uno más que hace cinco años. 

Aunque el PVV del ultra Geert Wilders en Países Bajos no logra reeditar la victoria que obtuvo en las nacionales de noviembre, multiplica su presencia en la Eurocámara, pasando de un eurodiputado a seis. La coalición de socialdemócratas y verdes resiste como primera fuerza, aunque pierde un escaño y se queda con ocho.

La verdadera fuerza de la extrema derecha en la Eurocámara se irá vislumbrando en los próximos días cuando se deshoje la margarita de su propia composición. Hasta ahora ha estado dividida en dos grupos y está por ver si llegan a entendimientos para sumar fuerzas, como propuso Le Pen a Meloni en plena campaña con la bendición de Orbán. Por ahora, los dos grupos que estaban constituidos aumentan su representación ligeramente, pero el grupo de no inscritos, en el que ahora se encuentran Fidezs y Alternativa por Alemania, y las nuevas fuerzas suman 95 escaños.

El PPE evita hablar de alianzas con los verdes o la extrema derecha

Con estas cifras, se abre un escenario complejo para las alianzas postelectorales y que ha sido uno de los grandes asuntos de la campaña electoral después de que la candidata del PPE y actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, abriera la puerta a pactar con formaciones de la extrema derecha, especialmente con los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni. Los populares ganan fuerza en este escenario sin que el auge de la extrema derecha le pase factura en esta ocasión.

La elección de la presidencia del gobierno comunitario depende de un acuerdo de los líderes de los 27, que eligen un nombre que la Eurocámara tiene que ratificar. En este caso, el Parlamento Europeo está compuesto por 720 escaños por lo que se necesitan al menos 361 votos a favor en una votación secreta. Los grupos que forman parte de esa mayoría -populares, socialdemócratas y liberales- obtienen, de acuerdo a la estimación actual, 402 escaños. Pero no se puede contar con que funcionen como bloques compactos dado que siempre hay fugas -los populares franceses, por ejemplo, ya han adelantado que no votarían 'sí' a Von der Leyen-.

En 2019, esos tres grupos sumaban 444 escaños y Von der Leyen salió elegida por la mínima (con 383 votos, tan solo nueve por encima de la cifra entonces necesaria). De ahí que la alemana se haya abierto a buscar apoyos en la extrema derecha, en línea con el levantamiento del cordón sanitario a la extrema derecha que las fuerzas del Partido Popular Europeo han hecho en numerosos países. No obstante, la posibilidad de que fuerzas de la extrema derecha entren en la ecuación cuenta con el rechazo de socialdemócratas y liberales. La alianza podría salir, eso sí, mirando hacia los verdes, que la pasada legislatura se posicionaron con la mayoría en numerosas ocasiones y no han descartado dar su apoyo a Von der Leyen si mantiene la apuesta medioambiental a la que la UE ha ido echando el freno.

El jefe del PPE en la Eurocámara, Manfred Weber, no ha querido entrar en si incluirá a los verdes en las negociaciones y se ha limitado a decir que “el punto de partida” son los socialistas y liberales. Así, ha dejado primero la pelota en el tejado de los que serán los negociadores de esas dos familias políticas, a los que ha emplazado a respetar su victoria y a proponer a Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea.

Los socialistas exigen dejar fuera a la extrema derecha

“Veo mucha buena voluntad cuando hablo con los colegas individualmente, pero hablando concretamente, el siguiente paso es ahora que el canciller de Alemania [Olaf Scholz] también confirme que presentará y propondrá a Ursula von der Leyen como candidata a la Comisión. Ese es el primer paso. Y luego también que Emmanuel Macron esté dispuesto a confirmar el apoyo en la mesa del Consejo, porque esa es la primera institución para presentar al candidato a presidente de la Comisión”, ha afirmado el líder conservador europeo.

“La única petición en este momento es que las otras grandes familias políticas confirmen que el ganador puede presentar entonces al presidente de la Comisión de mañana. Ese es un punto de partida para hoy”, ha despejado Weber, que ha aprovechado para reivindicarse dado que, según ha recordado, son las primeras elecciones desde hace diez años en las que el PPE no pierde asientos en la Eurocámara. De hecho, ha aumentado quince respecto al anterior mandato sin que el auge de la extrema derecha le haya pasado factura.

Los verdes se abren a negociar con Von der Leyen

Von der Leyen sí se ha mostrado convencida de que los jefes de Gobierno la propondrán para un nuevo mandato y, como ha hecho su correligionario, ha jugado a la ambigüedad respecto a los apoyos que buscará en la Eurocámara. Ha repetido que tendrán que ser fuerzas “proeuropeas, pro-Ucrania y pro-estado de derecho”, que es la coletilla que usó en la campaña para abrir la puerta a fuerzas de extrema derecha con los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni. Pero sus aliados socialistas y liberales le dejaron claro que no entrarían en esa ecuación, por lo que le puede restar más de lo que le suma.

Los socialdemócratas han reiterado que su línea roja para reeditar el acuerdo con el PPE y los liberales en la UE es que no haya una “coalición con la extrema derecha”. Así, los socialistas instan a los populares a sumar a los verdes a la mesa de negociación en vez de a las formaciones de la extrema derecha, como los Fratelli d'Italia de Giorgia Meloni, que es hacia donde apuntó Ursula von der Leyen en la campaña electoral. 

Los verdes, con sus 53 eurodiputados, pueden ser determinantes para avalar la mayoría que necesita la candidatura a la presidencia de la Comisión Europea y se han abierto claramente a entrar en la ecuación. “Lo que necesitamos hacer es crear una mayoría estable en el centro del Parlamento Europeo”, se ha ofrecido el candidato holandés Bas Eickhout: “Estamos listos para asumir esa responsabilidad”.

“Los verdes van a asumir un papel constructivo y responsable en esto. Creo que los retos para Europa son demasiado grandes para jugar a juegos políticos. Si nos fijamos en cuáles son los retos para Europa, si nos fijamos en el futuro de nuestras políticas climáticas, en el futuro de la seguridad europea y, desde luego, también en el futuro de la democracia europea, está muy claro que necesitamos una mayoría estable en esta Cámara para poder cumplir con los ciudadanos en estos elementos, y nosotros, como verdes, estamos dispuestos a asumir esa responsabilidad, por supuesto, en función de un posible programa”, ha señalado.

¿Qué es lo que provoca ese auge de la extrema derecha en toda la UE? “Difiere de país a país y de votante a votante, pero por supuesto podemos encontrar algunas tendencias y un fenómeno general”, explica a elDiario.es Pawel Zerka, investigador en el Consejo Europeo de Relaciones Internacionales (ECFR, por sus siglas en inglés): “En los últimos años y décadas, los partidos de centro, ya sean de centro-izquierda o centro-derecha, se han vuelto muy similares entre sí, en asuntos como la economía”. 

Zerka, que colaboró en el estudio sobre la derechización de la Eurocámara A new political map: Getting the European Parliament election right, apunta a que encontraron “desafección” hacia cómo se gestionaron la pandemia, la ayuda a Ucrania y la agenda verde. “En el tiempo del covid, la derecha radical mostró que ellos eran una alternativa cuestionando la política, como la vacunación masiva o los confinamientos. Y eso les ayudó a construir su popularidad y visibilidad”, explica sin olvidar que se han apoyado en las redes sociales. “La gente se muestra escéptica sobre la forma en que se ha aplicado la legislación verde en la Unión Europea y la mayoría está asumiendo que la Unión Europea ha ido demasiado lejos y no ha dedicado suficiente atención al coste de la vida”, agrega.

“Las guerras y la memoria del covid dan una prima a los partidos de la derecha, que son creíbles cuando hablan de orden, soberanía o defensa frente a los de izquierdas que hablan más sobre solidaridad social o de la agenda verde”, remata el politólogo.