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Golpe a la coalición de Scholz en la última gran cita electoral del año en Alemania

Aldo Mas

Berlín —

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La coalición que dirige el Gobierno de Alemania aprieta los dientes. Apenas acaban de cumplirse dos años desde que Olaf Scholz llevara a los socialdemócratas germanos a la victoria en las primeras elecciones generales de la era post-Merkel y el canciller, atendiendo a lo que dicen las encuestas, puede estar seguro de que mucho tiene que cambiar la situación del país para resultar reelegido en 2025.

Hace tiempo que los sondeos apuntan a una pérdida de la actual mayoría que tienen el Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y los liberales del FDP en el Bundestag. Este domingo, la coalición sufrió un castigo en la última gran cita electoral de este año en Alemania: los comicios regionales en los länder de Hessen y Baviera.

En Baviera, hogar de algo más de 13 millones de personas, los conservadores de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) se impusieron con un 37% de los votos, dejando en un segundo plano al resto de partidos, especialmente los de la coalición 'semáforo' de Scholz. El SPD, de hecho, ha sumado apenas un 8,4% de los votos en estas elecciones. Se trata del peor resultado de la historia política de los socialdemócratas en este rico estado federado del sur alemán, un land tan potente para la economía que representa casi un cuarto del PIB del país. Hace 10 años, el SPD representaba el 20% de un electorado bávaro. La última victoria de los socialdemócratas en este territorio, donde tradicionalmente ha ganado la CSU, data de 1950.

Un 8,4% de los votos dejó al SPD el domingo como el partido con menor peso de los cinco que ocuparán escaños en el parlamento regional. Peor suerte corrieron los liberales del FDP, formación del vicecanciller y ministro de Hacienda, Christian Lindner. El FDP no logró superar la barrera del 5% para jugar un papel en la cámara parlamentaria regional bávara. Perdieron los 11 diputados que lograron en los anteriores comicios, celebrados en 2018.

Los Verdes quedaron con un 14,4% como cuarta formación más votada, por detrás de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD, 14,6%) y de los Electores Libres (15,8%), grandes triunfadoras de la noche electoral. Ambas ganaron algo más de un 4% respecto de los comicios de 2018. Los Electores Libres son los socios en el Ejecutivo de la CSU del presidente bávaro y también hombre fuerte del conservadurismo cristiano de Alemania, Markus Söder.

En Hesse, land del oeste alemán donde se encuentra la ciudad-sede del Banco Central Europeo –Fráncfort, aunque la capital es Wiesbaden–, la victoria también cayó del lado conservador. Se impuso la Unión Demócrata Cristiana (CDU), con un 34,6% de los votos. La segunda formación más votada fue AfD (18,4%), que superó al SPD (15,1%), a Los Verdes (14,8%) y al FPD, que aquí sí logró la representación parlamentaria por los pelos, al conseguir el 5% de los votos. Respecto a 2018, Los Verdes perdieron el domingo su condición de segunda fuerza política. Ese año, los ecologistas lograron su mejor resultado histórico en Hessen. Para el SPD, el 15,1% de Hessen también se escribía en la historia regional del partido como su “peor resultado” en este land, donde viven unos 6,2 millones de personas.

El SPD reconoce “resultados dolorosos”

Para el canciller Scholz, este resultado en Hesse puede resultar especialmente doloroso, pues él había dejado nada más y nada menos que a su ministra del Interior, Nancy Faeser, postularse como candidata a tumbar el gobierno conservador de este estado. Faeser no consiguió su objetivo. Al final, quien celebró la victoria allí fue Boris Rhein, cristianodemócrata que ha gobernado en Hesse con Los Verdes en los últimos cinco años.

Los Verdes, pese a todo, parecen ser el único partido progresista alemán que puede pensar en positivo pese a los reveses registrados por las formaciones de izquierda y de centroizquierda en Hesse y Baviera. “Hemos logrado resultados estables en las elecciones de Baviera y Hesse. Es una buena base para seguir avanzando. Somos estables porque estamos bien anclados en el país”, ha dicho la presidenta de la formación, Ricarda Lang.

En el SPD reconocen que los resultados de Baviera y Hessen no ofrecen “números para estar contentos”. “Los resultados son dolorosos”, ha dicho Faeser este lunes, tras probar suerte en Hesse.

Los malos resultados del SPD y sus socios han dado lugar a infinidad de análisis sobre el golpe que ha recibido el Ejecutivo de Scholz en las elecciones regionales. Por ejemplo, en el diario berlinés Die Tageszeitung, de línea editorial afín a Los Verdes, consideran que se trata de un “desastre”, “un fiasco” para la coalición de Scholz. El diario Bild, el periódico más leído de Alemania, ha tachado incluso a Scholz de “canciller sin país” tras un “desastroso” domingo para el SPD, Los Verdes y el FDP.

La situación económica se degrada

Desde que Scholz llegó a la Cancillería federal, el SPD ha perdido cinco elecciones regionales, contando con estas dos últimas. Los socialdemócratas se impusieron en las elecciones de la ciudad-estado de Bremen el pasado mes de mayo. A principios de año, el SPD perdió en la también ciudad-estado que es Berlín. En 2022, la CDU se impuso en Schleswig-Holstein (norte) y en el poblado land de Renania del Norte-Westfalia (oeste), mientras que el SPD logró mantenerse en el poder en Baja-Sajonia (oeste), otro de los grandes estados federados germanos, y en Sarre (sureste).

Este lunes se cumplió justo un año de la última gran victoria socialdemócrata, la de Baja-Sajonia. Desde entonces, la situación económica no ha hecho más que degradarse en Alemania. El país de Scholz ha entrado en recesión y es el único de las grandes economías industrializadas del mundo que verá su PIB encogerse este año. Lo hará un 0,3%, según datos del FMI.

Los conservadores, envalentonados por ese escenario económico, ahora se muestran seguros de que, “como tarde”, según Friedrich Merz –el líder de la CDU–, Scholz y compañía dejarán el Gobierno tras las próximas elecciones generales, en 2025. También se envalentonan a su derecha. El domingo, AfD consiguió quedar como segunda fuerza política por primera vez en unas elecciones en el oeste alemán. Esa posición es, de hecho, la que atribuyen a AfD los sondeos de intención de voto para unos comicios generales que tendrían como ganadores, en estos momentos, a la CDU.