El FBI ha registrado este lunes Mar-a-Lago, la mansión que el expresidente estadounidense Donald Trump posee en Palm Beach, en el sureste de Florida, según ha anunciado el propio exmandatario. El diario The New York Times asegura que los agentes estarían buscando documentos oficiales en la residencia del republicano. Documentos que incluirían, entre otros, material clasificado que Trump se habría llevado de la Casa Blanca en lugar de entregarlo al archivo histórico como establece la ley.
Trump ha asegurado en un comunicado que su casa estaba siendo “sitiada, asaltada y ocupada por un gran grupo de agentes del FBI”. “Nunca antes le había pasado algo así a un presidente de EEUU”, ha asegurado. Ni el FBI ni el Departamento de Justicia se han pronunciado sobre la operación.
La costumbre de Donald Trump de destruir documentos durante su presidencia ha sido documentada por medios como Politico y el Washington Post desde hace años y también está siendo ahora investigada por la comisión de la Cámara de Representantes sobre el asalto al Congreso del 6 de enero de 2021. Varios antiguos asistentes de la Casa Blanca han contado que el expresidente hacía añicos papeles que, según la legislación estadounidense, debían ser preservados en los archivos públicos.
El expresidente ha acusado a la Fiscalía de “mala conducta” y ha denunciado “la militarización del sistema de justicia” y el “ataque de los demócratas radicales de izquierdas” que, según él, no quieren que se postule a la presidencia en 2024. Si fuera procesado, Trump no podría presentarse a las elecciones. Según el expresidente, un registro como el del FBI solo puede suceder en países “rotos” del Tercer Mundo.
El registro se ha producido el mismo día que Axios, un medio especializado en información política de Washington, ha publicado fotografías que muestran los restos de varios documentos tirados a un retrete por el propio Trump.
Las imágenes forman parte de Confidence Man: The making of Donald Trump and the breaking of America, el libro que publicará la corresponsal política de The New York Times Maggie Haberman. En esas fotografías exclusivas se ven trozos de papel escritos con la letra de Trump en el fondo de dos inodoros.
El libro de Haberman, que se publica en Estados Unidos en octubre, incluye declaraciones de empleados de la Casa Blanca, que encontraban diariamente montones de papeles atascados en el inodoro. Estas fotos, obtenidas recientemente por la periodista, pueden ser la prueba de estas confidencias, según adelanta Axios.
Las fuentes consultadas por Haberman dicen que la fotografía de la izquierda era de un retrete de la Casa Blanca, mientras que la de la derecha correspondía a un viaje al extranjero que hizo el expresidente. En estos se puede ver la letra de Trump, escrita con su rotulador favorito, y en uno de ellos se puede leer el nombre de la congresista republicana Elise Stefanik, una defensora de Trump y miembro del liderazgo del partido en la Cámara.
Esta exclusiva llega después de que Trump negara en febrero "haber destruido o tirado papeles por el retrete", a pesar de las investigaciones periodísticas y del Congreso que indican que el expresidente destruía o restringía el acceso a los registros presidenciales oficiales de manera habitual durante su mandato.
Un portavoz de Trump, Taylor Budowich, dice ahora a Axios que las fotos son parte de una “campaña publicitaria desesperada” para vender el libro de Haberman, una de las periodistas más insultadas y atacadas por Trump durante su presidencia dentro de una operación continuo de acoso sobre todo online en particular contra las reporteras.
Las fuentes consultadas por Haberman también informaron de que la destrucción de documentos ocurrió varias veces en la vivienda presidencial, y en al menos dos viajes al extranjero. Esta forma de “desechar” papeles “no era muy conocida en el ala Oeste, pero algunos asistentes estaban al tanto de esta práctica”, explica Haberman en Axios. “Fue un hábito más en la costumbre de Trump de romper documentos que se suponía que debían conservarse bajo la Ley de Registros Presidenciales”.
Según esta ley, la destrucción de documentos es ilegal. Además, la norma obliga a un presidente a entregar inmediatamente los registros presidenciales al archivista nacional tan pronto como deje el cargo.
No es la primera vez que se acusa a Trump de romper documentos oficiales. En febrero, los medios publicaron el hallazgo de varias cajas con material e información de trabajo que el expresidente tenía en su casa de Florida. Entre los documentos había correspondencia que le envió el líder norcoreano Kim Jong-un durante el proceso de deshielo bilateral, y que Trump describió en una ocasión como cartas de amor“. También tenía una misiva que le dejó en el Despacho Oval su predecesor, Barack Obama (2009-2017).