El Gobierno francés ha presentado este lunes un acuerdo con los grupos de distribución, que han aceptado reducir sus márgenes con una cesta de productos que cada uno de ellos elegirá y que llevarán una etiqueta común, “trimestre antiinflación”.
Esos productos tendrán “el precio más bajo posible” a costa de los márgenes de la distribución, no de los agricultores ni de los industriales, y le supondrá un costo global de “varios cientos de millones de euros” en ese trimestre, ha explicado ante la prensa el ministro de Economía, Bruno Le Maire, junto a los responsables de las empresas implicadas.
“Será un dispositivo masivo, eficaz y protector”, ha subrayado Le Maire, quien ha dicho que se pondrá en marcha en los próximos días, una vez que esté todo preparado.
Se trata –ha añadido– de “proteger lo mejor posible a nuestros compatriotas contra la subida de precios” y de aplicar el principio de que “el costo de la inflación debe ser compartido”.
No habrá una lista común de productos, ni un mínimo de productos, sino que cada cadena decidirá cuáles y cuántos elige, pero todos los seleccionados llevarán un logotipo común con los colores de la bandera francesa y la inscripción “trimestre antiinflación”.
Le Maire justifica la ausencia de una cesta común para todas las marcas para garantizar la libertad comercial y porque no corresponde al Gobierno fijar los precios.
Los servicios antifraude se encargarán de controlar que esa regla del “precio más bajo posible” se aplica mediante una reducción de los márgenes de la distribución y no de recortes impuestos a otros actores de la cadena.
A ese respecto, el ministro de Economía ha anunciado que este mismo lunes sus servicios publicarán las cifras de los márgenes de los agricultores, de los productores y de los distribuidores, y esos informes se darán a conocer cada trimestre “para que todo se haga con transparencia”.
Preguntado sobre por qué no se baja el IVA de los alimentos o de otros productos para reducir el precio para el consumidor, el titular de Economía ha respondido tajantemente que esa “es una solución fácil pero que cuesta mucho a las finanzas públicas y no aporta nada al consumidor”.
Por otra parte, ha avanzado que cuando en junio termine este “trimestre antiinflación” pedirá a los industriales que reabran la negociación sobre los precios con los grupos de distribución, sin esperar a comienzos del año próximo.
De esa forma, pretende que los industriales bajen sus precios de venta si se confirman las tendencias de los últimos días, por ejemplo, con una caída de los costes de flete marítimo.
“No hay ninguna razón para que las subidas de precios se repercutan inmediatamente y las bajadas no se repercutan inmediatamente”, argumenta.
Carrefour propone 200 productos básicos
Anticipándose a los anuncios de este lunes, Carrefour ya había presentado este domingo una operación que consiste en proponer a los clientes de sus 5.945 tiendas en Francia del 15 de marzo al 15 de junio una cesta de 200 productos básicos a precios topados de menos de dos euros.
En una entrevista publicada por Le Journal du Dimanche, su consejero delegado, Alexandre Bompard, explicó que esa cesta incluiría un centenar de productos alimentarios considerados “sanos”, con una calificación A o B en el Nutriscore, y otros 100 de uso diario, como para la higiene, todos con marcas propias. Entre el primer grupo habrá yogures, huevos, frutas y verduras frescas, pero también enlatadas, congelados, pan, leche o cereales. En el segundo detergente, pañales para bebés, harina o galletas.
Este lunes, Bompard ha señalado este lunes en la comparecencia con el resto de los responsables de la distribución y con Le Maire que cada empresa tendrá un dispositivo diferente para mantener la libertad comercial, pero ha dado por hecho que los productos seleccionados serán esencialmente los de las marcas propias.
La razón que ha dado Bompard es que precisamente es con ésos con los que cada grupo de distribución tiene más flexibilidad para jugar con sus márgenes.