Los líderes del G7 reunidos desde el jueves en Apulia, bajo la presidencia italiana, han decidido enviar un contundente aviso a China y a Irán para que dejen de apoyar a Rusia frente a Ucrania. “Continuaremos tomando medidas contra actores en China y terceros países que apoyen materialmente la maquinaria de guerra rusa, incluidas instituciones financieras, de acuerdo con nuestros sistemas legales, y otras entidades en China que faciliten la adquisición por parte de Rusia de elementos para su base industrial de defensa”, se lee en el documento final aprobado esta tarde.
En el comunicado, los líderes se comprometen a tomar “medidas restrictivas” de acuerdo con sus sistemas legales, que podrían ir desde sanciones a controles de exportaciones, para “prevenir el abuso” y restringir el acceso de sus sistemas financieros a esas entidades, incluidos bancos y empresas chinas. “Adoptaremos medidas contundentes contra los actores que ayuden a Rusia a eludir nuestras sanciones, entre otras cosas imponiendo costes severos a todos aquellos que no dejen inmediatamente de prestar apoyo material a la agresión rusa y reforzando la aplicación nacional e intensificando nuestro compromiso empresarial para promover la responsabilidad de las empresas. Pedimos a las instituciones financieras que se abstengan de apoyar y beneficiarse de la maquinaria bélica rusa. Tomaremos nuevas medidas para disuadir y desbaratar este comportamiento”, reza el texto que recoge las conclusiones de la cumbre.
Hasta ahora, como explica EFE, Estados Unidos ha sido reacio a implementar sanciones contra los grandes bancos chinos —considerada por los analistas una opción “nuclear”— debido al enorme efecto que podría tener en la economía global y su impacto en las relaciones entre Estados Unidos y China. El castigo más severo que Occidente podría tomar contra esos bancos chinos sería excluirlos del sistema de comunicación interbancario internacional SWIFT, algo que ya hicieron la UE, el Reino Unido, Canadá y Estados Unidos con las entidades bancarias rusas tras la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022.
Aunque ha descartado, por ahora, esas opciones radicales, Washington sí ha ido expresando creciente preocupación por esas transacciones financieras entre bancos chinos y rusos, algo que Pekín defiende como intercambios normales.
En cuanto a Irán, la advertencia contenida en el documento final de la cumbre es que “debe poner fin a sus acciones desestabilizadoras” y, en cuanto a Rusia, tiene que dejar de proporcionar a Moscú “misiles balísticos y tecnología conexa, ya que ello representaría una escalada material sustantiva y una amenaza directa para la seguridad europea”. “Estamos dispuestos a responder de manera rápida y coordinada, incluso con medidas nuevas y significativas”, se lee en el texto.
Aviso a Pekín en el frente económico
El aviso a Pekín se extiende también en el frente económico. Los líderes del G7 reconocen “la importancia de China en el comercio mundial” pero avisan sobre las “distorsiones del mercado” causadas por las prácticas chinas. “No pretendemos perjudicar a China ni frustrar su desarrollo económico; de hecho, una China en crecimiento que se rija por las reglas y normas internacionales sería de interés mundial. Sin embargo, expresamos nuestra preocupación por la persistente focalización industrial de China y por sus políticas y prácticas globales ajenas al mercado, que están provocando desbordamientos globales, distorsiones del mercado y un exceso de capacidad perjudicial en una gama cada vez mayor de sectores, socavando a nuestros trabajadores, industrias y la resistencia y seguridad económicas”, recoge la declaración final.
“No nos estamos desacoplando ni replegando sobre nosotros mismos. Estamos reduciendo los riesgos y diversificando las cadenas de suministro cuando es necesario y apropiado, y fomentando la resistencia a la coerción económica. Además, pedimos a China que se abstenga de adoptar medidas de control de las exportaciones, en particular de minerales críticos, que podrían provocar importantes perturbaciones en la cadena de suministro mundial”, sigue el texto.
Tregua olímpica y apoyo al plan de Biden para Gaza
En las últimas líneas del documento, los líderes instan a todos los países a observar la “tregua olímpica individual y colectivamente”, tal y como prescribe la resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptada en noviembre de 2023. La tregua olímpica implicaría acallar las armas en las dos semanas en que duran las Olimpiadas, pero nunca en las últimas décadas había coincidido con dos guerras de enorme impacto mundial, como son las de Ucrania y la de la Franja de Gaza.
Sobre el conflicto de Gaza, el comunicado final de la cumbre, como ya adelantó el jueves la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, contiene un respaldo al plan de Estados Unidos para un alto el fuego en Gaza. La propuesta es la que presentó el pasado 31 de mayo el presidente Joe Biden y que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas apoyó el lunes pasado con la aprobación de una resolución para un alto el fuego presentada por EEUU. El texto salió adelante con 14 votos a favor y la abstención de Rusia.
“Reiteramos nuestro llamamiento a Hamás para que acepte y aplique plena e inequívocamente la propuesta de alto el fuego” e “instamos a los países que tienen influencia” sobre el grupo islamista “que ayuden a garantizar que lo haga”, se lee en la declaración final de la cumbre del grupo en Apulia (sur de Italia). Celebran que Israel lo haya hecho y “esté dispuesto a seguir adelante con ella” pero piden al Gobierno de Benjamin Netanyahu que “cumpli plenamente sus obligaciones en virtud del derecho internacional en todas las circunstancias, incluido el derecho internacional humanitario” mientras condenan a Hamás por “no separarse ni distinguirse de los civiles en Gaza”.
Además, instan a Israel a “que se abstenga de llevar a cabo” una “ofensiva militar a gran escala” en Rafah, que “tendría aún más consecuencias nefastas para los civiles”, cuando la guerra en Gaza se ha cobrado ya más de 37.000 muertos en la Franja. “Instamos a todas las partes a que faciliten el paso rápido y sin obstáculos del socorro humanitario para los civiles necesitados, en particular las mujeres y los niños” y “a través de todos los cruces terrestres pertinentes, incluido el de Rafah, a través de las rutas marítimas de entrega, incluido el puerto de Ashdod, y en toda Gaza”, lo que “sigue siendo una prioridad absoluta” para que UNRWA y las agencias de la ONU puedan entregar la ayuda necesaria.
Tras mostrar su apoyo al nuevo gabinete de la Autoridad Palestina y a “las reformas indispensables para que pueda cumplir con sus responsabilidades en la Cisjordania”, piden a Israel que cese en sus acciones para debilitarlo, “incluida la retención por el Gobierno de Israel de los ingresos procedentes de la remoción de minas”. “Condenamos el aumento de la violencia de los colonos extremistas contra los palestinos, que socava la seguridad y la estabilidad en Cisjordania y amenaza las perspectivas de una paz duradera, y luego de la guerra, en Gaza”, añaden, al subrayar su “compromiso inquebrantable con la visión de la solución de dos Estados”. En otro pasaje, los líderes piden a “todas las partes” de “abstenerse de cualquier acción unilateral que socave la perspectiva de una solución de dos Estados, incluida la expansión israelí de los asentamientos y la ”legalización“ de los puestos de avanzada”.