Si hace unos días la Unión Europea dejó claro que prefiere ayudar a los refugiados en Irán y Pakistán en lugar que dentro de las fronteras europeas, el G7 este jueves ha aprobado una declaración en unos términos similares: las siete economías más avanzadas del planeta se conjuran contra la “migración irregular” –mientras la UE hablaba de 'migración ilegal'– y se muestran dispuestas a ayudar a los países de la región que acogen refugiados.
“Estamos profundamente preocupados por la situación en el Afganistán”, dice la declaración de los ministros del Interior del G7 –EEUU, Canadá, Japón, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia y la UE–, reunidos este miércoles y jueves en Londres, “y cooperaremos juntos, con los países de la región que acogen a refugiados, para acceder a rutas seguras y regulares para la protección y el reasentamiento. La protección de los vulnerables es una prioridad”.
El G7 afirma, en un mensaje también al Gobierno talibán, que “todos los ciudadanos extranjeros y cualquier ciudadano afgano con autorización de viaje (otorgada después de los controles pertinentes) de nuestros países deben poder dirigirse de manera segura y ordenada a los puntos de partida y viajar fuera del país. Reconocemos los importantes beneficios económicos y sociales que los migrantes que llegan a través de los canales regulares pueden aportar a nuestros países, al tiempo que reafirmamos nuestra determinación de combatir la migración irregular y las redes de traficantes”.
Los siete países aseguran estar unidos en “apoyo a quienes se han visto obligados a huir de sus hogares debido a las amenazas de persecución, violencia y opresión dentro del Afganistán. Los miembros del G7 se comprometen a tomar medidas rápidas para desarrollar y fortalecer rutas seguras y regulares para proteger a las personas en riesgo. Basándonos en los principios del Pacto Mundial sobre Refugiados y aprendiendo lecciones de la respuesta de Siria, estamos decididos a trabajar juntos para permitir que aquellos que necesitan protección encuentren seguridad y reconstruyan sus vidas. Reconocemos que ciertos grupos estarán en mayor riesgo de persecución y trabajaremos juntos para garantizar que las mujeres, las niñas, las minorías perseguidas y otras personas que enfrentan amenazas de opresión y violencia reciban el apoyo y la protección que merecen. Buscaremos apoyar a los países vecinos y de tránsito, que albergan a un gran número de migrantes y refugiados, para reforzar sus capacidades de protección”.
Además, la declaración del G7 afirma: “Nuestros países tienen una sólida y orgullosa historia de ofrecer refugio a los necesitados en tiempos de crisis. Dar la bienvenida a quienes huyen de la persecución, el conflicto o la opresión a través de rutas seguras y regulares es una demostración clave de esto. Estas rutas salvan vidas y ofrecen seguridad y estabilidad a quienes más necesitan protección”.
“Preocupación de la UE”
En paralelo, el Servicio de Acción Exterior de la UE, dependiente de Josep Borrell, ha difundido una nota este jueves en la que expresa su “preocupación tras el nombramiento de un Gobierno interino por los talibanes el 7 de septiembre”.
La diplomacia europea considera que la composición de ese Ejecutivo monocolor “no está a la altura de las promesas declaradas por los talibanes sobre la necesidad de un Gobierno inclusivo que refleje la diversidad política, religiosa y étnica de Afganistán. Un Gobierno inclusivo y representativo es un elemento clave para un Afganistán estable y pacífico. También es un punto de referencia esencial para el compromiso de la UE. La UE, por lo tanto, espera tal inclusión y representación en la composición futura del Gobierno”.
“Para apoyar a la población afgana, tendremos que relacionarnos con el nuevo gobierno en Afganistán”, decía Borrell tras la reunión de ministros de Exteriores de la UE la pasada semana, “lo que no significa reconocimiento, sino una relación operativa. Y esta relación operativa aumentará dependiendo del comportamiento de este Gobierno. Para medir el comportamiento, necesitamos benchmarks, puntos de referencia que hemos discutido como base para la relación de la Unión Europea con los gobernantes afganos tras la toma de poder de los talibanes”.
La primera condición es “el compromiso de que Afganistán no sirva de base para la exportación de terrorismo a otros países; en segundo lugar, el respeto por los derechos humanos, en particular los derechos de las mujeres, el Estado de derecho y la libertad de los medios de comunicación; el tercer punto, el establecimiento de un Gobierno de transición inclusivo y representativo a través de negociaciones entre las fuerzas políticas en Afganistán; el cuarto, el libre acceso de ayuda humanitaria, respetando nuestros procedimientos y condiciones para su entrega; el último, el cumplimiento del compromiso talibán sobre la salida de extranjeros y afganos en riesgo que deseen salir del país, en línea con lo ya decidido por la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”.
La declaración de los ministros del Interior del G7 aprobada este jueves incluye un plan de acción para “combatir la explotación y el abuso sexual infantil establece los pasos para ir más allá en la respuesta colectiva para proteger a los niños de este abuso y asegurar que la industria desempeñe su papel”.
“Nos comprometemos a fortalecer aún más los ámbitos nacionales, la cooperación policial y el intercambio de información en todo el G7, centrándonos en los espacios online y offline en los que operan los delincuentes de explotación y abuso sexual infantil y llevarlos ante la justicia”, afirma la declaración.
La declaración también expresa la condena de “todas las formas de violencia, acoso y abuso de género que afectan de manera desproporcionada a mujeres y niñas. Dado que los confinamientos en respuesta al COVID-19 han provocado que 4.000 millones de personas se refugien en sus hogares, ONU Mujeres ha descrito una pandemia en la sombra de violencia contra las mujeres. Dados los daños de la violencia contra las mujeres y las niñas, el G7 reconoce que abordar la violencia contra las mujeres y las niñas, así como otras formas de violencia de género, debe formar parte de la recuperación de COVID-19”.
“Afirmamos la importancia de abordar las formas de violencia de género online, que afectan de manera desproporcionada a mujeres y niñas”, afirma el G7: “Combatir el uso indebido de la tecnología e Internet para perpetrar este tipo de violencia requiere la acción colectiva de la industria, los gobiernos, el mundo académico, el sector de prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas y la sociedad civil”.