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La Guardia Revolucionaria de Irán, el primer ejército nacional del mundo declarado organización terrorista

Desde este lunes, la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC, por sus siglas en inglés) entrará en la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos junto a otros grupos como Al Qaeda e ISIS. La diferencia es que este es el primer caso en el que EEUU designa así a una institución de otro Gobierno. La Guardia Revolucionaria, que a menudo actúa como un ejército paralelo, es una de las instituciones más poderosas del país y está bajo el mando directo del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei.

La medida, anunciada el pasado 8 de abril por el secretario de Estado de Donald Trump, Mike Pompeo, se enmarca dentro de la estrategia del presidente de EEUU en Oriente Medio, que desde un principio consistió en deshacer la aproximación hacia Irán iniciada en la etapa anterior e intentar aislar y debilitar al régimen persa al tiempo que redobla el apoyo a dos tradicionales aliados en la región: Arabia Saudí e Israel. De hecho, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue de los primeros en reaccionar: “Gracias querido amigo por aceptar otra de mis importantes peticiones”.

El ayatolá Jomeini creó la Guardia Revolucionaria tan solo unos meses después de la revolución de 1979 como custodio ideológico encargado de defender la república islámica contra amenazas internas y externas. El núcleo duro de la Guardia Revolucionaria se compone aproximadamente de 150.000 miembros, mientras el Ejército oficial tiene 350.000, según cálculos del think tank independiente del Congreso de EEUU. Entre sus miembros tiene componentes de fuerzas aéreas, marítimas y terrestres. La Guardia Revolucionaria tiene además un gran poder económico y ha sido la encargada de desarrollar parte del programa nuclear.

Estructura

La Guardia Revolucionaria se caracteriza por su opacidad, aunque su estructura se conforma de varios órganos diferentes. La rama más conocida es la fuerza Quds, brazo de fuerzas especiales encargado de las misiones en el exterior. La unidad está dirigida por el general Qasem Soleimani, uno de los hombres fuertes del régimen iraní y miembro de la Guardia Revolucionaria desde su creación. Soleimani ha liderado durante años las operaciones de Irán en Siria.

La milicia Basij (mobilización de los oprimidos) es otra importante estructura dependiente de la Guardia Revolucionaria. Se creó en 1979 por orden del ayatolá Jomeini, que exigía un “ejército de 20 millones de hombres”. Tuvo un papel muy activo en la guerra contra Irán, cuando fueron utilizados para realizar ataques de “olas humanas” y limpiar campos de minas literalmente caminando sobre ellos para dejar el terreno libre a combatientes más experimentados.

Actualmente es un cuerpo paramilitar de voluntarios de tamaño indeterminado. Algunas estimaciones apuntan a 400.000 miembros y un millón de afiliados que podrían ser movilizados en caso necesario. Muchas de sus unidades se componen exclusivamente de mujeres y de menores, por lo que EEUU le ha acusado de utilizar niños soldado. Actualmente cumplen labores de patrullaje de la moral y represión de manifestaciones, así como otras labores relacionadas con la seguridad.

Otro brazo fundamental de la Guardia Revolucionaria es Khatam al-Anbia (KAA), un conglomerado de empresas de ingeniería y construcción creado en 1989. KAA es el brazo económico de la institución y se compone de unas 800 empresas dentro y fuera de Irán. De acuerdo con la ONU, KAA ha participado activamente en la construcción de las instalaciones para el programa nuclear.

Acusaciones de atentados y operaciones secretas

Estados Unidos lleva décadas acusando a Irán de apoyar el terrorismo, pero ningún presidente en 40 años se había atrevido a calificar directamente a la Guardia Revolucionaria de organización terrorista.

EEUU acusa a la Guardia Revolucionaria de múltiples atentados y oscuras operaciones secretas. Entre ellas, un atentado en 2011 contra el embajador de Arabia Saudí en Washington en el que habría participado también el cártel mexicano de los Zetas, según informó The New York Times.

En septiembre de 2018, un tribunal federal declaró a la Guardia Revolucionaria responsable por el atentado de 1996 en las torres Khobar (Arabia Saudí) en el que murieron 19 estadounidenses. Además, en su discurso anunciando la medida, Pompeo declaró que este cuerpo iraní era responsable de la muerte de 603 soldados estadounidenses durante la guerra de Irak.

El Departamento de Estado y el de Defensa han acusado en repetidas ocasiones a la Guardia Revolucionaria de armar, financiar y formar a los insurgentes talibanes en Afganistán. La institución también ha reconocido abiertamente prestar ayuda a Hamás y Hezbollah (ambas consideradas organizaciones terroristas por Europa y Estados Unidos). En un informe de 2010, el Departamento de Defensa aseguró que la Guardia Revolucionaria estaba desarrollando redes terroristas en Venezuela y otras partes de Sudamérica.

En junio de 2012 dos agentes iraníes fueron detenidos en Kenia por planear un atentado y por posesión de 15 kilos de explosivos. Los investigadores señalaron que los detenidos podrían ser miembros de la Guardia Revolucionaria. Las autoridades en Europa también han detenido a agentes iraníes e identificado planes de ataque en varios países. En enero de 2018 Alemania identificó a 10 operativos que, según varias informaciones, estaban vinculados con la Guardia Revolucionaria. En marzo de 2018, las autoridades en Alemania, Bélgica y Francia detuvieron a varios agentes iraníes, incluido uno radicado en la embajada de Irán en Austria, por un supuesto plan para atentar contra un evento organizado por disidentes. En octubre de 2018 otro agente iraní fue detenido en Dinamarca por planear un asesinato. Irán siempre ha negado estar detrás de estas operaciones.

Irán ha respondido a la decisión estadounidense declarando organización terrorista al Mando Central, el brazo de las fuerzas armadas de EEUU responsable de la región enmarcada desde Kenia hasta Pakistán. Después del anuncio de Pompeo, los parlamentarios iraníes, incluido reformistas, se presentaron en la asamblea ataviados con el famoso uniforme verde militar de la Guardia.

Está claro que no están dispuestos a renunciar a la poderosa Guardia Revolucionaria y sus actividades, que consideran fundamentales para la supervivencia del régimen frente amenazas externas. Y menos ahora. Obama enterró el famoso fantasma del 'regime change' en Irán, pero Trump lo ha vuelto a desenterrar.