Ha ocurrido en Oleron, en Francia, donde el gallo Maurice vive junto a su dueña, Corinne Fesseau. Como todos los de su especie, el animal tiene la costumbre de cantar cada mañana. Eso hizo que una pareja de jubilados, que acude a la localidad en periodos de descanso, denunciara a su propietaria porque lo hacía “demasiado temprano”, según informan medios franceses. El juicio ha tenido lugar este jueves y el resultado se conocerá en septiembre.
Antes de que la historia acabara en los tribunales, los denunciantes, según su abogado, le habían pedido a la dueña de Maurice que “lo encerrara durante la noche”. Esto se lo habían transmitido por cartas en las que explicaban las molestias que les producía el animal. Corinne no quiso hacerlo, por lo que las cartas de los afectados acabaron llegando al alcalde de la localidad, Christophe Sueur.
El regidor se posicionó a favor de Maurice y Corinne y recordó a la pareja de jubilados que la localidad tiene “carácter rural”. Unas declaraciones que fueron respondidas por el abogado de la acusación, Vicent Huberdeau, quien aseguró que sus clientes no querían “luchar contra la ruralidad”, sino “dormir por la mañana”.
Corinne abrió una petición para reunir firmas para “salvar a Maurice, el gallo de la isla de Oleron”. Toda la localidad se ha puesto de parte del animal y de su dueña y se han llegado a recoger más de 100.000 a su favor.